SALUD
Sobrecarga de trabajo, violencia sexual, daños a la salud…
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.- Debido a las desigualdades históricas y sociales en las que viven las mujeres caribeñas, su salud física y mental puede verse severamente afectada en situaciones de desastres naturales con consecuencias que van desde mayor vulnerabilidad ante agresiones sexuales hasta desordenes emocionales.
La publicación más reciente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), “Salud mental y soporte psicosocial en situaciones de desastre en el Caribe”, da cuenta de las diversas consecuencias sociales e individuales que traen consigo los desastres naturales (sismos y huracanes, entre otros), y que afectan de manera diferenciada a mujeres y hombres.
Según la publicación, entre 1970 y 2002 ocurrieron 6 mil desastres naturales en el mundo. El 99 por ciento de las personas que resultaron afectadas son de países en desarrollo y además de las pérdidas humanas y materiales, también hay graves secuelas psicológicas y emocionales.
Se estima que las consecuencias más recurrentes son problemas psicosociales como miedo y estrés, así como desórdenes psicológicos y enfermedades mentales o consumo de substancias adictivas.
A decir del informe, si bien los desastres naturales afectan a toda la población se debe prestar atención en la “vulnerabilidad de género”, que está marcada por las diferencias culturales, históricas –y hasta físicas– que definen los roles sociales que juegan mujeres y hombres, por lo que estos escenarios adversos repercuten de manera distinta en ambos géneros.
Existen condiciones de desigualdad existentes previamente y que pueden ser más evidentes tras un desastre natural, como las condiciones de insalubridad en los partos y la desnutrición infantil derivada de la mala alimentación de las madres.
La OPS explica que los factores más significativos que incrementan la vulnerabilidad de las mujeres son el embarazo y la lactancia, pues ambos requieren de mayores necesidades nutricionales y limitan la movilidad física.
Además las mujeres viven experiencias previas de vulnerabilidad frecuentemente relacionadas con su nivel social, incluyendo los obstáculos de acceso al transporte, comunicación y educación, que les impiden aprender sobre las medidas de evacuación durante una catástrofe natural.
La OPS recuerda que muchos hogares caribeños son liderados por mujeres, quienes son las proveedoras de la familia y responsables de cuidar a hijas e hijos y personas adultas mayores ante una situación de desastre, por lo que son más propensas a sufrir alguna lesión.
El estudio también da cuenta de las problemáticas que padecen las mujeres en el contexto post desastre.
Para ellas se incrementan las probabilidades de un abuso sexual, ya que hay escasas medidas de protección en los campamentos para las y los damnificados, como por ejemplo que no haya separación por sexo para los sanitarios, lo que expone a las caribeñas a posibles agresiones sexuales.
Sumado a ello, las amas de casa tienen menos probabilidades de encontrar un empleo debido a que la oferta laboral tras un desastre natural está enfocada en roles masculinos.
En ese escenario se afecta la salud mental de las mujeres y se refleja en depresión, ansiedad, insomnio o migrañas.
La OPS urge a los gobiernos a realizar planes de acción estratégica durante y después de los desastres naturales, a fin de brindar atención médica en temas de salud mental.
El mecanismo de la Organización de Estados Americanos recomienda que se preste atención especial a las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, por lo que sugiere incluir en los paquetes alimenticios substitutos de leche y vitaminas maternas.
También se debe garantizar el acceso seguro y regular a comida y agua limpia, pues regularmente las mujeres cuidan a menores de edad y a personas adultas mayores, por lo que son responsables de su alimentación.
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