Asumen búsqueda que Chihuahua se niega a realizar
Por Gladis Torres Ruiz
México, DF, 23 abr 12 (CIMAC).- Desgastadas, madres y padres de jóvenes desaparecidas en Ciudad Juárez han cambiado —para mal— sus formas de vida, en demanda de una justicia que parece nunca llegará.
Son las familias que al asumir la búsqueda de sus hijas o hermanas
—obligación que las autoridades de Chihuahua se niegan a realizar— padecen un trance cotidiano, que es un reflejo más de la descomposición del tejido social en la urbe fronteriza.
De esa situación, ninguna instancia gubernamental —local, estatal o federal— se hace cargo. Los testimonios familiares son ejemplo crudo de un sistema que además de generar pobreza y marginación, niega el acceso a la justicia.
CONSUMIDAS
Olga Esparza es madre de Mónica Janeth Alanís Esparza, de 18 años de edad, y quien desapareció el 26 de marzo de 2009.
“Las madres de las jóvenes desaparecidas no vivimos, sobrevivimos con un dolor que te va consumiendo día tras día… no nada más nosotras, también nuestras familias, nuestras hijas e hijos… nuestra vida cambió totalmente y nunca será igual”, lamenta.
Mónica Janeth Alanís estudiaba el segundo semestre de la carrera de Administración de Empresas. Desapareció en el tramo que comprende las inmediaciones de la Central Camionera, en el fraccionamiento El Vergel, hasta la avenida Jilotepec. Ella iba a ver a una compañera de escuela para hacer tareas. Nunca llegó.
Bajo el retrato de los 15 años de su hija que cuelga en la pared de la sala, la madre relata que desde hace tres años su vida cambió al dedicarse de tiempo completo a la búsqueda de su hija.
El padre de la joven, Ricardo Alanís, trabajaba para sostener a la familia, pero tras la desaparición de Mónica se agravó su padecimiento en la columna vertebral y fue despedido de la maquiladora donde trabajaba.
Olga Esparza, junto con Norma Laguna —madre de Idaly Juache Laguna, desaparecida el 23 de febrero de 2010—, encabeza el Comité de Madres y Familiares con Hijas Desaparecidas.
DEPRESIÓN
Norma Laguna es madre de familia de un hogar de escasos recursos. Ella cuida a sus tres hijas e hijos menores de edad. Desde que Idaly desapareció padece graves depresiones que le impiden levantarse de la cama y alimentar a sus descendientes.
Cecilia Espinosa, integrante de la Red Mesa de Mujeres —organización civil que acompaña jurídicamente al Comité de Madres y Familiares— informa que el estado de salud de Norma es delicado.
En otro caso, José Adrián Navarro —padre de Nancy Iveth Navarro Muñoz, desaparecida el 13 de junio de 2011 a la edad de 18 años— tuvo que abandonar la búsqueda de su hija y regresar a trabajar para sostener a su nieta de dos años de edad e hija de Nancy, así como a sus otros tres hijos menores de edad y a su esposa.
Iveth Navarro desapareció luego de que salió de su casa para dirigirse al centro de Juárez en busca de empleo.
Otra madre, Yolanda Sáenz Regalado, cuenta con dolor que además de buscar a Brenda Ivonne Ponce Sáenz, cuida a sus demás hijos y hace “milagros” para que el salario de su esposo, obrero de una maquiladora, le alcance hasta el último día de la semana.
Brenda tenía 17 años cuando el 22 de julio de 2008 desapareció también en el centro de Ciudad Juárez.
“A veces hay manifestaciones o reuniones y no puedo ir porque no tengo dinero para los pasajes. Llega el viernes y sólo tengo para tortillas y darle de comer a mis otros dos hijos”, explica Yolanda. “Espero con ansia el sábado, día que cobra mi esposo, para poder comprarles que comer”, agrega.
IMPUNIDAD
A partir de los años 90 se dieron a conocer las desapariciones y asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez. Desde entonces se divulgó que mujeres jóvenes y de origen humilde, en su mayoría, eran raptadas, mantenidas en cautiverio y sujetas a violencia sexual antes de ser asesinadas y dejadas en lotes baldíos.
La Fiscalía General de Chihuahua reporta que desde 1993 a la fecha siguen pendientes 116 casos de mujeres desaparecidas en la urbe fronteriza. Sin embargo, el Comité de Madres y Familiares con Hijas Desaparecidas advierte que son 200 los casos que aún deben esclarecerse, y que la mayoría de ellos ocurrió en el centro de la ciudad.
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