La literatura fue el primer tema puesto a discusión y las escritoras, fueran ensayistas, poetas, dramaturgas o narradoras, las primeras en reflexionar sobre las perspectivas, avances y retos de la mujer en distintos campos de las humanidades y las ciencias. El evento se realizó desde el 8 al 11 de marzo.
La mexicana Carmen Boullosa aseguró que el Congreso Internacional “La experiencia intelectual de las mujeres en el siglo XXI” es una forma de proteger a la mujeres contra la violencia.
“Indirecta, pero muy eficazmente, aquí estamos diciendo, al reflexionar sobre nuestras labores, no más violencia contra las mujeres. Ni una más”, señaló la narradora y moderadora de la primera de 13 mesas redondas que reunió a más de 50 mujeres intelectuales procedentes de México, de América Latina y de Europa.
Al moderar la mesa “Escritoras, poetas y dramaturgas”, en la que participaron la chilena Diamela Eltit, la uruguaya Ida Vitale y la francesa Fabienne Bradu, Carmen Boullosa dijo que con este encuentro México refrenda su tradición de ser acopio de inteligencia, receptor y retransmitor de artes, letras y pensamientos latinoamericanos.
“En momentos tan difíciles como los que atravesamos, cuando el tejido social se cuartea con peligro y cuando las grietas se hacen visibles, las primeras en pagar la violencia desencadenada son las mujeres, sobretodo las niñas; lo pagan en el espacio doméstico, en el trabajo, en el camino a laborar, al caminar por las calles de su ciudad, al salir de la Universidad”, señaló la poeta y narradora mexicana… También Diamela Eltit habló de la mujer a través de la brasileña Clarice Lispector y de “la poderosa e inteligente” escritora Rosario Castellanos, quien dijo, advirtió el acceso de la escritura literaria de las mujeres como una tensión que sobrepasaba los mandatos sociales y sus castigos. “Rosario Castellanos entendió que la escritura no sólo portaba una línea de placer, sino también un espacio considerable de responsabilidad. Pienso en ella como la escritora costilla que autogeneró un trabajo potente que pensó restaurar una categoría ausente en nuestra cultura más material, que puso la ampolla como garantía femenina de la mano y de la letra”, señaló la autora de Los vigilantes. La narradora recalcó que el espacio autorizado para la escritura literaria de las mujeres, especialmente por el mercado y sus tácticas, es el que se funda en los estereotipos sentimentales e incluso desde la apropiación de ciertas premisas feministas. Durante su intervención la ensayista y poeta uruguaya Ida Vitale aseguró que la primera y la última línea de un relato, de todo un libro o de un poema “puede no ser necesariamente la que es, porque todo comienzo es una ruptura respecto a una posibilidad, y todo fin una prolongación interrumpida. Podríamos decir que la obra de arte nace siempre por cesárea”. La crítica literaria e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, Fabienne Bradu, también se sumó a la petición contra la violencia y habló en contra de los estudios de género, a los que se opone por su lenguaje totalitario; además hizo una defensa de la imaginación creadora y del erotismo transgresor. Por una reflexión colectiva El congreso que ayer dio inicio en el Palacio de Bellas Artes y que concluirá el viernes 11, fue definido por Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes como un espacio “para entablar una reflexión colectiva que honre nuestro legado, socialice nuestros lenguajes y visibilice nuestros esfuerzos, que tenga como propósito el buscar verdades amplias que nos contengan a todos”. En el marco del Día Internacional de la Mujer, Sáizar dijo que el propósito de este encuentro es lograr un diálogo colectivo y constructivo entre las mujeres que han alimentado con sus acciones y su pensamiento el tiempo actual y recordó que la política cultural del siglo XXI es que México sea una plataformas intelectuales del español. El Congreso es acercarse a la creación y al pensamiento crítico construido por las mujeres de habla hispana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario