6/21/2012

Los periodistas pal café.....



En las semanas recientes el PRI se ha aplicado en denunciar los presuntos preparativos para un conflicto poselectoral que estaría realizando el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.
El confuso episodio de la cena en Lomas de Chapultepec, en que un asesor uruguayo de la campaña andresina solicitó seis millones de dólares (como una estimación personal, puntualizaría luego Luis Costa Bonino), tuvo como incentivada consecuencia mediática la siembra pautada de especulaciones respecto a un eventual destino de esos fondos para la supuesta rijosidad programada para después del 1º de julio próximo.
Ahora que el propio AMLO se ha puesto a recuperar de diarios y redes sociales la información relacionada con la asamblea en Toluca del cártel de los gobernadores, que se reunió para hacer compromisos electorales, y del modelo Veracruz para el fraude gubernamental en los próximos comicios, los máximos jefes de la estructura formal del priísmo, Pedro Joaquín Coldwell y Miguel Ángel Osorio Chong, han recurrido de nuevo al expediente de ese conflicto anunciado, utilizándolo como parapeto distractor para no ir al fondo del asunto: la creciente evidencia de que, en realidad, lo que parece estar en preparación es un magno fraude comicial que, de darse, tendrá como consecuencia natural la protesta ciudadana.
Joaquín Coldwell fue uno de los principales participantes en una peculiar reunión a la que asistieron 16 de los gobernadores estatales pertenecientes al PRI. El orador central fue EPN y según las versiones recogidas por periodistas locales el tema importante fueron las elecciones y la manera en que esos mandatarios habrán de apoyar al candidato presidencial. El uso de recursos públicos para ese acto partidista fue evidente, pues el encuentro se realizó en la Casa Estado de México, que es la residencia oficial del gobernador de la entidad anfitriona. El corresponsal de La Jornada, Israel Dávila, señaló que en hermetismo los gobernadores habrían estado “durante tres horas con el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, y con el dirigente nacional del tricolor, Pedro Joaquín Coldwell” (bit.ly/LVXK67).
El tema, publicado el 13 del presente mes, fue denunciado ayer por López Obrador, quien añadió que en el cónclave de Toluca habían sido fijadas cuotas electorales a los gobernadores presentes por Miguel Ángel Osorio Chong, ex gobernador de Hidalgo, secretario de organización del comité nacional priísta y operador tan de confianza de Peña Nieto que se le menciona como firme aspirante a ser secretario de Gobernación si Peña Nieto llega a Los Pinos.
Como era obligado, Osorio Chong negó haber impuesto obligaciones electorales a los mandatarios estatales, pero aceptó que en instalaciones del gobierno mexiquense se realizó una sesión partidista. Eso sí, le adjudicó intenciones casi poéticas, bucólicas: fue para ver el panorama político. Dieciséis gobernadores, con el candidato presidencial y los líderes nacionales priístas, dedicados a observar desde ventanales toluqueños el transcurrir electoral. Eso sí, ayer, el ex gobernador de Hidalgo adjudicó la denuncia lopezobradorista a la desesperación derivada de la desventaja que le adjudican las encuestas de opinión y a que va preparando la cantaleta del fraude electoral, ahora incluso adjudicándola a teléfonos celulares que serían utilizados en las urnas para comprobar a compradores de votos que el sufragio fue emitido conforme al mercadeo convenido. Joaquín Coldwell, por su parte, dijo que AMLO piensa reventar el proceso electoral, como lo hizo en 2006.
Al tema de los gobernadores obligados a entregar cuotas de votos para EPN, López Obrador añadió el hallazgo de un documento que muestra operación electoral priísta en un distrito de Veracruz. Todos con Coatepec y la región, se llama la asociación civil que tiene como coordinadores a Adelina Ronzón Costeño, Raúl Martínez Martínez y Raúl García Ronzón. Su propósito explícito es conseguir 6 mil 600 votos para Enrique Peña Nieto mediante un programa de tres semanas que contaría con 600 promotores, a cada uno de los cuales se le pagarían 600 pesos, en dos entregas, para que llevaran diez votantes más, entre amigos y familiares.
En total, se piden 440 mil pesos (con lo cual cada uno de los 6 mil 600 votos acabaría costando, sólo en efectivo, unos 67 pesos), que incluyen 50 desayunos de movilización de promovidos el día de la jornada, estímulos para dos brigadas de jóvenes y un capturista, además de gasolina y saldo para celulares. Además se piden 6 mil 600 unidades de propaganda pro EPN, como lapiceras, sombrillas, destapadores, relojes, termos, trípticos y estímulos en especie para promotores, como despensas, láminas, cemento, relojes.
El programa de promoción priísta del voto denunciado por López Obrador es poca cosa; sin embargo, comparado con el plan Sumemos 10 que en esta columna fue denunciado días atrás y que en bit.ly/O0yxHq puede verse en detalle. En ese mismo distrito modélico, Coatepec, subsecretarios y directores de la Secretaría de Educación de Veracruz actúan como promotores del voto tricolor, mediante un esquema que analiza la situación electoral de cada municipio, secciones y colonias del distrito, con abundancia de datos y metas electorales a alcanzar en cada lugar. Esa misma secretaría de Educación del gobierno de Javier Duarte fue acusada de alojar en una de sus bodegas una montaña de material utilitario y propagandístico a favor de diversos candidatos priístas, proveniente no sólo del propio PRI sino también de una fundación de asistencialismo proselitista que juega con el apellido del mandatario y se denomina Ayudarte (antes, AyuDuarte).
Conforme se acerca la hora de las urnas asoman más evidencias de que discursos, debates y campañas tienen frente a sí la implacable realidad de un intento de fraude electoral que pretende realizarse extracasillas, mediante la operación Ruleta y otras formas de compra del voto, aunque el IFE y sus voceros oficiales y extraoficiales se nieguen a aceptar una realidad creciente e inocultable. ¡Hasta mañana!


