Jesusa Cervantes
Sesión en el IFE
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO,
D.F. (apro).- Hay quien dice que el Instituto Federal Electoral (IFE)
actuó con dolo en la revisión de los gastos a la campaña presidencial
de Andrés Manuel López Obrador; y otros que aseguran que quien actuó
con dolo fue el PRI, al presentar una ingeniería financiera ilegal pero
aceptada por los consejeros electorales.
Se tienen elementos para
saber que sí, que la Unidad de Fiscalización del IFE, que encabeza
Alfredo Cristalinas, le aprobó gastos al PRI y al PVEM y a la propia
alianza Compromiso por México, que tuvo como candidato a Enrique
Peña Nieto. Y no sólo aceptó la ilegalidad sino que además otorgó beneficios a un acto ilegal.
Ejemplo
de ello es haberle detectado a la dupla PRI-PVEM el ocultamiento de 200
millones de pesos aproximadamente, ese es un acto ilegal. Pero no sólo
los dio por buenos el ente fiscalizador, además les permitió distribuir
ese dinero entre varios candidatos, correspondiéndole una cantidad
ínfima a Peña Nieto.
Hay además un anexo en el dictamen que es
una verdadera joya del cinismo de parte de PRI y PVEM y la complacencia
de la Unidad de Fiscalización.
En tal anexo se puede observar,
por ejemplo, que de 47 eventos masivos que se realizaron en diversas
ciudades, únicamente se contrataron cuatro edecanes. Una más: de las
famosas “caras de EPN”, únicamente se distribuyeron en dos eventos de
47, o los famosos “copetes” en un solo acto de 47 eventos. O más
irrisorio aún, en mantas –se advierte en el reporte– sólo se usaron en
dos de 47 actos masivos.
Con estos favores que le hizo la Unidad de Fiscalización difícil hubiera sido que Peña Nieto rebasara los topes de campaña.
Y
por lo que compete al Movimiento Progresista, que postuló a López
Obrador, se supone que rebasó el tope de campaña con 50 millones de
pesos.
El PRD ha sostenido que 72 millones que, según la Unidad
de Fiscalización “no reportó” la izquierda, sí fueron justificados y
respaldados con documentos.
Eso no es todo. En otro caso, la
Unidad de Fiscalización le sumó a López Obrador el costo de un
panorámico por la cantidad de 235 mil pesos, mientras que a Peña Nieto,
un panorámico similar únicamente le sumó 4 mil 104 pesos.
No se
puede afirmar en este espacio que hubo dolo de parte de los auditores
hacia la campaña de López Obrador, pero lo que sí se puede establecer
es que el auditor designado por la Unidad de Fiscalización y quien
realizó visitas a los lugares en donde se reportaron espectaculares o
eventos, es un personaje de nombre Ricardo Miguel Uribe Hernández.
La
coincidencia que sí llama a la suspicacia es que en marzo, una vez que
concluyó el trabajo de fiscalización en el IFE, Uribe Hernández pasó a
engrosar las filas de la Procuraduría General de la República (PGR), a
cargo de Jesús Murillo Karam, el mismo que oficialmente fue el defensor
de Peña Nieto en el caso del ya famoso Monexgate.
Hoy Uribe
Hernández se desempeña como Director de Análisis Global Internacional,
según se puede ver en el organigrama de la PGR, el cual por cierto se
encontraba desactivado en su portal al momento de redactar este
artículo.
Fue este auditor quien no vio las facturas de 72
millones de pesos que el PRD asegura sí entregó, pero que la Unidad de
Fiscalización consignó como “gasto no reportado”.
Este personaje
es el mismo que observó que a un espectacular de Peña Nieto, elaborado
por una empresa, se le asignó un costo de 17 mil pesos, y otro,
rudimentario, de López Obrador, lo tasaron en la misma cantidad.
No
se sabe con certeza si hubo dolo, pero lo que sí es que existen y están
documentadas una serie de ilegalidades de PRI y PVEM que la Unidad de
Fiscalización dio por buenas.
A lo más que llegaron ambos
partidos es a tener una multa millonaria, igual que PRD, PT y MC, pero
a cambio de la sanción, la cual se pagará con dinero de nuestros
impuestos, se mantuvo intacta “oficialmente” la figura de Peña Nieto
pues, según el IFE, la campaña de un derroche insultante fue la que
menos gastó y la más austera de que se tenga memoria.
Prodigios
de la ingeniería financiera y prodigios por supuesto de manejar a su
antojo el IFE, aun a los consejeros, con excepción de Alfredo Figueroa;
si no, ¿cómo se explica uno que votaran en contra de sus mismas
declaraciones y con ello exoneraran de nueva cuenta a Enrique Peña
Nieto?
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
twt @jesusaproceso
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