Sophie Bessis es secretaria general adjunta de la FIDH. Nació en Túnez, es catedrática de historia, especialista en las relaciones norte-sur, la geopolítica del tercer mundo y las cuestiones africanas. Es investigadora asociada al Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS, París).
Nos reunimos con ella el 3 de marzo en la sede de la FIDH, recién llegada de Túnez y de camino a Ginebra.
Nos reunimos con ella el 3 de marzo en la sede de la FIDH, recién llegada de Túnez y de camino a Ginebra.
Túnez ha sido el primer país en levantarse. ¿Cómo han participado las mujeres en el levantamiento? ¿Qué influencia pueden tener en el mundo árabe?
Los movimientos de mujeres están muy activos en este Túnez en construcción. Estaban en las calles, se manifestaban. Durante toda la época de la dictadura, las asociaciones estaban llenas de mujeres. Las grandes figuras de la sociedad civil tunecina son hoy figuras femeninas. Entre las figuras más respetadas de la sociedad civil tunecina están las mujeres y con esto quiero decir que han jugado un papel en la resistencia a la dictadura, en la resistencia a la represión, y es evidente que estas mujeres no van a dejar que les quiten este papel en la construcción de la democracia tunecina, que, si no es una democracia igualitaria, no será una democracia en absoluto.
Por todas partes en el mundo árabe, las mujeres se mueven. Existe desde hace cuatro años una gran campaña que trabaja para levantar las reservas de los Estados árabes a la convención CEDAW, que se denomina coalición Igualdad sin Reservas. La coalición está formada por varias decenas de asociaciones de mujeres del mundo árabe, desde Marruecos a Arabia Saudí, que luchan por sus derechos.
Por tanto, evidentemente, puesto que las mujeres tunecinas disfrutan de unos derechos más amplios que las demás mujeres del mundo árabe, puesto que el Código del Estatuto Personal de 1956 y las leyes posteriores son leyes, no igualitarias, pero mucho menos desigualitarias que en el resto del mundo árabe, es obvio que las mujeres tunecinas pueden servir de modelo para la emancipación de las mujeres de otros lugares del mundo árabe.
Dicho esto, que puedan servir de modelo no significa que no deban seguir con su lucha, ya que esa lucha no ha terminado, todavía no se ha logrado la igualdad total.
¿Cuáles son las reivindicaciones actuales de las asociaciones de mujeres de Túnez?
Ante todo, lograr que la nueva democracia tunecina y las nuevas instituciones de esta democracia garanticen todos los derechos de las mujeres y la igualdad de sexos. Partimos del principio de que una democracia que no garantice la igualdad sería, desde el primer momento, una democracia truncada.
Las reivindicaciones están perfectamente claras en lo que respecta a las asociaciones de mujeres de Túnez, en concreto, la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (ATFD), la Asociación de Mujeres Tunecinas para la Investigación y el Desarrollo y el Colectivo Magreb Igualdad 1995. Estas asociaciones han soportado la época de la dictadura y, como no apoyaban a la dictadura, se les consideraba parte de la oposición. En la actualidad vemos que su lucha durante todos estos años no ha sido inútil, porque hoy están en primera línea. Están elaborando un cuaderno de reivindicaciones que permitirá garantizar la igualdad de sexos y el mantenimiento de los derechos de las mujeres en el Túnez democrático que esperamos ver aparecer a raíz de este levantamiento y del movimiento actual.
La FIDH realizó una misión la semana pasada precisamente para apoyar las reivindicaciones de las asociaciones femeninas y para respaldar la defensa que están haciendo ante las comisiones y los partidos políticos. Se trata de asegurarse, en primer lugar, de que haya mujeres en sus listas electorales, en sus listas de candidatos.
Junto a las asociaciones de mujeres, solicitamos la paridad, sabiendo que, por desgracia, no la conseguiremos a la primera. Pero, probablemente, haya cuotas en un primer momento. El código electoral, que se está preparando y todavía no ha sido aprobado, prevé una cuota de en torno al 30% de mujeres. Creo que la cuota será del 30% en las listas electorales y lo deseable sería, evidentemente, que hubiera también una cuota de mujeres en los cargos elegidos. Los partidos que se denominan democráticos no deberían ser menos que el antiguo RCD, el antiguo partido hegemónico en el poder, que había instaurado cuotas en sus filas de un 30% de mujeres.
¿Cuál es el futuro de los derechos de las mujeres en Túnez?
Nadie se atreverá a decir hoy que está en contra de los derechos de las mujeres, eso ya es algo.
Sin embargo, es obvio que no todos los partidos están en la misma longitud de onda en lo que se refiere, especialmente, a la igualdad jurídica total. Las asociaciones de mujeres demandan, entre otras cosas, que se proclame en las nuevas leyes la igualdad en las herencias y algunos partidos se han pronunciado en contra.
Obviamente, tendrán que luchar como siempre. Las mujeres siempre tienen que luchar, pero hoy la revolución tunecina se ha hecho con las mujeres y la construcción de la democracia tunecina se hará con ellas. Por supuesto, ahora deben luchar, porque estas sociedades siguen siendo, ante todo, patriarcales y la ley es desigualitaria, al igual que las costumbres, como en todas las demás sociedades del mundo, cabe añadir. Pues bien, como siempre, las mujeres tienen que luchar el doble o el triple para poder ocupar su lugar. No obstante, es evidente que las tunecinas luchan hoy por participar plenamente en el proceso de transición.
