Lo dijo ayer el dirigente formal del SNTE, Juan Díaz, al sumar a su sindicato a la propuesta de reforma educativa peñista
Cada vez más, el simplismo y la superficialidad dominan el “análisis” periodístico. Hoy por hoy son demasiados los colegas opinócratas
que suponen una ruptura irreversible entre el Presidente Enrique Peña
Nieto y la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo… cuando la
realidad apunta a ¡exactamente lo contrario!
Y es que no obstante la campaña de diferenciación entre el SNTE y la CNTE que a través de miles de spots está ahora mismo en marcha, la inmensa mayoría de quienes tienen prestado un espacio periodístico o un micrófono lanzan dardos envenenados a un blanco equivocado. Es contra la CNTE, no el SNTE que la iniciativa de reformas constitucionales fue anunciada hace justo un par de días.
Porque, mire usted, para empezar y como ya lo manifestó en su oportunidad el Partido Nueva Alianza a través de un comunicado, tanto en el Pacto por México como en la iniciativa de reformas a los artículos tercero y 73 de la Carta Magna, se recogen muchas de las propuestas que a lo largo de más de una década ha presentado la organización gremial de los docentes.
Lo dijo ayer el dirigente formal del SNTE, Juan Díaz, al sumar a su sindicato a la propuesta de reforma educativa peñista, “valoramos que… recoja propuestas que a lo largo del tiempo han formulado los maestros a través de su organización gremial, algunas ya iniciadas y otras en proceso, que con el rango de reforma Constitucional que ahora se les otorga, adquieren la dimensión y alcance que se reclama.
“Como parte de estas propuestas, fue el SNTE quien, desde hace más de 10 años, solicitó la creación de Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y, más recientemente, propusimos que este Instituto adquiriera el carácter de autónomo y sustentado en un mandamiento constitucional.
“Igualmente, fue una propuesta formulada al Gobierno Federal, que las plazas de nuevo ingreso al servicio educativo estuvieran sujetas a un examen de oposición, que se reformulara la Carrera Magisterial para dar inicio a una nueva forma de profesionalización del magisterio, y que construyera un sistema nacional de evaluación integral.”
Hay coincidencias. Hay apoyo.
DESCOORDINAR A LA COORDINADORA
Quienes seguro se manifestarán en contra de la propuesta peñista signada por los tres partidos con mayor representatividad en el Congreso de la Unión serán los integrantes de la llamada Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, quienes han postrado a la niñez en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán y hasta en el propio Estado de México, por la inoperancia y debilidad de los gobienos federal y los respectivos estatales.
Son ellos quienes sistemáticamente, por ejemplo, se niegan a ser evaluados. Son, además, quienes ante cualquier pretexto paran clases durante días, semanas, meses incluso y además exigen que se les retribuya económicamente, como si de verdad hubiesen laborado al frente de las aulas. La venta de plazas y el sistema “hereditario” de las mismas, es también lo más común en esas entidades, sin que ello no quiera decir que prácticamente en todo el país pervive esta práctica contraria a la lógica.
La iniciativa del señor Peña Nieto, pues, tiene como blanco a la Coordinadora, no al SNTE.
En eso, Peña y Gordillo van de la mano.
Como seguramente irán, también, en muchos otros temas que tiendan a mejorar la calidad de la educación que, hoy por hoy –hay que admitirlo-- está en niveles que de verdad ponen los pelos de punta.
Vale destacar, por último, la respuesta contundente que dio ayer el SNTE a los “amarra-navajas”:
“El SNTE tiene claro que, en medio del debate educativo, los críticos y los adversarios de nuestra organización intentan estigmatizar y debilitar al magisterio, al sindicato e incluso a la escuela pública. Algunos de esos críticos y adversarios buscan promover sus propios intereses y ampliar sus márgenes de influencia en el sistema educativo y otros, que en esta coyuntura, ven la oportunidad para empujar hacia la privatización de la educación. Claramente, buscan generar la percepción de una ruptura o un enfrentamiento entre el SNTE y el gobierno federal. No vamos a caer en esa provocación absurda.”
