Entrevista
a Nerea Barjola sobre las»nuevas» formas de violencias sexual,
violencias machistas, que hombres están ejerciendo en España en espacios
de ocio, pinchando sustancias químicas en el cuerpo de las mujeres.
Nerea Barjola va poniendo los puntos sobre todas las íes que
encuentra en el camino: “Algunos expertos en drogas reproducen de forma
sutil la falta de credibilidad de las mujeres, por lo que despolitizan
al feminismo como movimiento y le restan contenido”, alerta sobre los
pinchazos.
Que no haya sumisión química no implica que los pinchazos no se
produzcan. “Ya tenemos la palabra de las compañeras: están siendo
pinchadas”, agrega. Reformular todo el debate, borrar la alarma social
que incrementa en las mujeres el terror sexual, colocar el peso de este
fenómeno sobre las ligeras espaldas de los hombres y recordar una y
todas las veces que sean necesarias qué es el patriarcado, es parte del
discurso de esta doctora en feminismos y género, autora de Microfísica sexista del poder (Virus Editorial, 2018).
¿El fenómeno de los pinchazos es una nueva forma de terror sexual?
Sí,
indudablemente. Vincula el miedo a lo que te puede ocurrir: a estar
constantemente en alerta en vez de disfrutar de tu tiempo de ocio. Y en
ese estar en alerta hay una merma en los derechos de las mujeres. En esa
representación del peligro sexual siempre debemos cargar nosotras con
que no nos ocurra nada malo y que es nuestra responsabilidad si nos
ocurre, cuando la responsabilidad no debería recaer sobre nosotras, sino
en ellos. Son ellos los que no deberían tomar el espacio público a
partir de cierta hora debido al terror sexual que generan.
Estar siempre en alerta es muy cansado. ¿Cómo podemos darle la vuelta?
Es
muy importante la conceptualización que he hecho en mi trabajo: la idea
de girar la mirada. Esas representaciones nos indican donde está el
limite —el patriarcado diciéndonos qué podemos hacer y qué no— y debemos
ir a saber que todas esas dinámicas sobre nuestros cuerpos nacen de una
estructura patriarcal sustentada en el machismo.
Si la alarma social fortalece el miedo, lo único que hace es reproducir el terror sexual
¿Cómo giramos la mirada?
Deconstruyendo esas
representaciones y teniendo claro quién está ejerciendo su poder y
ostentado privilegios. La mirada debe situarse en quien agrede, no en
quien es agredida. Pero, de momento, el foco se pone en la vida de las
mujeres: regresa pronto a casa, vuelve acompañada, ten cuidado con lo
que sientes y con quien vas. Sería imposible decirles a los hombres
“oye, a las diez de la noche tienes que volver a casa porque si vais en
grupo, violáis”. La reducción de derechos de los hombres es impensable,
pero la de las mujeres está absolutamente naturalizada. Esas
representaciones normalizan que las mujeres tengan que salir con miedo,
enfrentarse a violencias sexuales y vivir con limitaciones cuando salen a
pasarlo bien.
La reducción de derechos de los hombres es impensable, pero la de las mujeres está absolutamente naturalizada
Los Mossos d’Esquadra mantienen todas las hipótesis abiertas:
desde que el fenómeno puede ser un juego de rol, un reto de internet o
una movida incel/machista para mantener a las mujeres aterrorizadas.
¿Siempre habrá algo nuevo para que todo siga igual?
Sí, los
formatos cambian pero el contenido no. Es importante centrar el debate y
omitir las hipótesis de esos expertos en drogas e investigadores de los
cuerpos de seguridad que nos despolitizan. Ya tenemos la palabra de las
compañeras: están siendo pinchadas. Algunos expertos reproducen de
forma sutil la falta de credibilidad de las mujeres, por lo que
despolitizan como movimiento al feminismo y le restan contenido. El
pinchazo en sí ya es una forma más de ejercer violencia sobre las
mujeres, con independencia de su intencionalidad. Nos importan sus
consecuencias: los pinchazos reproducen terror sexual en las mujeres que
toman el espacio público y el ocio nocturno. Por tanto, si la alarma
social está fortaleciendo el miedo, lo único que está haciendo es
reproducir el terror sexual en el conjunto social.
¿Qué debemos hacer para no caer en el terror sexual?
Reformularía
la pregunta: qué tienen que hacer ellos para no seguir ejerciendo
terror sexual y violencia sexual, para que nosotras no nos sintamos
amenazadas y con miedo porque sí. La pregunta es qué deben hacer ellos, y
una de las primeras respuestas es reformularse y aprender de teoría
crítica feminista. Y, sobre todo, ponerse de frente a sus privilegios y
darse cuenta de que ejercen violencia sexual sobre sus amigas,
compañeras y las mujeres que forman el conjunto social. En cuanto a
nosotras ya sabemos lo que tenemos que hacer: autodefensa feminista y
delegar nuestro cuidado y protección a nuestras compañeras. Cuanto más
deleguemos nuestro cuidado a los hombres, más desprotegidas estamos y
más fácil es que se reproduzca la violencia sexual.
¿Alguna idea importante más?
Una idea importante
en el fenómeno de los pinchazos es que nos permite pensar que hay un
movimiento de hombres organizados. Siempre han estado organizados, pero
con este fenómeno no nos pueden decir que no, porque para pinchar
necesitas tener jeringuillas y drogas con antelación. Aparte, es
importante darnos cuenta de que la práctica de los pinchazos contiene
riesgos para la integridad de las mujeres, como la transmisión de
enfermedades a través de las agujas. Ojalá la indignación y la alarma se
convirtieran en un debate serio con perspectiva feminista, no un simple
cacareo y cruce de voces con el que no llegamos a ningún sitio excepto a
reproducir violencia sexual. Si decimos lo primero que se nos pasa por
la cabeza sin teoría feminista, reproducimos el sistema machista.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/violencia-machista/nerea-barjola-fenomeno-pinchazos-permite-pensar-hay-movimiento-hombres-organizados?&utm_medium=social&utm_campaign=web&utm_source=twitter
** Sobre Nerea Barjola (Santurtzi, 1980) : Es politóloga
feminista autora de libro ‘Microfísica sexista del poder’ (Virus
Editorial)
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