LOS ÁNGELES.- El secuestro, la tortura y el maltrato psicológico son prácticas recurrentes en centros de rehabilitación de adicciones en México. Denunciados ante las autoridades locales y ministerios públicos por personas que padecieron agresiones, estos lugares siguen activos sin supervisión oficial. Incluso, algunos de los administradores son vinculados directamente a grupos de narcotraficantes o a extorsionadores y secuestradores que han amenazado de muerte a los denunciantes.
Para los “padrinos”, como se les llama a quienes administran los lugares, se trata de prácticas para “desfinflar el ego” de los adictos, sobre todo de los más “ingobernables” con el fin de que “adopten los principios de humildad”, de acuerdo a los doce pasos de Alcohólicos Anónimos. Sin embargo, la mayoría de los pacientes son secuestrados en su propio hogar o a la salida de su trabajo con lujo de violencia, bajo la excusa de que los familiares de los “enfermos” son quienes solicitaron el servicio. En su detención, los vendan, los amarran, los esposan o los golpean para someterlos a que respondan dócilmente. Durante sus traslados en autos o camionetas son humillados con ofensas verbales. Y algunos de los testimonios de mujeres denuncian manoseos en sus senos, nalgas y sexo.
El aislamiento de los pacientes es la primera forma de mantenerlos desubicados mentalmente. No les permiten ningún contacto con sus familiares, ni en casos extremos de necesidad de atención médica. La tortura física se intensifica para quienes ponen resistencia o cuestionan algunas de las prácticas, no obstante, la violencia verbal y psicológica forma parte del trato cotidiano. Los testimonios de víctimas de diferentes centros de rehabilitación coinciden en que la alimentación la preparan en condiciones totalmente insalubres y gran parte de la materia prima está en estado de descomposición.
Por otra parte, la falta de medicinas y atención médica ha causado, incluso la muerte de algunos internos. Así mismo, la tortura severa ha cobrado vidas dentro de estos centros, que aún cuando ha habido manifestaciones y denuncias, los victimarios gozan de impunidad sin mayor investigación por parte de las autoridades judiciales. Uno de los casos más conocidos fue el de la Fundación Riviera Maya, donde asesinaron a tres jóvenes en 2008. Los padres de uno de ellos llegaron hasta el congreso local de Quintana Roo en marzo de 2009, para pedir el cierre de centro de rehabilitación, sin que fueran escuchados.
Las autoridades de Salud Pública, en ninguno de los estados donde se han denunciado este tipo de prácticas, han intervenido para supervisar o realizar auditorías cabalmente en estos centros. La mayoría opera de manera ilegal y, según testimonios, las mismas autoridades sanitarias reciben prebendas para seguir ignorando la situación o expedir certificados falsos de autorización.
Testimonios
Fernando, 30 años de edad.
Estuvo internado seis meses en el anexo Zapata, de Toluca, Estado de México. Después de tres meses de aislamiento le permitieron tener contacto con su madre. Fue víctima de maltrato físico y verbal, y testigo de violaciones sexuales a jovencitas. Padrino y propietario del lugar: José Méndez.
0.2504559372091032
0.7586300572724692
Mireya, 46 años.Estuvo internada dos meses en el anexo La Paz, de Orizaba, Veracruz, en contra de su voluntad. Fue invitada a escuchar las pláticas del centro, y una vez adentro, no la dejaron salir. Fue víctima de maltrato verbal y humillación. A su madre le dijeron que Mireya había decidido internarse y que tenía que pagar dos mil pesos mensuales por su estancia, más aparte comida y golosinas que nunca le dieron.
0.30337633848682355
Luna, 31 años.Víctima de maltrato verbal y psicológico, no llegó a tener contacto con su familia mientras estuvo internada cuatro meses en el anexo La Paz de Orizaba, Veracruz. Transgénero, Luna vio denigración y acoso entre los internos, y discriminación entre las internas.
0.8862227154740776
0.7722591681113968
Claudia, 34 años.
Estuvo internada 25 días en la estancia Santa Clara. Era la única mujer en el centro, y uno de los custodios bajo el alias el "Panchón", la tenía amenazada de violación sexual si no se sometía a las tareas que le imponía el padrino y propietario del lugar Erick Graniel. Víctima de humillación por los mismos internos, le ha sido difícil superar la experiencia.
0.5461183547407943
No hay comentarios.:
Publicar un comentario