4/11/2010

La corrupción panista

Edgar González Ruiz

Basándose en un minucioso trabajo de investigación y haciendo frente a las represalias de personajes y sectores poderosos, Ana Lilia Pérez pone al descubierto el saqueo de Petróleos Mexicanos (Pemex) ejercido por personajes cercanos a Calderón, como César Nava Vázquez, actual presidente del Partido Acción Nacional (PAN) y el extitular de la Secretaría de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, fallecido en un misterioso accidente de aviación el 4 de noviembre de 2008.


A lo largo de las 329 páginas de su libro Camisas azules, manos negras. El saqueo de Pemex desde Los Pinos, publicado por Grijalbo en febrero de 2010, Ana Lilia Pérez exhibe numerosos datos y testimonios escritos acerca de esos millonarios episodios de corrupción, protagonizados también por la famosa familia presidencial de Vicente Fox, en la época en que Marta Sahagún y sus hijos, Manuel y Jorge Bribiesca Sahagún, impulsaban sus propios negocios, como la empresa Oceanografía, usando para ello la influencia y el poder que brinda la Presidencia de la República.

Como muestra la autora, cuando Fox llegó al poder, se beneficiaron también, a costa de entidades como Pemex, los negocios de empresarios, políticos y funcionarios que habían militado en los Amigos de Fox, organización creada para apoyar la campaña presidencial de Fox en 2000.

Dinastías derechistas

César Nava Vázquez es hijo de César Nava Miranda, quien fuera, en la década de 1980, dirigente de la Unión Nacional de Padres de Familia, grupo fundado en 1917 y al que actualmente se identifica como una de las fachadas del Yunque, donde también militó Nava Miranda, quien falleció el 11 de mayo de 2009.

Nacido en Morelia en 1974, José César Nava Vázquez ha hecho su carrera al servicio de Calderón, y apoyado por otros personajes como Diego Fernández de Cevallos. Es egresado de la Universidad Panamericana, institución perteneciente al Opus Dei, y se le señala también como miembro del Yunque.

En octubre de 2001 fue nombrado director jurídico de Pemex, donde se rodeó de un grupo de “yuppies” de su misma filiación ideológica; como señala Ana Lilia Pérez en su libro (p. 15): “Su grupo compacto –los yuppies– lo integraban dos amigos de la Panamericana –José Antonio Prado Carranza, gerente de Convenios y Contratos, y Guillermo Bustamante, gerente de coordinación regional– …”

“La corta estancia de César Nava en la paraestatal –octubre de 2001 a septiembre de 2003– no sólo se tradujo en beneficios personales para el abogado michoacano, también favoreció a empresas que enfrentaban controversias judiciales y extrajudiciales con Pemex mediante la autorización de convenios que, en gran número de casos, favorecieron a las compañías privadas con el consecuente impacto económico para la paraestatal” (p. 18).

“Nava encargó a despachos externos, en los que laboraban amigos suyos, una infinidad de litigios por montos multianuales que concluyeron en descalabros para la paraestatal” (p. 20).

Nava cometió irregularidades con tal de beneficiar a la empresa Grupo Básico Mexicano, de la que es funcionario su suegro Emilio Baños Urquijo, hermano de Fernando Baños Urquijo, quien fuera presidente del ultraderechista Movimiento Universitario de Renovadora Orientación, de 1965 a 1967.

“El expediente que contenía las pruebas sobre las irregularidades que cometió Nava Vázquez fue archivado en la SFP (Secretaría de la Función Pública), ya que el entonces secretario Eduardo Romero Ramos lo clasificó, el 2 de octubre de 2003, como “confidencial” y con un tiempo de reserva indefinido” (p. 21).

Pero el compromiso familiar de César Nava con la extrema derecha va más allá de su padre y de su suegro, pues en mayo de 2002, en una ceremonia a la que asistieron Fernández de Cevallos, Felipe Calderón y Margarita Zavala, entre otros (Milenio, 7 de mayo de 2002), Emilio Baños Urquijo se casó en segundas nupcias con Cecilia Romero Castillo, panista proveniente también de la extrema derecha.

Cecilia Romero, quien es titular del Instituto Nacional de Migración, dependiente de la Secretaría de Gobernación, fue dirigente de la Asociación Nacional Cívica Femenina, grupo filopanista fundado en la década de 1970 para apoyar el activismo moralista contra el aborto, la educación sexual, los libros de texto gratuitos, etcétera.

