Permitirá detectar enfermedad en mujeres de zonas marginadas
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México DF, 15 nov 11 (CIMAC).- La prueba de autotoma vaginal es una alternativa para acercar el diagnóstico oportuno de cáncer cérvico uterino (CaCu) a las mujeres rurales, indígenas y habitantes de zonas urbano marginales, que son quienes están en mayor riesgo de padecer la enfermedad, que cada año ocasiona la muerte de más de 4 mil mexicanas.
Eduardo Lazcano Ponce, director adjunto del Centro de Investigación en Salud Poblacional (CISP) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), dijo a Cimacnoticias que ante el déficit de detección es preciso reforzar acciones en la materia haciendo uso del desarrollo tecnológico.
Ejemplificó que de las últimas pruebas de papanicolaou realizadas en el país -alrededor de un millón 400 mil- sólo se detectaron 5 casos de CaCu por cada 100 mil mujeres, cuando deberían registrarse 40 por cada cien mil, debido a las tasas de mortalidad.
Ello se debe a que la población en mayor riesgo no está llegando a los servicios o a que la atención que reciben no es de calidad.
Lazcano Ponce indicó que la autotoma vaginal es una alternativa para combatir la inequidad en salud que existe entre las mexicanas, pues aunque “en teoría todas las mujeres pueden hacerse la prueba de detección de CaCu, la oferta de servicios es mayor en áreas densamente pobladas que en áreas rurales y marginadas, y aún cuando existe la infraestructura ellas no acuden con frecuencia a los servicios”.
El médico investigador señaló que una de las formas de llegar a esta población, es mediante el fortalecimiento de estudios como la autotoma vaginal, la cual detecta 4 veces más las lesiones de virus de papiloma humano (VPH) que anteceden el CaCu, que el papanicolaou.
El estudio, que llevaron a cabo especialistas del INSP, se aplicó a 20 mil mujeres de 500 comunidades de Morelos, Estado de México y Guerrero. Consistió en acercar a la casa de las usuarias la prueba de autotoma vaginal y de una asesoría de cómo utilizarla.
El procedimiento es sencillo, las mujeres deben colocarse en cuclillas y tomar una muestra del canal vaginal con un cepillo similar al que se utiliza para el papanicolaou, sosteniéndolo de una ranura lo giran a la izquierda, a la derecha y luego lo depositan en un tubo con un líquido en el que se depositan las células para analizarlas en un laboratorio.
Lazcano Ponce refirió que esta prueba modificará las políticas públicas de prevención del CaCu, porque incrementa la cobertura de atención en áreas rurales y marginales. Además, de aumentar la confiabilidad del estudio para identificar lesiones de VPH, que no se están detectando.
El estudio, aseguró el especialista, se introducirá “poco a poco” conforme aumente la infraestructura, la estandarización de los procedimientos y la aceptabilidad de la prueba.
Informó que a partir del próximo año, la Secretaría de Salud echará a andar 12 laboratorios regionales en el norte, centro y sur del país para el análisis de las pruebas, las cuales se prevé que lleguen a costar hasta 150 pesos cada una, “más económico que el papanicolaou”.
Actualmente, la cobertura de detección de VPH es cercana al 10 por ciento de la población. Con la autotoma vaginal esperan que en los próximos cinco años se incremente a 40 por ciento.
La autotoma vaginal “mejora la calidad para identificar lesiones y disminuye el costo, maximiza los recursos para la detección”, sostuvo Lazcano. Con ello, se espera disminuir las defunciones por esta enfermedad, considerada la segunda causa de muerte de mexicanas por cáncer.
El médico investigador advirtió que “no se debe bajar la guardia en la detección, diagnóstico y tratamiento de mujeres con CaCu”, pues las más de 4 mil muertes anuales son prevenibles si la enfermedad de detecta a tiempo. En este sentido, abundó, “el desarrollo tecnológico puede significar un avance muy importante”.
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