Amenaza a ayunantes y las lleva al hospital
Por Sandra de los Santos, corresponsal
Tuxtla Gutiérrez, 17 mar 11 (CIMAC).- Las mujeres indígenas tzeltales que iniciaron una huelga de hambre hace 23 días frente al Palacio de Gobierno del estado de Chiapas, fueron trasladadas la madrugada de ayer al Hospital Regional de esta ciudad, al igual que Pedro Méndez Núñez, quien también estaba en ayuno.
Los familiares de Violeta Cruz, de 29 años de edad; de la niña Orbelina Méndez, de 13, y de Pedro Méndez Núñez denunciaron ayer que funcionarios del Consejo Estatal de Derechos Humanos (CEDH) bajo amenazas trasladaron a los huelguistas al hospital, donde hasta hoy continúan con su huelga de hambre.
El pasado lunes a medianoche Agretina Gutiérrez Núñez, de 27 años, quien también está en ayuno, fue trasladada al mismo nosocomio por su delicado estado de salud. En el hospital la indígena tzeltal decidió continuar con su huelga de hambre, pero los médicos intentaron ayer, en repetidas ocasiones, hacerla comer denunció Óscar Méndez Núñez, familiar de los huelguistas.
“En la madrugada –del miércoles– a la compañera Agretina ya la iban a dar su alta voluntaria, pero en ese momento llegaron los del Consejo de Derechos Humanos junto con las demás compañeras y el compañero, a quienes llevaron bajo amenaza y engaños y ya no permitieron que se fueran y ahora no nos dejan sacarlos del hospital a pesar de que los propios compañeros piden regresar a su manifestación”, explicó Méndez Núñez.
Hace 23 días, las tres mujeres y Pedro Méndez iniciaron una huelga de hambre para pedir la liberación de sus familiares Armando y Amílcar Méndez Núñez. Los hermanos, militantes de La Otra Campaña (simpatizante del EZLN), fueron detenidos el 16 de diciembre del 2008 y recluidos en el Cereso 17 del municipio de Playas de Catazajá, acusados del homicidio de un integrante de la OPDDIC, organización señalada como paramilitar.
Armando Méndez Núñez fue liberado hace unos días, no así Amílcar, quien continúa en la cárcel.
Las manifestantes exigen el desistimiento de la denuncia en contra de los hermanos por homicidio, así como el castigo a los responsables de la violación sexual que sufrieron Agretina Gutiérrez y Violeta Cruz cuando fueron desalojadas de sus tierras.
Las mujeres también demandan que les sean restituidas sus tierras, y es que ellas –junto con otras familias militantes de La Otra Campaña– fueron desplazadas del ejido Cintalapa, después de que detuvieron a sus esposos.
Diferentes acuerdos internacionales toman en cuenta la huelga de hambre como una forma de manifestación no violenta y se pide que el médico respete la autonomía de las personas que deciden esta vía de protesta.
“Toda decisión pierde fuerza moral si se toma involuntariamente bajo amenazas, presión o coerción. No se debe obligar a las personas en huelga de hambre a ser tratadas si lo rechazan”, estipula el Tratado de Malta.
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