CONTEXTO
Originan desempleo, pobreza, exclusión y discriminación
Por Anayeli García Martínez
México, DF, 18 jun 12 (CIMAC).- Organizaciones civiles y sindicales afirmaron que las políticas económicas que generan desempleo, pobreza, exclusión, discriminación, explotación, desigualdad, violencia y feminicidio impactan más en las mujeres.
Luego de realizar el foro internacional “G-20 desde una mirada feminista”, un grupo de más de 200 economistas, líderes sociales, sindicalistas y defensoras de derechos humanos, pidieron que los gobiernos del mundo propongan un cambio hacia una nueva arquitectura financiera.
En el marco de la semana de acción contra la séptima cumbre del G-20 que se realiza este 18 y 19 de junio, en los Cabos, Baja California Sur, las organizaciones de mujeres reclamaron que las decisiones económicas sean tomadas por el 1 por ciento de la población.
Ante la crisis económica en la que viven las mexicanas, exigieron políticas de desarrollo desde una perspectiva de género, con rostro humano y que incluya el respeto a los Derechos Humanos (DH) de los pueblos.
Aseguraron que los gobiernos no pueden seguir tomando las decisiones a espaldas de los pueblos y deben considerar los derechos de las comunidades.
Señalaron que una alternativa es que los jefes de Estado y los líderes mundiales, e incluso la sociedad civil, elaboraran un proyecto que tenga como eje la justicia social, basada en los derechos económicos, sociales, ambientales y de equidad de género.
Explicaron que lejos de privatizar los servicios básicos como el acceso a la energía, el agua, la vivienda o la salud, entre otros, se deben ver como derechos humanos, como lo explica la filosofía del “buen vivir” desarrollada en otros países latinoamericanos.
También demandaron que se reconozca que en los países de America Latina hay pluralidad y por tanto se debe impulsar una democracia participativa que permita la construcción de un nuevo modelo económico y social, que surja desde los pueblos y desde los aportes de las mujeres.
Para las organizaciones es imprescindible reconocer la aportación de las mujeres en el trabajo cotidiano que en su mayoría es no remunerado: a la economía del cuidado en los hogares, al trabajo doméstico y al trabajo comunitario, que contribuye a la generación de riqueza de los países en la economía global.
Por ello exigieron que cada gobierno impulse la creación de empleos estables y salarios dignos para las mujeres, con acceso a la seguridad social y a los derechos laborales que marca la ley.
Explicaron que en el caso de México se debe promover una ley laboral con transversalidad de género que elimine los obstáculos para la incorporación de las mujeres al mundo del trabajo en condiciones de igualdad.
Dicha ley debería integrar lineamientos para erradicar la eliminación de toda forma de discriminación y violencia sexual y laboral hacia las mujeres; y con ello fortalecer la participación equilibrada en la esfera de toma de decisiones.
En el empleo las mujeres buscan que se establezca un compromiso bilateral entre naciones que les garantice acceder a la capacitación y a mejores puestos.
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