Cipriana Jurado teme por su vida
Por Anayeli García Martínez
México, DF, 17 mar 11 (CIMAC).- Aunque es considerada como incómoda para las autoridades estatales e impertinente para el Ejército mexicano, Cipriana Jurado Herrera es una firme activista en favor de los Derechos Humanos (DH) que desde el año pasado se sumó a la lista de mujeres exiliadas de Ciudad Juárez, Chihuahua.
En entrevista con Cimacnoticias, Cipriana confirmó que desde junio de 2010 salió de la ciudad fronteriza para emprender una gira en favor de la justicia y de las víctimas de la violencia generada por la guerra entre el gobierno federal y los cárteles de la droga, sin embargo, el clima de impunidad la obligó a no regresar.
A mediados del año pasado Cipriana recibió la invitación de organizaciones civiles de Chicago para viajar a Estados Unidos y hablar de la situación de los DH en México, pero su estancia en el país vecino se prolongó por más de nueve meses debido a los altos índices de violencia en su ciudad natal.
Las amenazas, asesinatos y agresiones contra gente que conocía no cesaron, por el contrario, parecía que el patrón de ataques contra las defensoras de Chihuahua se agravaban cada vez más. Así por ejemplo, en octubre de 2010 policías federales balearon a jóvenes que se manifestaban contra la militarización en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Hechos como estos hicieron que Cipriana pensara seriamente en su seguridad y la de su familia porque si bien desde hace tres años aprendió a vivir con la indiferencia de las autoridades y con el hostigamiento por pertenecer a una agrupación civil –el Centro de Investigación y Solidaridad Obrera– esta vez fue presa del miedo.
Jurado Herrera comenzó a defender sus derechos luego de vivir las pésimas condiciones laborales de las maquilas de Ciudad Juárez, desde entonces comenzó una campaña para exigir servicios de salud en los centros de trabajo, instalaciones seguras y mejores horarios.
Pero las peticiones de esta activista fueron más allá, se organizó con trabajadores y vecinos y también abogó por servicios públicos en las colonias con mayor rezago social: agua, luz, drenaje y calles pavimentadas, fueron las peticiones. Finalmente en 1993 se unió a la búsqueda de justicia para las mujeres asesinadas y desaparecidas en la entidad.
Cipriana afirmó que la situación se agravó con el Operativo Conjunto Chihuahua. Desde 2008, cuando el Ejército incursionó en la entidad, ella denunció los abusos de los elementos castrenses y documentó casos de homicidio y desaparición forzada a manos de militares.
En ese mismo año, fue detenida por elementos de la Agencia Federal de Investigación por una supuesta denuncia de Caminos y Puentes Federales, quien la acusó de obstruir las vías de comunicación cuando participó en una protesta contra el feminicidio y los cazamigrantes en 2005.
Pese a ello no desistió en sus demandas y en su lucha se encontró con más activistas como Josefina Reyes, quien fue asesinada el 3 de enero de 2010. Después le seguirían el homicidio de Marisela Escobedo, en diciembre del mismo año, y de Susana Chávez, en enero de 20111, casos que –consideró– siguen en la impunidad.
En este contexto y con el temor de ser la próxima defensora de DH asesinada en Ciudad Juárez, en enero gestionó los trámites necesarios para pedir asilo político en Estados Unidos y finalmente ayer compareció con el oficial de migración para explicarle su situación. Ahora sólo espera una respuesta positiva a su solicitud.
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