En los entretelones de la reunión del G-20, en Los Cabos, el presidente Calderón se lució anunciando que hará una aportación de 10 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional. Es su aportación a la bolsa de 456 mil millones que reunió Christine Lagarde como apagafuegos para los países de Europa que enfrentan agudas crisis económicas. Obviamente, el dinero saldrá del bolsillo de los mexicanos. ¿Tiene facultades el Presidente de la República para disponer de tamaña suma de dinero sin consultar a nadie? Rotundamente no. Carece de facultades para hacerlo, más aún tratándose del FMI, organismo internacional en el cual las aportaciones de los países implican cambios en sus derechos de voto. Requiere de la aprobación previa de las dos cámaras del Congreso. Y en países del primer mundo incluso sería sometido a referendo.
El presidente del empleo busca chamba
En abril de este año, Calderón había publicado un decreto por el cual el Congreso lo autorizó a hacer una primera aportación al FMI por 8 mil 900 millones de dólares. Días antes había estado en México la astuta señora Lagarde; tal vez le hizo cuchi cuchi y consiguió que desembolsara tamaño capital –aunque les negó dinero a las víctimas de la sequía. Una pregunta: ¿esta suma ya está incluida en los 10 mil millones que anunció en Los Cabos, o son dos distintas? Son diferentes. De acuerdo con el Banco de México, se trata de un préstamo a dos años. La suma del préstamo y la aportación es de 18 mil 900 millones. Es el capital que se requeriría para construir dos refinerías a fin de dejar de importar gasolina y de subsidiar a las provedoras de Estados Unidos. Se preguntarán la razón de tanta generosidad. Es que Calderón anda buscando chamba en el extranjero.
El mejor debate
Registró una audiencia extraordinaria el debate organizado por el grupo #YoSoy132, y las fallas técnicas durante su trasmisión por Internet no desmerecieron el éxito. Muchos minutos fue imposible utilizar el buscador de Google, porque el sistema estaba atestado. Las fallas se hubieran evitado si, en su momento, el presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, se hubiera ofrecido para negociar su difusión en algunas cadenas de radio y televisión. ¿O no quería que un público mayor se diera cuenta de la ausencia de Peña Nieto? Por otro lado, sólo se muestra comedido cuando se trata del Consejo Coordinador Empresarial. Ni tardo ni perezoso ofreció las instalaciones del instituto como recinto para que se lleve a cabo la firma por los candidatos presidenciales de un compromiso anticipado de que aceptarán los resultados electorales –cualesquiera que sean. Como he comentado antes, tampoco se le ha ocurrido pedirle al CCE que en la misma ceremonia firme un documento por el que se comprometa a cumplir la Constitución, el Cofipe, y desista de la apelación ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington, por la cual busca intervenir en el proceso electoral insertando sus mensajes –¡ya vimos hace seis años de lo que se trata!– en los medios electrónicos, cuestionando la función que el instituto tiene en esta materia. Ah que Valdés Zurita tan imaginativo para unas cosas y tan falto de cacumen para otras…
Para Ripley
Recientemente se perpetraron varios atentados contra bodegas y camiones de Sabritas en Michoacán y Guanajuato, pero es una empresa grande que puede resistir las pérdidas. No es lo mismo cuando el crimen ataca a empresas pequeñas y medianas. Algo que no sucede en ninguna parte del mundo está ocurriendo en México: negocios que se declaran en quiebra víctimas de la violencia. La extorsión, los robos, los incendios, generan pérdidas tan graves que no tienen otro camino. La directora general del Ifecom (Instituto Federal de Especialistas en Concursos Mercantiles), Griselda Nieblas Aldana, dice que los estados donde se han presentado estos casos son Chihuahua, Veracruz, Chiapas y Tabasco.
Las mejor pagadas
La revista Forbes dio a conocer los nombres de las actrices mejor pagadas: Kristin Stewart, la protagonista de la serie Twilight, ganó 34 millones y medio de dólares el último año. El segundo lugar lo ocupa Cameron Díaz, una de las estrellas de Misión imposible. Levantó 34 millones. El tercer sitio corresponde a Sandra Bullock, metió 25 millones de dólares a la caja registradora. Es la estrella de la cinta Gravity, de Alfonso Cuarón