Más aún, la primera esposa de Emilio Baños Urquijo, y madre de María del Pilar Covadonga Baños Ardavín, quien está casada con César Nava, fue una hermana del ingeniero Bernardo Ardavín Migoni, otro alto dirigente del Yunque, quien ha sido empresario en diversos ramos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, de 1986 a 1988; y presidente de la Fundación para el Desarrollo Sostenible en México.

Como otros personajes de ese sector, Ardavín Migoni cursó estudios en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas.

Cuando era secretario del Trabajo, el extinto Carlos Abascal Carranza otorgó tres contratos a la empresa de Ardavín Migoni, Esem, Estrategia Empresarial, SC, mientras que, apenas hace unos meses, Ardavín quedó a cargo de una nueva fundación, dedicada a enaltecer la figura de Carlos Abascal, ocasión en la que estuvieron presentes el gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame; el director de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege; el procurador Arturo Chávez Chávez, y el nuncio apostólico Christophe Pierre, entre otros.

Moralismo y abusos

La ultraderecha está unida en sus proyectos que buscan perjudicar al pueblo de México, quitándoles derechos a los trabajadores, destruyendo el Estado laico y beneficiando a los grandes intereses económicos.

Dentro de ese sector se han creado redes personales y familiares, que se van tejiendo en las escuelas confesionales, en las parroquias, en el PAN, en organismos empresariales y mediante alianzas familiares, como las mencionadas.

Puesto que el moralismo hipócrita y el abuso desmesurado suelen ir de la mano, funcionarios panistas, que constantemente reciben bendiciones de la jerarquía católica, han incurrido en millonarias irregularidades, como las que se reseñan en el libro de Camisas azules, manos negras.

Luego de listar todos los contratos que la empresa Oceanografía recibió en el sexenio pasado, bajo la gestión de Raúl Muñoz Leos en Pemex, se resume: “En los primeros tres años del gobierno de Felipe Calderón, la compañía obtuvo contratos por 9 mil millones de pesos” (p. 329).

Más aún, el domingo 24 de octubre de 2004, se publicó en Excélsior un reportaje de Ana Lilia Pérez y Miguel Badillo, donde se aludía al tráfico de influencias de Marta Sahagún para obtener contratos petroleros en beneficio de empresas privadas, luego de lo cual fue despedido el entonces director de ese periódico, José Manuel Nava, quien en noviembre de 2006, en vísperas de la salida de Fox de la Presidencia, fue asesinado en su casa (p. 148).

A principios de 2008, luego de que la autora del libro publicó en Contralínea información sobre los contratos que Juan Camilo Mouriño firmó en el sexenio pasado como accionista de la empresa Ivancar, creada por su familia, a la vez que fungía como coordinador de asesores del entonces secretario de Energía, Felipe Calderón, arreció el acoso gubernamental contra esta publicación, que incluyó desde el recorte de publicidad y el cerco informativo, hasta las amenazas de muerte (p. 76).

El 6 de marzo de 2008, César Nava, quien era secretario particular de Calderón, explicó a la reportera cómo el gobierno usaría a los medios para defender a Mouriño: “Hoy empezamos la campaña mediática con Joaquín López Dóriga. Va a explicar en su noticiero que el negocio de la familia Mouriño tiene muchos años, que no empezó cuando él se convirtió en funcionario” (p. 75).

La anécdota es por demás interesante, pues muestra cómo, mediante trucos conocidos, muy burdos pero todavía eficaces ante audiencias muy amplias, el gobierno panista ha estado usando a los medios para engañar a la gente.

En este caso, el problema no era cuándo se fundó la empresa de los Mouriño, sino el hecho de que Juan Camilo había intervenido ilegalmente en la firma de esos contratos.

Como se documenta en Camisas azules, manos negras, desde su alto cargo en Pemex, Nava benefició a empresas trasnacionales con contratos por más de 4 mil millones de dólares que les permiten explorar, explotar, producir, transportar y almacenar gas natural y sus condensados en la Cuenca de Burgos durante 20 años (p. 48).

“Nava Vázquez les cedió actividades estratégicas exclusivas de Pemex, por lo que habría incurrido en supuestas violaciones a los cuatro primeros artículos de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional, así como a la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos” (p. 48).

En fin, hacen falta trabajos acuciosos y valientes, como el de Ana Lilia Pérez, para denunciar a una derecha mojigata y rapaz que desde un gobierno ilegítimo cotidianamente despoja al pueblo de México de sus recursos y sus libertades.

*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México

FUENTE: CONTRALÍNEA 17 / 11 DE ABRIL DE 2010

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