De la mano, pues. Peña y Gordillo. De la mano.
Y es que no obstante la campaña de diferenciación entre el SNTE y la CNTE que a través de miles de spots está ahora mismo en marcha, la inmensa mayoría de quienes tienen prestado un espacio periodístico o un micrófono lanzan dardos envenenados a un blanco equivocado. Es contra la CNTE, no el SNTE que la iniciativa de reformas constitucionales fue anunciada hace justo un par de días.
Porque, mire usted, para empezar y como ya lo manifestó en su oportunidad el Partido Nueva Alianza a través de un comunicado, tanto en el Pacto por México como en la iniciativa de reformas a los artículos tercero y 73 de la Carta Magna, se recogen muchas de las propuestas que a lo largo de más de una década ha presentado la organización gremial de los docentes.
Lo dijo ayer el dirigente formal del SNTE, Juan Díaz, al sumar a su sindicato a la propuesta de reforma educativa peñista, “valoramos que… recoja propuestas que a lo largo del tiempo han formulado los maestros a través de su organización gremial, algunas ya iniciadas y otras en proceso, que con el rango de reforma Constitucional que ahora se les otorga, adquieren la dimensión y alcance que se reclama.
“Como parte de estas propuestas, fue el SNTE quien, desde hace más de 10 años, solicitó la creación de Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y, más recientemente, propusimos que este Instituto adquiriera el carácter de autónomo y sustentado en un mandamiento constitucional.
“Igualmente, fue una propuesta formulada al Gobierno Federal, que las plazas de nuevo ingreso al servicio educativo estuvieran sujetas a un examen de oposición, que se reformulara la Carrera Magisterial para dar inicio a una nueva forma de profesionalización del magisterio, y que construyera un sistema nacional de evaluación integral.”
Hay coincidencias. Hay apoyo.
DESCOORDINAR A LA COORDINADORA
Quienes seguro se manifestarán en contra de la propuesta peñista signada por los tres partidos con mayor representatividad en el Congreso de la Unión serán los integrantes de la llamada Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, quienes han postrado a la niñez en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán y hasta en el propio Estado de México, por la inoperancia y debilidad de los gobienos federal y los respectivos estatales.
Son ellos quienes sistemáticamente, por ejemplo, se niegan a ser evaluados. Son, además, quienes ante cualquier pretexto paran clases durante días, semanas, meses incluso y además exigen que se les retribuya económicamente, como si de verdad hubiesen laborado al frente de las aulas. La venta de plazas y el sistema “hereditario” de las mismas, es también lo más común en esas entidades, sin que ello no quiera decir que prácticamente en todo el país pervive esta práctica contraria a la lógica.
La iniciativa del señor Peña Nieto, pues, tiene como blanco a la Coordinadora, no al SNTE.
En eso, Peña y Gordillo van de la mano.
Como seguramente irán, también, en muchos otros temas que tiendan a mejorar la calidad de la educación que, hoy por hoy –hay que admitirlo-- está en niveles que de verdad ponen los pelos de punta.
Vale destacar, por último, la respuesta contundente que dio ayer el SNTE a los “amarra-navajas”:
“El SNTE tiene claro que, en medio del debate educativo, los críticos y los adversarios de nuestra organización intentan estigmatizar y debilitar al magisterio, al sindicato e incluso a la escuela pública. Algunos de esos críticos y adversarios buscan promover sus propios intereses y ampliar sus márgenes de influencia en el sistema educativo y otros, que en esta coyuntura, ven la oportunidad para empujar hacia la privatización de la educación. Claramente, buscan generar la percepción de una ruptura o un enfrentamiento entre el SNTE y el gobierno federal. No vamos a caer en esa provocación absurda.”
De la mano, pues. Peña y Gordillo. De la mano.
Francisco Rodríguez - Opinión EMET
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