Palabras recogidas por Catherine Capdeville – ÉGALITÉ
Traducción por Miguel Braña
Los movimientos de mujeres están muy activos en este Túnez en construcción. Estaban en las calles, se manifestaban. Durante toda la época de la dictadura, las asociaciones estaban llenas de mujeres. Las grandes figuras de la sociedad civil tunecina son hoy figuras femeninas. Entre las figuras más respetadas de la sociedad civil tunecina están las mujeres y con esto quiero decir que han jugado un papel en la resistencia a la dictadura, en la resistencia a la represión, y es evidente que estas mujeres no van a dejar que les quiten este papel en la construcción de la democracia tunecina, que, si no es una democracia igualitaria, no será una democracia en absoluto.
Por todas partes en el mundo árabe, las mujeres se mueven. Existe desde hace cuatro años una gran campaña que trabaja para levantar las reservas de los Estados árabes a la convención CEDAW, que se denomina coalición Igualdad sin Reservas. La coalición está formada por varias decenas de asociaciones de mujeres del mundo árabe, desde Marruecos a Arabia Saudí, que luchan por sus derechos.
Por tanto, evidentemente, puesto que las mujeres tunecinas disfrutan de unos derechos más amplios que las demás mujeres del mundo árabe, puesto que el Código del Estatuto Personal de 1956 y las leyes posteriores son leyes, no igualitarias, pero mucho menos desigualitarias que en el resto del mundo árabe, es obvio que las mujeres tunecinas pueden servir de modelo para la emancipación de las mujeres de otros lugares del mundo árabe.
Dicho esto, que puedan servir de modelo no significa que no deban seguir con su lucha, ya que esa lucha no ha terminado, todavía no se ha logrado la igualdad total.
¿Cuáles son las reivindicaciones actuales de las asociaciones de mujeres de Túnez?
Ante todo, lograr que la nueva democracia tunecina y las nuevas instituciones de esta democracia garanticen todos los derechos de las mujeres y la igualdad de sexos. Partimos del principio de que una democracia que no garantice la igualdad sería, desde el primer momento, una democracia truncada.
Las reivindicaciones están perfectamente claras en lo que respecta a las asociaciones de mujeres de Túnez, en concreto, la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (ATFD), la Asociación de Mujeres Tunecinas para la Investigación y el Desarrollo y el Colectivo Magreb Igualdad 1995. Estas asociaciones han soportado la época de la dictadura y, como no apoyaban a la dictadura, se les consideraba parte de la oposición. En la actualidad vemos que su lucha durante todos estos años no ha sido inútil, porque hoy están en primera línea. Están elaborando un cuaderno de reivindicaciones que permitirá garantizar la igualdad de sexos y el mantenimiento de los derechos de las mujeres en el Túnez democrático que esperamos ver aparecer a raíz de este levantamiento y del movimiento actual.
La FIDH realizó una misión la semana pasada precisamente para apoyar las reivindicaciones de las asociaciones femeninas y para respaldar la defensa que están haciendo ante las comisiones y los partidos políticos. Se trata de asegurarse, en primer lugar, de que haya mujeres en sus listas electorales, en sus listas de candidatos.
Junto a las asociaciones de mujeres, solicitamos la paridad, sabiendo que, por desgracia, no la conseguiremos a la primera. Pero, probablemente, haya cuotas en un primer momento. El código electoral, que se está preparando y todavía no ha sido aprobado, prevé una cuota de en torno al 30% de mujeres. Creo que la cuota será del 30% en las listas electorales y lo deseable sería, evidentemente, que hubiera también una cuota de mujeres en los cargos elegidos. Los partidos que se denominan democráticos no deberían ser menos que el antiguo RCD, el antiguo partido hegemónico en el poder, que había instaurado cuotas en sus filas de un 30% de mujeres.
¿Cuál es el futuro de los derechos de las mujeres en Túnez?
Nadie se atreverá a decir hoy que está en contra de los derechos de las mujeres, eso ya es algo.
Sin embargo, es obvio que no todos los partidos están en la misma longitud de onda en lo que se refiere, especialmente, a la igualdad jurídica total. Las asociaciones de mujeres demandan, entre otras cosas, que se proclame en las nuevas leyes la igualdad en las herencias y algunos partidos se han pronunciado en contra.
Obviamente, tendrán que luchar como siempre. Las mujeres siempre tienen que luchar, pero hoy la revolución tunecina se ha hecho con las mujeres y la construcción de la democracia tunecina se hará con ellas. Por supuesto, ahora deben luchar, porque estas sociedades siguen siendo, ante todo, patriarcales y la ley es desigualitaria, al igual que las costumbres, como en todas las demás sociedades del mundo, cabe añadir. Pues bien, como siempre, las mujeres tienen que luchar el doble o el triple para poder ocupar su lugar. No obstante, es evidente que las tunecinas luchan hoy por participar plenamente en el proceso de transición.
Palabras recogidas por Catherine Capdeville – ÉGALITÉ
Traducción por Miguel Braña
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