8/12/2022

Desaparecer la política y a los políticos; pongámoslos a trabajar –todos juntos- para la comunidad



Pedro Echeverría V.

1. Los políticos, los administradores, los banqueros, empresarios y negociantes –que no son más de cinco mil sujetos- se llevan más de la mitad de la riqueza del país; la otra mitad de la riqueza es la que sostiene la economía de 100 o 130 millones –que en este caso viven en México- son los que producen toda la riqueza que se consume. Por escribir esto en anteriores artículos me han criticado preguntándome que si los ricos no tienen derecho a tener dinero. Yo les he respondido que sí, siempre y cuando todos tengan dinero. Es totalmente inhumano que unos cuantos tengan todo y la inmensa mayoría sea pobre y miserable.

2. La política, que debería ser una ciencia para estudiar las naciones, planearlas para servir a sus habitantes y prepararlos para que también logran capacidad para ponerse al servicio de los seres humanos, fue convertida la política en instrumento de grupos, de partidos de nefastos políticos, cuyo único fin es el dinero y el poder. No hay, no ha habido, un gran empresario o político pobre porque todos se han dedicado a desfalcar el erario público y a oprimir a la población. Así se ha desarrollado el capitalismo. Por ello muchos estudios de economistas y marxistas han demostrado que, si todos trabajaran, bastarían tres o cuatro horas diarias para que todos tengan lo necesario para vivir.

3. Para destruir la corrupta política y a todos los políticos que se aprovechan de ella para imponer su poder y robar, en pasado artículo propuse que los altos cargos se rifen o sorteen entre la gente más capaz y honesta, que posea una idea clara de lo que es México y esté dispuesto a trabajar en beneficio de la población. No habrá derroche de dinero en organismo electoral, ni en partidos, ni en compra de votos, ni en propaganda, puesto que no habrá campañas electorales. Quien se sienta muy capaz para ser presidente, haya elaborado un programa, sea honesto y no tenga acusación alguna de ningún tipo, simplemente exigirá que su nombre esté en las bolitas del sorteo.

4. Ningún poderoso político tradicional, ni empresario opresor, podrá inscribirse para ser sorteado, por razones obvias de ladrón, opresor y explotador. Que se tenga la seguridad que quien salga como presidente de la República será ejemplo de honestidad y con muchos conocimientos. Con el sorteo mandaríamos al carajo a los partidos que sólo pelean por el poder; pero también a los empresarios que repartían dinero entre los políticos en campaña para asegurar sus inversiones y demás negocios. El nuevo presidente no tiene que devolver favores ni inversiones; estaría limpio de compromisos con personajes, pero sabiendo que sólo debe servir a los jodidos.

5. Los partidos, y todo lo que está ligado a procesos electorales, se irían a la basura sino tienen capacidad para construir propuestas para elaborar programas comunitarios. El nuevo gobierno ya no mantendría a partidos, al INE y demás organismos. Escribí que los procesos electorales se resumen en manipuleos con engaños y sobornos, así como compra de votos por el muy bajo nivel de participación de la población. Decía también que las encuestas –como se quiere argumentar de que habrá mil encuestadoras honestas, muy profesionales- son la peor imposición del “dedazo” y del “dedito”. ¿cómo echar a la basura el acarreo y la imposición, si Morena ha demostrado hasta la saciedad que es igual a los demás partidos? (11/VIII/22)


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