11/14/2011

Ollanta, presidente de Perú: o sirve a los pobres y miserables o a los empresarios y al imperio


Pedro Echeverría V.

1. Ollanta Humala, quien apenas tomó la presidencia del Perú el 28 de julio pasado, tiene qué decidir el rumbo de su gobierno: o le cumple a los pobres que mayoritariamente votaron por él, o se entrega a los empresarios que apoyaron a Seyko Fujimori, hija de funesto dictador que está en la cárcel. Está en el momento preciso en el que tiene que decidir el rumbo porque las presiones están en su punto más álgido, sobre todo el un problema básico de la economía: Apoya las gigantescas inversiones para el desarrollo más grande de la minería y así los millonarios peruanos se hagan más poderosos y conviertan a Perú en una país más moderno o, apoya al 80 por ciento de la población que se mueve entre la miseria, el desempleo, que observa la terrible contaminación de sus aguas, bosques y sus alimentos. ¿Vale la pena una modernidad capitalista que crea una macroeconomía y hace a un lado al 80 por ciento de la población que no encuentra cómo vivir?

2. Ayer, Ollanta invitó a empresarios de la cuenca Asia Pacífico, participantes de la Cumbre Empresarial del APEC 2011, a invertir en Perú, y “formar parte del proceso de desarrollo con inclusión social”. Señaló que el Perú dará la bienvenida a las empresas preocupadas por los impactos sociales, ambientales y económicos de sus actividades. Reiteró: “Queremos inversiones que respeten los derechos laborales”; además, explicó que Perú está experimentado un proceso de crecimiento económico notable con estabilidad macroeconómica. Sobre el mismo tema, mencionó que el Producto Bruto Interno (PBI) se triplicó en la última década, que el Perú tiene reservas internacionales netas que superan los US$ 48 mil millones de dólares, y que las exportaciones se han multiplicado por 5 en los últimos diez años. Ese crecimiento sin duda significa un enorme reto para Humala que hasta el día de hoy, parece preocupado por programas
sociales.

3. Sin embargo no debe olvidarse que Perú es un país minero en poquito más del 50 por ciento de las exportaciones. Es el 2do productor de plata, el 3ro de zinc el 4to de plomo, el 5to de cobre y 6to de oro y además de contar con otros recursos naturales, el Perú continúa siendo un país pobre. Más aun el sector minero se caracteriza por la falta de confianza entre sus principales actores y es propenso a ser escenario de conflictos sociales. Desde un punto de vista macroeconómico la minería es extremadamente importante ya que aporta el 57% del total de las exportaciones peruanas y el 6.6% del PNB. Pero las expectativas creadas por el desarrollo de esa industria provocan terribles daños al medio ambiente y el pueblo está muy consciente de ellos y sale a las calles a protestar; además, son los grandes empresarios quienes acumulan capitales mientras los mineros viven en la miseria y la contaminación.

4. Se pueden leer muchas protestas del pueblo: “la contaminación del agua de Ite. Chile, ya que las minas de Toquepala dañan la fauna, la flora, afecta al mar y los ríos”. Otra protesta: “El agua pura es un recurso renovable, pero puede dejar de ser útil por la contaminación de las actividades humanas que destruyen el ecosistema de miles de plantas y especies de animales”. Y así, en Internet pueden encontrarse cientos de pequeñas cartas de protesta. El año 2005 a 2010, la Defensoría del Pueblo registró cientos de casos de conflictos sociales, la mayoría fueron socio-ambientales y muchos por agua. De estos últimos, muchos conflictos estuvieron vinculados a la minería. Estos se produjeron en el departamento de Cajamarca y estuvieron involucradas las empresas Majaz, San Nicolas, Buenaventura, Sienna Minerals, Pan Amercan Silver, Yanacocha, Maple Gas Corporation del Perú, Transportadora de Gas del Perú,
entre otras.

5. Aquel país aparentemente pacífico que observé en abril de 2010, por la imposición de del gobierno autoritario de Alan García que en la práctica estaba siguiendo la línea del dictador Alberto Fujimori (en la cárcel entonces por corrupción), puede descomponerse si el pueblo peruano –muy pobre y miserable- se siente defraudado por Humala que ganó la Presidencia gracias a su apoyo. Si Ollanta no acude a las movilizaciones de masas, a las alianzas con organizaciones de trabajadores o organismo d izquierda, será obligado a traicionar sus compromisos y sus ideales. Los sectores empresariales y proyanquis de Perú están presionando muy fuerte para que Ollanta haga a un lado a los sectores izquierdistas de su gabinete y para que acepte las inversiones de capital nacional y extranjero. ¿Ollanta debe reflexionar: quiere un país moderno donde los ricos sean más rico y los pobres miserables? ¿Quiere la contaminación del agua y los alimentos?

6. la realidad es que en política económica, el presidente Humala -que ganó las elecciones con el apoyo de la izquierda y con una oferta electoral de cambio del modelo neoliberal- parece haber entregado el manejo económico a la tecnocracia liberal, lo que le ha ganado los aplausos del empresariado y la derecha. Habla siempre de mayor atención a la inversión social, pero no modifica nada. Estos cien días han sido la continuidad del modelo económico y los gestos a los inversionistas diciéndoles que habrá algunos cambios, pero que no serán cambios de fondo, por lo que no deben preocuparse. En el gobierno hay socialistas, ecologistas y liberales. En la práctica hay una hegemonía del núcleo liberal. Cien días de algunos avances y también decepciones para las bases populares del presidente Humala. Para la derecha han sido cien días en los que se han alejado sus miedos a un cambio de fondo del modelo
económico.

7. Ollanta Humala está caminando en este momento en el “filo de la navaja” como muchos gobiernos socialdemócratas que hablan como si fueran de izquierda pero no dejan de pensar en las comodidades y privilegios que les ofrece la derecha: buenos negocios, inversiones, viajes de placer, dinero, mucho dinero a cambio de sólo dejar hacer y dejar robar. Por el contrario servir al pueblo, a los trabajadores, no proporciona riquezas y privilegios; al contrario, obliga a mucho trabajo, sacrificios y entrega total. ¿Qué política escojerá Ollanta con las grandes ofertas de los ricos y el imperio yanqui por un lado, y las movilizaciones de la población que no quiere verse otra vez traicionada? Mis amigos limeños (un líder sindical y un estudiante) me han enviado interesantes informes acerca de la situación que se vive en aquel país y me han pedido que manifieste mi opinión al respecto. Ollanta está a tiempo de cumplir con los pobres; eso esperamos.

http://pedroecheverriav.wordpress.com

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