Servicios de salud no deben discriminarlas: INSP
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México, DF, 25 abr 12 (CIMAC).- Alrededor de 30 por ciento de mujeres migrantes centroamericanas sufre violencia sexual en su paso por México hacia Estados Unidos, por lo que se requieren estrategias “rápidas” de atención a las sobrevivientes de ese delito, a través de los servicios de salud ubicados en la ruta migratoria.
René Leyva, médico investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), dijo a Cimacnoticias que es preciso que las migrantes que transitan por México accedan a servicios de salud para evitar alguna infección de transmisión sexual (ITS) –como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH)–, o un embarazo no deseado.
Leyva, quien estudia el tema desde hace 15 años, señaló que la disponibilidad de insumos como la pastilla de anticoncepción de emergencia (PAE), los antibióticos para atender las ITS o los antirretrovirales en los centros de salud, es fundamental para “amortiguar las consecuencias de este tipo de violencia” contra las migrantes.
El médico indicó que los servicios públicos están obligados a brindar la atención médica necesaria, de acuerdo con la Ley General de Población, y en caso de agresión sexual la prestación de servicios debe ser “inmediata”, pues es considerada una “urgencia médica”, tal y como lo establece la Norma Oficial Mexicana Violencia familiar, sexual y contra las mujeres (NOM 046).
René Leyva lamentó que a pesar de que existe un marco legal adecuado “todavía no ha permeado esta información (entre el personal de salud) en el nivel operativo”. Por lo que las y los migrantes aún son rechazados en los servicios públicos de salud.
Esa situación es inadmisible, ya que las migrantes víctimas de violencia sexual, consideradas en “muy alto riesgo” de adquirir alguna ITS, deben recibir atención durante las 72 horas posteriores a la agresión, observó.
Además mencionó la necesidad de que los centros de salud ubicados en la ruta migratoria cuenten con personal capacitado para brindar apoyo psicológico, como también lo plantea la NOM 046.
Debido a que 25 por ciento de las y los migrantes reporta haber tenido al menos una relación sexual en el tránsito hacia EU, las Casas del Migrante les proporcionan condones e información para que se cuiden en el trayecto. También dan atención psicológica a quienes han sufrido violencia sexual.
Para atender sin restricciones a estas mujeres, el experto aseveró que no se requieren servicios especiales: “Lo que tenemos es suficiente, tenemos la capacidad, está instalada”. Lo que hace falta es sujetarse a la norma vigente y garantizar los insumos requeridos.
A ello debe sumarse “el desarrollo de estrategias rápidas, oportunas, equitativas, que permitan organizar los servicios con este carácter”, a fin de que “se rompa con el rechazo de atender a personas que no son de nuestro país”.
René Leyva refirió que las y los migrantes son un grupo sano que encuentra “la exposición a nuevos riesgos de salud en el tránsito y en los lugares de destino”. En el caso de las mujeres –apuntó– ese riesgo se recrudece por su condición de género.
Según la Secretaría de Gobernación, cada año ingresan a México 150 mil migrantes sin documentos de estancia legal; la mayoría proviene de Centroamérica. De acuerdo con activistas, la cifra asciende a 400 mil.
El médico del INSP explicó que entre el 15 y 20 por ciento de las personas que llegan a las Casas del Migrante son mujeres, y debido a que son minoría ante los hombres sufren abusos a cambio de “protección”.
Por ejemplo el albergue Hogar de la Misericordia, en Arriaga, Chiapas, recibe cada mes cerca de 555 personas, de las cuales alrededor de 55 son mujeres, según el informe La crisis de derechos humanos en la frontera sur de México.
Leyva detalló que con frecuencia las migrantes inician una relación con algún integrante del grupo para que las cuide del resto de los varones. A cambio, ellas les lavan la ropa y tienen relaciones sexuales “casi siempre” desprotegidas.
El 87 por ciento de las migrantes salen de sus países utilizando algún método anticonceptivo, para evitar un embarazo no deseado abundó el especialista.
El INSP ha reportado que 30 por ciento de las migrantes sufre algún tipo de violencia sexual en su paso por México, mientras que entre 5 y 7 por ciento de los hombres reporta haber sido víctima de ese delito.
El agresor sexual no es solamente el “protector”, pues éste suele utilizar el cuerpo de la mujer “a su cuidado” para negociar con otros hombres.
“Dicen los hombres: ‘Dile que te vas con él (trailero); vete adelante para que nos lleve a todos’”, precisó el investigador. A las migrantes les llaman “body card”, es decir, su pase para pagar a otros varones en su tránsito por México.
La situación para ellas se agrava con la ola de violencia que padece el país. Las migrantes también son violadas sexualmente por integrantes de la delincuencia organizada.
En este adverso panorama el médico estima que la prevalencia de ITS y VIH entre estas mujeres debe ser superior a la de las mexicanas. En México, de los 34 mil 976 casos de VIH detectados de 1985 a 2011, el 28 por ciento corresponde a mujeres.
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