12/01/2009


Utopía

Disculpe, qué festejó

Eduardo Ibarra Aguirre


No son los críticos de la academia y del periodismo, tampoco los adversarios políticos de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, los autores de uno de los diagnósticos más crudos sobre la situación del país. Es él mismo: “El país no se nos fue de las manos”.


En rigor, la frase es poco creativa y nos remonta, necesariamente, al diagnóstico presentado por Miguel de la Madrid Hurtado, en la víspera del término del sexenio inaugural del modelo de capitalismo salvaje, pero de compadres, el rumbo que cumplió ayer 27 años y pese a los paupérrimos resultados en crecimiento económico y bienestar popular, crea y recrea políticas y programas gubernamentales bajo el sello de la verdad única, del “No hay más ruta que la nuestra”.


Empecinado en esa ruta a la que la mayoría de las economías desarrolladas y en vías de desarrollo hicieron ajustes de distinta dimensión y alcance para sortear la crisis sin precedente desde la Gran depresión, Calderón Hinojosa y “uno de los mejores equipos de economistas del mundo” condujeron al país al desastre económico (decrecimiento de 9 por ciento), social (6 millones de pobres más), político (“parálisis institucional”, para decirlo en sus exactas palabras) y de seguridad nacional y pública (17 mil muertos por la Guerra contra el narcotráfico, que arrancó el 11 de diciembre de 2006 y que, además, produjo un gobierno y un país militarizados en forma extrema).


Nada hay que festejar. Excepción hecha de que el cinismo del grupo gobernante suponga que su abulia e incompetencia son festejables, pero no por sus familiares, amigos y clientelas políticas, sino por una ciudadanía que no sólo paga los platos rotos con mayores tasas impositivas y servicios públicos más caros, un poder adquisitivo del salario mermado y un vigoroso desempleo; además debe cubrir los gastos de la deslucida y hasta despreciada fiesta de Palacio Nacional, e incluso aplaudir al economista y abogado porque “El país no se nos fue de las manos, a pesar de que la crisis fue más severa y a pesar de que se combinó con una caída de la producción petrolera”.


Caída que estaba mucho más que anunciada y profundidad de la crisis que fue equiparada con “un catarrito” por un Agustín Carstens Carstens que ahora asalta los bolsillos de los empobrecidos causantes, ignorada también por un más que gris, inexistente, secretario de Economía que se negó rotundamente a anticiparse a “un evento (sic) que aún no llega”, amén de un jefe institucional de ambos al que le fascinan los “grandes retos y dificultades”. La abulia y el despotismo, no precisamente ilustrado, se apoderó de todos.


Fue una hora y siete minutos de discurso presidencial para exaltar “avances”, pasar revista a los “logros”, refugiarse en la crítica al sexenio de su exjefe y compañero de partido Vicente Fox Quesada –en el cual desempeñó tres responsabilidades de primera línea y nunca dijo ni pío--, anunciar “un vigor renovado” que no se percibe por ninguna parte a no ser en los festejos privados en sitios y con recursos públicos, para ostentar una insensibilidad propia de José de la Cruz Porfirio Díaz Mori frente a los debates que cruzan diversos espacios, para caricaturizar a sus crecientes adversarios políticos y parapetarse en “el interés de la nación”, como si éste se representara en automático por ser el inquilino principal de Los Pinos, cuando históricamente está demostrado que, con sus contadas y dignas excepciones, es completamente al revés.


Los pésimos resultados son lo cierto, lo tangible. La segunda generación de reformas que anunció, entre ellas la política y la energética, es como el decálogo del 2 de septiembre, apuestas ante la incapacidad para afrontar y conducir los agobiantes procesos socioeconómicos en curso.


Acuse de recibo


La Red contra la Represión y por la Solidaridad denuncia “la desaparición de nuestro compañero Virgilio Noel Mundo López, quien el pasado 5 de noviembre salió aproximadamente a las 8 de la mañana de su casa rumbo al trabajo. Ese día ya no pasó a comprar el periódico al puesto donde habitualmente lo adquiere, no llegó a su trabajo ni regresó a su domicilio (…) es un luchador social incansable, adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, que ha realizado un trabajo constante en las comunidades zapatistas en resistencia de Chiapas, ha organizado muchas caravanas llevando consigo brigadas de trabajo voluntario y proyectos productivos autónomos”… Guridi y Alcocer, diputado de ambos hemisferios es el título del libro de Antonio Tenorio Adame que se presentará el jueves 3, a las 18 horas, en el salón Miguel Hidalgo del Palacio de Gobierno del Distrito Federal, frente al Zócalo capitalino, lado sur. Los comentarios estarán a cargo de Manuel González Oropeza, José Barragán Barragán y Raúl Omar Martínez… La carroza negra de Bush. Soldados mexicanos en Irak y Afganistán, libro de Federico Campbell Peña, se presentó en La otra FIL de Guadalajara y empezará a circular muy pronto. Ambos autores forman parte del productivo Grupo María Cristina.


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