11/10/2008

La violencia es la forma más elemental de imposición del poder


Si te meto una ostia, te incrusto el anillo en la cara.

VIOLENCIA.- Su utilización es instintiva y no requiere el uso de una inteligencia humana, los animales irracionales la practican para imponerse.
Milagrosa Carrero Sánchez KaosExtremadura


Los seres humanos, siempre tan sofisticados, manejamos un amplio abanico de herramientas de dominación entre las que tampoco hemos prescindido de la violencia. Hemos inventado, por ejemplo, la guerra, la tortura, los abusos, la violación, o la violencia “doméstica” según se trate de aplicar estos procedimientos para imponernos a un pueblo entero, a alguien particular, a menores, o a todas las mujeres.

Por ejemplo, “si te meto una Hostia te incrusto el anillo en la cara” es una expresión impositiva y violenta que mucho y muchas, aunque no se atrevan a reconocerlo, han oído a su padre, mientras que “antes de que estés con otro te meto el cuchillo jamonero por el coño y te parto en canal” lo dicen ciertos “hombres” a “sus mujeres” cuando estas se niegan a permanecer como una más de entre sus propiedades.

Pero las guerras y la violencia machista sólo son una mínima parte del problema, una herramienta más para esclavizar, por la fuerza, a un colectivo al que también se intenta persuadir mediante coacciones, abusos, humillaciones, ninguneos, ataques a la imagen, etc, y un interminable número de convincentes técnicas de captación diseñadas para que las víctimas respeten voluntariamente el orden discriminatorio, clasista o machista en cada caso, que le quiere ser impuesto.

Nos encontramos así con un mundo heredado, fatalmente repartido, donde cada día se acentúan más las diferencias entre ricos y pobres, y si no hacemos algo para evitarlo, se perpetúan las existentes entre hombres y mujeres.

Muchos tenemos claro que es necesaria una reforma fiscal que grave los impuestos directos, obteniendo así recursos para ofrecer unos servicios públicos completos y de calidad, o como popularmente se ha dicho, que quite a los ricos para que no haya pobres, y acabando así con la discriminación clasista.

¿Pero como acabar con la discriminación machista? ¿Cómo redistribuir el poder entre hombres y mujeres acabando a su vez con el uso de la violencia doméstica como estrategia? ¿Cómo acabar con las perpetuación del predominio masculino sobre la esfera pública? ¿Cómo redistribuir el poder corrigiendo estructuras heredadas tras siglos de “comedura de coco”? ¿Cómo superar el tópico de las “incomparables” cualidades” presumibles en el hombre frente a las incuantificables carencias” supuestas en la mujer?¿Como convencer a tu amigo, tu compañero, tu hijo, tu padre, o tu hermano que no por haber heredado el poder tiene más derecho que tú a ostentarlo? .

La izquierda feminista de hoy exige herramientas redistributivas que vayan más allá de la tímida ley de igualdad de género que, mucho ruido y pocas nueces, presume de aportar unas soluciones que no da, y denuncia la ineficacia de la una Ley Integral Contra la Violencia de Género que lejos de abordar la raíz del problema se limita a poco más que a aumentar las penas de los maltratadores.

Si nos preocupa que cada dos días o tres días una mujer muera a manos de su pareja, en nuestro país, recordemos que esas muertes son el inevitable daño colateral del ejercicio sistemático de la violencia contra las mujeres, como una herramienta más de sometimiento a un sistema discriminatorio, e injusto, sobre el que hay que actuar.

Son necesarios mecanismos eficaces que corrijan el desequilibrio de participación en todos los ámbitos de poder, leyes que aceleren el proceso por el cual mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades reales hasta participar en la toma de decisiones. Violencia machista es igual a discriminación, y la igualdad es un derecho que, como todos, hay que conquistar y mantener, sin esperar que las soluciones caigan del cielo.
Congreso Internacional contra la Violencia Familiar
Orientar a víctimas de violencia familiar, labor de los medios

Por Dora de la Cruz García/corresponsal

Cd. Victoria, Tams., 7 nov 08 (CIMAC).- Durante el Sexto Congreso Internacional Contra la Violencia Familiar "Mejores Familias", organizado por el DIF estatal, el periodista Guillermo Ortega Ruiz afirmó en entrevista que los medios de comunicación son fundamentales para contribuir a eliminar la violencia familiar, promoviendo la denuncia y alertando, y orientando a víctimas y agresores.

“Los medios de comunicación orientan a la población a dónde pueden acudir para pedir ayuda, pero es necesario decir a la población que la agresión es simplemente la comisión de un delito”, precisó el periodista.

Señaló que lamentablemente los medios de comunicación son culpables de llevar la violencia a casa, a través de las historias que se cuentan, las imágenes y una serie de noticias, que irrumpen los hogares, por eso actuar para resolver y prevenir la violencia familiar, es un compromiso.

“Los hogares no deben significar zona de alto riesgo, los medios de comunicación tenemos que actuar para contribuir a resolver este problema de la violencia familiar y promover los derechos e información sobre los programas que existen, a dónde pueden acudir para recibir ayuda a víctimas y victimarios, pero también para que rompan el silencio”.

Guillermo Ortega señaló que siete de cada diez mexicanas de 15 a 40 años tienen historias de violencia en su vida familiar: en la casa, en el trabajo, en la escuela.

“Y esta violencia trastoca de manera singular sus vidas, por eso es importante que los medios de comunicación contribuyan a informar que el acceso a una vida libre de violencia de las mujeres es un derecho”.

08/DCG/VR/GG

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