Para algunas mujeres Mapuche hablar del feminismo no es un tema fácil
ya que existe por un lado un desconocimiento de esta temática y por
otro se ha visto como un concepto occidental que nada tiene que ver con
la cultura mapuche.
“De haber mujeres feministas hay,
pero nosotros como mujeres mapuche que nos definamos como feminista,
no. El pueblo mapuche involucra a toda la familia, no deja a nadie
fuera. Pero, de que hay violencia hay, violencia de una u otra manera,
física o verbal, pero como que no se muestra mucho, no se da a conocer”
(dirigenta mapuche, Octava región de Chile).
Para algunas mujeres Mapuche hablar del
feminismo no es un tema fácil ya que existe por un lado un
desconocimiento de esta temática y por otro se ha visto como un
concepto occidental que nada tiene que ver con la cultura mapuche. En
general, en el plano discursivo se hace referencia a la cosmovisión y a
sus principios como la dualidad y complementariedad entre hombres y
mujeres que incluye el respeto y la reciprocidad con la madre tierra y
la naturaleza.
En cambio, existen otras voces de mujeres Mapuche que plantean que tales elementos de la cosmovisión Mapuche han sido trastocados y permeados por la estructura patriarcal de las sociedades dominantes, por tanto se hace necesario retomar aquellos aspectos positivos de la cosmovisión y se restablezca el equilibrio y nuevas relaciones de género basadas en el respeto.
Para las mujeres Mapuche que han venido participando en instancias propias desde la década de los años noventa, su inserción en la vida pública no estuvo exenta de críticas de sus pares masculinos quienes las acusaron de estar dividiendo el movimiento mapuche y de estar siendo influenciadas por corrientes feministas occidentales.
No obstante, las mujeres continuaron trabajando en sus organizaciones abordando temáticas propias como la violencia al interior de sus familias que ha sido en la mayoría de los casos invisibilizada. Hoy en día, las mujeres indígenas y campesinas articuladas a instancias más amplias de representación se encuentran desarrollando una Campaña Mundial contra la Violencia hacia las mujeres del campo y que nace de la VIA Campesina, organización mundial de campesinos y campesinas del mundo.
El abordaje de la temática de violencia en el mundo rural no ha sido un proceso fácil, debido a que la mayoría de las mujeres no se atreve a denunciar a sus agresores y cuando lo hacen se deben enfrentar a un estado machista y patriarcal que no da solución a sus problemáticas y que más bien tiende a estigmatizar a todo un pueblo.
Un hecho reciente lo constituye la información entregada por Sernam al diario Austral del día 11 de marzo del presente año. Aquí se señala que en casos de violencia contra mujeres Mapuche fue invocada la costumbre ancestral que se encuentra presente en el Convenio 169 de la OIT. Esto significó que los agresores sólo pidieran disculpas públicas y se les dejó libre de toda pena.
Frente a esta situación, las organizaciones de mujeres mapuche realizaron una Declaración Pública manifestando su total desacuerdo con esta medida en que el estado esta mal utilizando un instrumento internacional de derechos humanos. Asimismo señalaron que la violencia machista, heredada del sistema patriarcal, no forma parte de la cultura ancestral del pueblo mapuche, y de ningún pueblo indígena de nuestro país.
La crítica al patriarcado, a las relaciones desiguales de género ha sido una bandera constante de lucha del feminismo y su propuesta apunta a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en los aspectos social, político, cultural y económico.
Finalmente podemos decir que hoy en día, en tiempos de globalización, el capitalismo y el patriarcado caminan de la mano, por lo tanto el desafío de las mujeres indígenas es conocer los aportes de los feminismos y establecer alianzas con los movimientos de mujeres para construir una nueva sociedad más justa, respetuosa de la diversidad cultural y libre de todo tipo de violencia.
En cambio, existen otras voces de mujeres Mapuche que plantean que tales elementos de la cosmovisión Mapuche han sido trastocados y permeados por la estructura patriarcal de las sociedades dominantes, por tanto se hace necesario retomar aquellos aspectos positivos de la cosmovisión y se restablezca el equilibrio y nuevas relaciones de género basadas en el respeto.
Para las mujeres Mapuche que han venido participando en instancias propias desde la década de los años noventa, su inserción en la vida pública no estuvo exenta de críticas de sus pares masculinos quienes las acusaron de estar dividiendo el movimiento mapuche y de estar siendo influenciadas por corrientes feministas occidentales.
No obstante, las mujeres continuaron trabajando en sus organizaciones abordando temáticas propias como la violencia al interior de sus familias que ha sido en la mayoría de los casos invisibilizada. Hoy en día, las mujeres indígenas y campesinas articuladas a instancias más amplias de representación se encuentran desarrollando una Campaña Mundial contra la Violencia hacia las mujeres del campo y que nace de la VIA Campesina, organización mundial de campesinos y campesinas del mundo.
El abordaje de la temática de violencia en el mundo rural no ha sido un proceso fácil, debido a que la mayoría de las mujeres no se atreve a denunciar a sus agresores y cuando lo hacen se deben enfrentar a un estado machista y patriarcal que no da solución a sus problemáticas y que más bien tiende a estigmatizar a todo un pueblo.
Un hecho reciente lo constituye la información entregada por Sernam al diario Austral del día 11 de marzo del presente año. Aquí se señala que en casos de violencia contra mujeres Mapuche fue invocada la costumbre ancestral que se encuentra presente en el Convenio 169 de la OIT. Esto significó que los agresores sólo pidieran disculpas públicas y se les dejó libre de toda pena.
Frente a esta situación, las organizaciones de mujeres mapuche realizaron una Declaración Pública manifestando su total desacuerdo con esta medida en que el estado esta mal utilizando un instrumento internacional de derechos humanos. Asimismo señalaron que la violencia machista, heredada del sistema patriarcal, no forma parte de la cultura ancestral del pueblo mapuche, y de ningún pueblo indígena de nuestro país.
La crítica al patriarcado, a las relaciones desiguales de género ha sido una bandera constante de lucha del feminismo y su propuesta apunta a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en los aspectos social, político, cultural y económico.
Finalmente podemos decir que hoy en día, en tiempos de globalización, el capitalismo y el patriarcado caminan de la mano, por lo tanto el desafío de las mujeres indígenas es conocer los aportes de los feminismos y establecer alianzas con los movimientos de mujeres para construir una nueva sociedad más justa, respetuosa de la diversidad cultural y libre de todo tipo de violencia.
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