E eso de revisar por qué las cuentas no cuadran, sería un delito de lesa patria dejar fuera el generoso financiamiento público federal a los partidos políticos y los abultados presupuestos autorizados a la trinca de las llamadas instituciones electorales (IFE, TE y Fepade), quienes bajo el pretexto de que la democracia es cara, si quiere mantenerse como tal y alejada de manos extrañas, se sirven con la cuchara más grande que encontraron. De las arcas nacionales salen multimillonarios recursos públicos que van a parar a empresas políticas (los autodenominados partidos, controlados y usufructuados por una camarilla) y a los organismos (dominados por quienes los partidos deciden) que supuestamente se dedican a vigilar y garantizar la correcta aplicación de la ley en la materia.
Y sí, la democracia mexicana ha resultado carísima por las dos vías: la financiera –expoliación del erario– (lo que de cualquier forma no canceló la inyección de recursos por otras vías ni la descarada participación de manos extrañas) y la ostentosa falta de resultados (económicos, sociales y políticos, es decir, el costo-beneficio por el dinero utilizado contra los resultados ofrecidos), y una democracia sin los segundos no garantiza. Oficialmente, el proceso electoral 2012 costará a la nación alrededor de 15 mil millones de pesos (entre financiamiento a partidos políticos y presupuesto para instituciones electorales), monto que –según dicen– garantiza elecciones limpias y equitativas. Con base en ese presupuesto, el costo por voto potencial será de 178 pesos (padrón con 84 millones de electores), aunque, dada la tradición, se estima que el abstencionismo sería de 40 por ciento, con lo que el costo por voto efectivo se elevaría a 300 pesos (con una participación de 60 por ciento de los electores, algo así como 50 millones de personas), sin considerar apoyos privados e inyección de recursos por parte de manos extrañas.
De acuerdo con información de la Cámara de Diputados, esos 15 mil millones de pesos para 2012 (alrededor de 83 por ciento de esa cantidad es para partidos e IFE) son un monto tres veces mayor al presupuesto anual de la Secretaría de la Reforma Agraria, al de Turismo en el mismo periodo; cuatro con respecto del autorizado para la Secretaría del Trabajo; cinco si la referencia es la Secretaría de Energía y nueve contra el de la Secretaría de la Función Pública. Resulta ligeramente superior al de la Procuraduría General de la República y equivale a casi 70 por ciento del aprobado para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, por citar sólo algunos ejemplos. De ese tamaño es lo que ellos mismos denominan costo de la democracia, aunque en éste nunca incluyen la carencia de resultados favorables para el país.
Pero no sólo en el año citado no cuadran las cuentas. En el periodo 2000-2012, de las arcas nacionales (léase de los bolsillos de los mexicanos) salieron 168 mil millones de pesos para financiar empresas (partidos) políticas e instituciones electorales (IFE, TE y Fepade), porque así lo establece la ley, es decir, la gruesa rebanada presupuestal que, por medio de sus congresistas, los partidos políticos aprobaron para sí mismos y para la trinca cada día menos ciudadanizada y controlada por las propias empresas citadas. En números cerrados, de ese total 41 mil millones han sido para los propios partidos políticos; 109 mil para el Instituto Federal Electoral; 17 mil para el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y mil 300 para la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales.
