8/16/2010


AMLO se internacionaliza

Víctor Flores Olea

Tiene plena razón Marcelo Ebrard: ha quedado plenamente probado el complot

contra López Obrador en 2006.

En su segundo artículo, El gigante de las siete leguas, Fidel Castro habla del incidente de Carlos Ahumada que llega a Cuba para eludir una orden de aprehensión en México, destino sugerido por Carlos Salinas y sus empleados y, sobre todo, la contundente revelación de que los famosos videos filmados en las oficinas de Ahumada, donde René Bejarano y otros funcionarios reciben puñados de dólares que se embolsan, y que fue una de las más duras maniobras en contra de López Obrador previa al intento de desafuero, fue urdida de manera directa por Carlos Salinas, Diego Fernández de Cevallos, Santiago Creel y Rafael Macedo de la Concha.

La respuesta de nuestro gobierno a esta denuncia de graves ilícitos resulta uno de los momentos más bajos de la política exterior mexicana: en vez de comprometerse a investigar una denuncia plausible, no sólo por la palabra del ex presidente Fidel Castro, sino por las circunstancias que la precedieron, se da una respuesta casi soez. Obviamente este aspecto del par de artículos de Fidel sobre López Obrador surge de las revelaciones que hizo Carlos Ahumada cuando fue detenido en Cuba para su extradición.

En vez de una mínima disposición a salvar la cara como un país respetuoso de las leyes, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se limita a decir que el comandante pretende descalificar a las instituciones mexicanas y se hace eco de afirmaciones sin sustento del país y su desarrollo. Estamos ante un caso tan grave y tan grotesco como el de comes y te vas, en que el gato juega con el ratón, en este caso un pobre ratoncillo de caricatura en el último de sus refugios.

Fidel Castro no pretende nada, simplemente expone hechos que, al menos, debieran traducirse en una mínima intención de investigar. Pero ¡no!, lo último que tiene presente este gobierno de ratoncillos es el cumplimiento de la ley, ni siquiera la remota voluntad de hacerlo.

Respuesta de la SRE tanto más insolente que, acto seguido a su rechazo, se permite propinar a Cuba una leccioncilla electoral y sobre derechos humanos para terminar con una zalamera felicitación al comandante por sus 84 años. ¡Para que se le caiga la cara de vergüenza a cualquiera! Todavía me pregunto: ¿esta respuesta indigna fue pergeñada en la SRE o en Los Pinos?

Pero volvamos al hecho de que el comandante haya dedicado dos largos artículo al libro de Andrés Manuel López Obrador La mafia que se adueñó de México y el 2012. Las voces ya se desgañitan y seguirán adelante: el beso del diablo, “… no me ayudes compadre”, etcétera. En vez de meditar las líneas de Fidel “se confirma que AMLO es un peligro para México…”, y al infinito.

Por mi parte, quedo impresionado por la mesura de Fidel Castro al tratar un asunto tan escandaloso de la realidad mexicana (el gran saqueo que ha sufrido el país por las mafias nacional e internacional asociadas). Hasta para Fidel Castro resulta una relativa sorpresa el análisis de López Obrador cuando dice “la forma en que Estados Unidos devora a dentelladas un país hermano de este hemisferio, al que ya una vez arrebató más de 50 por ciento de su territorio, las mayores minas de oro con altísima ley, y la riqueza petrolera explotada intensamente durante más de un siglo, de la que se extraen todavía casi 3 millones de barriles diarios…”

El libro es una valiente e irrebatible denuncia contra la mafia que se apoderó de México, y concluye: “López Obrador será la persona de más autoridad moral y política de México cuando el sistema se derrumbe (…) Su contribución a la lucha por evitar que el presidente Obama desate esa guerra será de gran valor”.

Pero Fidel no cierra su análisis sin señalar tres vacíos en el libro de marras: el silencio sobre el letal mercado de drogas que causa tantas muertes en México y Estados Unidos; la importancia central del destrozo ecológico, que pone en riesgo al planeta Tierra, y el silencio respecto del nuevo peligro nuclear por las tensiones entre Irán e Israel, propiciadas por Estados Unidos.

El hecho es que el nuevo libro de Andrés Manuel López Obrador ha levantado ámpula no sólo en el país, sino ante la mirada de un líder como Fidel Castro. Es verdad, AMLO deberá esperar todavía una catarata de insultos por el hecho de que el líder cubano lo reconozca a ese grado, pero también ese reconocimiento hará meditar a muchos sobre su capacidad de resistencia y dotes de liderazgo.

Esto es indispensable para asegurarnos de que en 2012 fracasen las trapacerías que ya han comenzado. Si los mexicanos se vuelcan a las urnas exigiendo el cambio, las trampas de la mafia serán más difíciles y México logrará un impresionante cambio democrático. Eso sí, no dejar sin vigilancia ninguna casilla electoral, que fue una de las debilidades mayores en 2006.

Estamos ante una oportunidad única de que México demuestre que a pesar de las prohibiciones del imperio y de la oligarquía, la voluntad mayoritaria del país puede y debe imponerse. Tal es el corolario más importante que se desprende de este comentario tan oportuno y contundente de Fidel Castro.

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