9/30/2008

Los otros 68

Utopía

Eduardo Ibarra Aguirre


Al cumplirse 40 años de la consumación --a sangre, fuego y cárcel-- de la derrota del movimiento estudiantil y popular de 1968, recupero una de las múltiples expresiones, no capitalinas ni estudiantiles, de la solidaridad que suscitó en el norte de Tamaulipas, como en diversas regiones de la República, e insuficientemente registradas por protagonistas y estudiosos.

Primero una remembranza personal. Felipe Millán, uno de los integrantes del comité regional del Partido Comunista Mexicano, me acompañó el miércoles 2 de octubre a la estación del ferrocarril de Río Bravo para trasladarme a Matamoros. Tras platicar largo y tendido, minutos antes de abordar el tren, me soltó a boca de jarro:

--Parece que hubo una matanza de estudiantes en México.

--¿Cómo? ¿Cuándo? –fue todo lo que hilvané.

--Lo escuché en la radio y la información es muy confusa –alcanzó a decirme el ahora periodista, mientras el tren arrancaba, quizá a las 19 horas, bajo un cielo intensamente azul, nubes blancas y un sol de verano. La nítida imagen quedó registrada como una fotografía. La confusión envuelta en preocupación también.

La sorda represión posterior del afamado Chacal de Tlatelolco, intensa pero selectiva, se hizo presente por los rumbos de Río Bravo, Matamoros, Valle Hermoso, Reynosa, Miguel Alemán…

Pero la Central Campesina Independiente --conducida por Crispín Reyes, Severiano Ponce Sandoval, los hermanos Rosendo y Guadalupe Gaona, Isaías Pineda y Pantaleón Zedillo, entre otros--, tomó las calles en varias ocasiones para marchar e impulsar el apoyo rural a los seis puntos del pliego petitorio del Consejo Nacional de Huelga, a la vez que planteaba sus propias reivindicaciones: Mejores precios de garantía para el sorgo y maíz, disminución de las cuotas de riego...

En las asambleas de ejidatarios, contadas pero también de obreros agrícolas --un año antes padecieron a las fuerzas policiales de Agapito González Cavazos que rompieron en El Control, la primera huelga de granjas avícolas de que se tenga memoria--, se informaban y discutían las novedades que arrojaba la rebelión estudiantil.

Los centros de educación media y superior, más lo primeros pues los segundo eran tres, recibían decenas de miles de octavillas en Matamoros y Reynosa, distribuidas bajo el sello de la discreción, pues la vigilancia policiaca estaba a la orden del día.

Por aquellos días visitó Matamoros Romeo Medrano, representante de la asamblea de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales ante el CNH. Recuerdo que después de realizar una frívola disección de las corrientes que actuaban en el movimiento, en la cafetería que estaba a un costado de la presidencia municipal, no se molestó en auxiliarnos en el riesgoso reparto nocturno de propaganda.

Los miles de ejidatarios, comuneros y jornaleros agrícolas que marcharon por las calles ríobravenses, de la sede de la CCI a la plaza Benito Juárez, y muchos más que recibieron información y deliberaron en sus comunidades, no tenían aquellos pequeños reparos, y lo mismo portaban mantas de su organización social, que cartulinas hechas por sus hijos estudiantes de secundaria o de preparatoria, coreaban consignas y repartían volantes hechos en mimeógrafo.

La solidaridad del agro del norte de Tamaulipas con el movimiento del 68 ni remotamente conmovió a los estudiantes de la Universidad Nacional y el Instituto Politécnico como los campesinos de Topilejo, pero seguramente tuvo mayor consistencia, continuidad y alcance. Por cierto, uno de sus municipios lleva el nombre del genocida Gustavo Díaz Ordaz.

Una visión centralista, en cierta forma achilangada, del movimiento estudiantil y popular de 1968 tiende a omitir la multiplicidad de expresiones universitarias, campesinas y hasta sindicales que, gracias a la izquierda política y social de hace cuatro décadas, se materializaron por diversos rincones de la República.

Acuse de recibo

Comenta el doctor Mario Rivera Ortiz: “Los últimos acontecimientos en la escena financiera mundial me hacen recordar que no hace mucho tiempo hubo prestigiosos politólogos y profesores universitarios que aseguraban que Karl Marx estaba muerto y enterrado, y yo creo que tenían algo de razón, porque ahora está muerto, pero de risa...”.

La Universidad Nacional Autónoma de México, a través del Centro Cultural Tlatelolco, invita a la presentación del libro 1968: la historia también está hecha de derrotas, del ahora senador Pablo Gómez Álvarez, hoy a las 18:00 horas, en el Aula Magna del Centro Cultural Universitario Tlatelolco… Le comparto otra invitación, ésta de Lilia Cisneros Luján y es para ver Héroes convocados (Manual para la toma del poder). Se estrena hoy a las 18:00 horas, en el teatro Benito Juárez, Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc. Teléfono: 55 92 73 89. Cooperación: $200.00…

La Revista Mexicana de Comunicación cumple 20 años y convoca para el 2 y 3 de octubre al foro Comunicación, sociedad y política en el México de hoy, a efectuarse en cinco mesas de trabajo y con diversos especialistas, en la Casa Lamm.

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