Un río de dinero, pero, como se ha comentado en este espacio, ¿los partidos políticos y las instituciones electorales realmente valen el oro que los mexicanos gastan en ellos? No, desde luego, pero el problema es que son los propios partidos, por medio de sus representantes (de ellos, no de los ciudadanos) en el Legislativo y con el aval del Ejecutivo, quienes deciden cuánto, cómo y en qué se gasta el dinero de la nación. Así, ellos decidieron para 2012 el financiamiento público para los siete partidos políticos con representación en el Congreso sería de 5 mil 209.6 millones de pesos, de los que el PAN se quedó con mil 316.83 millones, el PRI mil 665.46, el PRD 699.81, el PT 366.1, el PVEM 485.17, el Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) 319.48, y Elba Esther, vía Panal, 356.79.
Lo anterior sólo para el presente proceso electoral. De 2000 a 2012, la danza de los millones, el financiamiento público, supera los 41 mil 273 millones de pesos, de los que 10 mil 991.8 millones fueron para el PAN, 11 mil 632.3 para el PRI, 6 mil 268.1 para el PRD, 2 mil 891.9 para el PT, 3 mil 555.5 para el PVEM, 2 mil 507.2 para Convergencia-Movimiento Ciudadano, y mil 530.5 para la maestra vía Panal. Todos ellos se quedaron con un total de 39 mil 377.3 millones. La diferencia (mil 896.1 millones) corresponde a las nueve empresas políticas que en el periodo se quedaron en el camino al no alcanzar el porcentaje de votación requerido o perder su representación en el Congreso.
Tales empresas privadas con disfraz de partido político se quedaron en el camino (2000-2009), pero se embolsaron mil 896.1 millones de pesos (5.3 por ciento del financiamiento público total para estas lucrativas actividades). Esos consorcios, que no obtuvieron el 2 por ciento de la votación general necesario para mantenerse prendidos al presupuesto, fueron: Partido del Centro Democrático, que obtuvo 54.8 millones de pesos; Partido de la Sociedad Nacionalista, 441.1 millones; Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, 53.6; Partido Alianza Social, 433.7; Democracia Social, 54.6; Partido Liberal Mexicano, 97.7; México Posible, 97; Fuerza Ciudadana, 95.4; y Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, 568.3.
Entonces, ¿está desempleado?, ¿no le alcanza el salario?, ¿es de familia numerosa? Ya está: funde un partido político y péguese a la ubre presupuestal, que de todas maneras no hay que rendir cuentas ni ofrecer resultados.
Las rebanadas del pastel
Aferrado, pasándose por el arco del triunfo todas las resoluciones judiciales, el gobierno calderonista se niega a retirar de Interpol la llamada ficha roja en contra del líder minero Napoleón Gómez Urrutia, no obstante que en tribunales fue declarado inocente y, por lo mismo, desechadas todas las acusaciones (11 en total) que en su contra presentaron Fox, Calderón y los barones de la minería. Por tal razón, al dirigente se le negó el ingreso a Copenhague, Dinamarca, donde participaría, junto con mil 400 delegados internacionales, en la fundación de la IndustriALL Global Union, de la que es integrante de su comité ejecutivo.



