Su
objetivo principal es asegurar que la implementación del conocido como
Plan SAN-CELAC garantice el empoderamiento de las mujeres, para que los
resultados de su aplicación alcancen por igual a hombres y mujeres.
Para
ello será necesario asegurar que se consideren diferenciadamente las
condiciones en que afecta el hambre a ambos grupos, así como la
contribución que unos y otros hacen para lograr la seguridad
alimentaria.
Las brechas de género no solo son limitantes en
términos de acceso a recursos y a posibilidades de crecimiento de las
mujeres, sino que también afectan su bienestar y el de sus hogares,
especialmente en términos de seguridad alimentaria y nutricional.
Según
el documento presentado el miércoles 16, esto significa “tomar medidas
que atiendan las inequidades en cuanto a oportunidades de participación y
acceso a los beneficios derivados de la aplicación del Plan en favor de
las mujeres”.
“Aunque en la región encontramos importantes
avances en la reducción pobreza es muy significativo que esta reducción
no ha impactado de igual manera a hombres y mujeres, ya que el índice de
feminización de la pobreza ha crecido de manera sostenida en los
últimos años, lo cual pone en evidencia que las estrategias para la
superación de la pobreza por si solas no impactan de manera
significativa en la vida de las mujeres” aseguró Margarita Fernández,
directora del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer.
La
estrategia de género fue elaborada por el Grupo de Trabajo de la Celac
para el Adelanto de las Mujeres, con el apoyo de la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y fue
presentada el miércoles 16 en la reunión ministerial de la Celac.
Para
la ministra de la Mujer de la República Dominicana, Janet Camilo, esta
estrategia constituirá una punta de lanza para la inclusión de las
mujeres rurales en las políticas públicas de la región y facilitará el
empoderamiento económico y el bienestar de las mujeres rurales y la
construcción de la plena igualdad de género para el año 2030.
Según
la FAO, asegurar el éxito del Plan SAN-CELAC -cuya meta es erradicar el
hambre al año 2025- requiere una distribución del poder equitativa
entre hombres y mujeres en todas las esferas del desarrollo como
establecen los objetivos de desarrollo sostenible-agenda 20-30.
La estrategia será presentada a los jefes y jefas de Estado de la región en la próxima Cumbre de la Celac, en enero de 2017.
La seguridad alimentaria de las mujeres en América Latina y el Caribe
La
proporción de mujeres con obesidad supera a la de los hombres y en más
de 20 países la diferencia es mayor de 10 puntos porcentuales. En
Antigua y Barbuda la obesidad afecta a 38,7 por ciento de las mujeres, y
en Jamaica a 35,7 por ciento en mujeres, en comparación a 18,4 por
ciento en hombres.
La anemia en mujeres es un problema que ha
persistido en el tiempo, y que afecta actualmente alrededor de 40 por
ciento de las mujeres a nivel mundial y al 25 por ciento de las mujeres
de la región.
Garantizar los derechos de las mujeres
La
estrategia de género presentada por la FAO destaca la necesidad urgente
de producir estadísticas e indicadores nacionales desagregados por
género. “Necesitamos saber exactamente cómo afecta el hambre a las
mujeres de la región, y desarrollar políticas que consideren la división
sexual del trabajo en las zonas rurales”, explicó Claudia Brito,
oficial de Género de la FAO.
Además, el documento destaca que se
debe analizar la institucionalidad de la seguridad alimentaria para
incorporar el enfoque de igualdad de género y fortalecer la
participación de las mujeres en el diseño y operación de las políticas
públicas.
Las mujeres también deben tener acceso igualitario a los
servicios y programas para la producción, para que no recaiga en ellas
solamente las tareas de alimentación y cuidado que reproducen
inequidades y la distribución tradicional de roles de género al interior
de los hogares
La estrategia destaca la importancia de
incrementar la alfabetización y el acceso de tecnologías de información y
comunicación, para garantizar el derecho a la consulta y el
consentimiento libre e informado, con énfasis especial en mujeres
indígenas y afro descendientes.
Fortalecer las organizaciones de mujeres y su rol en la toma de decisiones
Según
la FAO, los países deben promover la participación de las mujeres en
los sistemas agroalimentarios y en los procesos de elaboración y toma de
decisiones de políticas públicas de alimentación y la nutrición.
“La
voz y agencia de las mujeres es fundamental para alcanzar hambre cero
al año 2025, y los objetivos de desarrollo sostenible”, señaló Brito al
respecto.
Un factor urgente es que los países desarrollen marcos
jurídicos y programas que respondan a las necesidades específicas de las
mujeres indígenas y afro descendientes, dado que muchas de ellas sufren
los más altos índices de inseguridad alimentaria en la región.
La
estrategia destaca la necesidad de promover políticas que involucren
intencionalmente a las mujeres jóvenes, considerando sus intereses,
condiciones y necesidades.
Este artículo fue publicado originalmente por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. IPS lo distribuye por un acuerdo especial de difusión con esta oficina regional de la FAO.
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