Ayer se efectuó en el aula magna del Centro Nacional de las Artes una singular mesa redonda, convocada por la Fundación Jumex como actividad paralela a la exposición Poule!, cuya temática gira en torno a experiencias plásticas políticamente incorrectas.
Desde luego que no hay mejor ejemplo de incorrección que la postura siempre crítica e irreverente de los poetas beats. Los artistas visuales Daniel Guzmán y José Luis Sánchez Rull integraron la mesa redonda en la que evocaron al irredento William Burroughs, por medio de su obra plástica, música y lectura de textos. También participó el maestro Andrea di Castro, quien ha realizado un importante trabajo audiovisual en torno a los beats, así como quien esto escribe, que tuvo el privilegio de convivir con el poeta Lawrence Ferlinghetti, fundador de la librería City Lights, durante sus visitas a México y cuando estuve en la ciudad de San Francisco. Moderó la mesa el escritor Julio Patán.


Cineastas piden a Rafael Correa conceder asilo a Assange
Señor Rafael Correa, presidente constitucional de la República de Ecuador:

Las últimas décadas que ha vivido México se perdieron para el desarrollo, para la dignidad nacional y para la justicia social. Las perdió la nación entera, su pueblo y la historia moderna de México. Desearía presentar un panorama positivo, pero no se puede hacer otro balance de acuerdo con los resultados obtenidos, ni siquiera con la más optimista de las visiones.

El epitafio de la cumbre del Grupo de los Veinte (G-20) en Los Cabos, grabado en la lápida respectiva, se escribió antes de que se iniciara: No tuvo oportunidad de hacer algo relevante y menos aún de hacerlo a tiempo. La reflexión, desprendida de un texto de Lawrence Summers propalado el martes 19, resulta apta no sólo como apreciación de lo que habría de ocurrir –o, mejor dicho, de lo que no habría de ocurrir– sino como expresión de lo que algunos hemos calificado como creciente irrelevancia y poco auspicioso futuro del G-20.

La pluralización de nuestra vida política que encarnan los tres grandes partidos nacionales, y los pequeños partidos locales en activo en algunos estados, es el indicador más importante de que los cambios de los últimos 30 años no han sido en vano. La existencia de una oposición que contribuye al gobierno, y que es al mismo tiempo alternativa viable y creíble al partido en el poder, mide el carácter democrático de un régimen político, y hoy en México lo que hay es oposición partidista y posibilidad de alternancia. Es de tal importancia la oposición que en Gran Bretaña el líder del partido que perdió la elección recibe un sueldo, porque es considerado un funcionario público con responsabilidad de gobierno.
Podría decirse que estamos ya en la recta final. El panorama es incierto y las expectativas son muchas para los simpatizantes de los candidatos, especialmente para los punteros. Además del hallazgo de boletas con folios duplicados y de sobrantes y faltantes según el distrito, se teme el famoso carrusel de votos (que Julio Hernández López ha llamado ruleta). Contra éste es muy poco lo que puede hacerse, pues el dinero que se use para pagar votos precruzados no es fácil de cuantificar ni de auditar. Para que el carrusel (o ruleta) sea efectivo e influya en los resultados electorales requerirá mucho dinero, pero hay quienes lo pueden poner y no habrá modo de detectarlos irrefutablemente ni mucho menos sancionarlos, pues aunque el Cofipe se refiere a la prohibición expresa de ejercer presión y coacción sobre los electores (artículo 4), no es simple su comprobación.

El debate organizado por el movimiento #YoSoy132 deja una lección inmediata: la democracia exige naturalidad en las formas. Hablar, discutir, responder a las inquietudes públicas debería ser la actividad principal de los candidatos en tiempos de campaña. Pero no es así: hay una clara desconexión entre los temas de la agenda promovida por los partidos o los equipos de campaña y las cuestiones que de un modo u otro conmueven a la ciudadanía. Los candidatos sólo hablan de los asuntos que tienen masticados, pero vuelan por encima de los detalles, dejando esa sensación de superficialidad que parece insuperable. Peroran, no dialogan. Han perdido la capacidad de emocionar al auditorio: no comunican ideas y apenas tocan sentimientos poderosos. Salvo el miedo, recurso final del soliloquio antidemocrático que deambula como un fantasma ubicuo e inasible, predomina el valemadrismo sustentado en la desconfianza. La política sigue al dinero filtrado a través de redes clientelares o campañas mediáticas bien orquestadas para crear la imagen del elegido o deformar la del adversario. Así, el discurso electoral se ha burocratizado en homenaje último a la mercadotecnia, al espot, esto es, a la repetición machacona de ciertas frases que no invitan a reflexionar. La encuesta deviene propaganda, argumento sustituto del verdadero debate. Todos los protagonistas, comenzando por los partidos y las instituciones, han renunciado a la pedagogía democrática siguiendo la avidez mediática. La competencia, con mayúsculas, se ubica como razón y verdad de la democracia… y de la vida. En su nombre todo se vale, todo se justifica, aunque se erosionen los fundamentos de la convivencia y nadie trabaje para el día después, cuando extenuada, la sociedad deba volver a la normalidad.

Las elecciones del 17 de junio en Grecia no las decidió el pueblo, como se supone en democracia(¿?). Estaba en juego la aprobación o rechazo del memorando, nombre dado popularmente al acuerdo firmado por el gobierno griego con la troika (Unión Europea-UE-, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), a cambio de su rescate por estas instituciones. El memorando se traduce en el robo descarado por la banca internacional, principalmente alemana, de la riqueza creada por el pueblo griego en décadas.

La cumbre del G-20 parecía obligada a resolver un desafío fundamental: el del pueblo griego, que decidía iniciar un recorrido complicado para seguir en el euro, pero administrando la crisis de una manera diferente. La decisión electoral del pasado domingo abría la posibilidad de enfrentar un dilema básico: atender las necesidades de la población o las de los bancos. Los gobernantes de los países del grupo tendrían que resolver, como lo habían hecho en aquella primera reunión del G-20 de Washington de noviembre de 2008, urgidos por una situación extraordinaria. En aquella reunión fue la quiebra de Lehman Brothers, ahora hubiera sido la decisión soberana de un pueblo cansado de pagar por lo que otros hicieron.

El teatro El Milagro, ya lo he dicho pero cada vez lo constato con mayor firmeza, es un espacio imprescindible que lo mismo acoge a interesantes grupos jóvenes en programas como Teatro emergente y a consolidados colectivos de los estados, además de sus propias producciones –destacadamente las de David Olguín– y permite búsquedas formales para placer de espectadores sensibles o entendidos o ambas cosas. Ya en una ocasión Daniel Giménez Cacho y Laura Almela nos ofrecieron su estupendo espectáculo Trabajando un día muy especial sobre la película de Ettore Scola y ahora refrendan su buen éxito con una propuesta muy diferente, una muy difícil escenificación de Macbeth de Shakespeare en la que ambos alternan todos los papeles en un casi vertiginoso ritmo que no toma en cuenta ni género ni estado social para ir proyectando la historia de los sangrientos usurpadores, con sus momentos de culpable arrepentimiento sin redención posible. Probablemente, el atractivo de esta tragedia para los actores consista en los contrastes de actitud del protagonista, de los que la duda ante el regicidio, la arrogancia ya coronado o el terror ante el fantasma de Bancuo son los más evidentes y se prestan a excelentes interpretaciones,que en este caso se reparten entre el actor y la actriz.

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