NACIONAL
No la atienden adecuadamente por complicaciones en el parto
Por: Citlalli López Velázquez, corresponsal
Cimacnoticias | Minas Llano Verde, San Jerónimo Sosola, Oaxaca.-Neftalí González Romero, una joven de 19 años de esta comunidad indígena, daría a luz a su primogénito.
Ella cruzó la puerta del hospital regional por su propio pie. Horas más tarde, médicos del nosocomio Doctor Aurelio Valdivieso –en la capital del estado a donde fue trasladada de urgencia para el retiro de su útero por complicaciones en la placenta– la declararon muerta.
Jesús Javier Acevedo Santiago, con quien Neftalí González Romero vivía en unión libre desde hacía tres años, no se resigna al olvido y emprendió una batalla legal para exigir justicia.
El joven es campesino. Al lado de su padre, Baltasar Acevedo, relata lo que ocurrió el pasado 9 de febrero: “Eran como las cuatro de la tarde, nosotros nos fuimos a la comunidad de Linda Vista La Herradura, a la clínica rural, pero como suele suceder el doctor no estaba”.
La Unidad de Medicina Rural (UMR) está ubicada a 10 kilómetros de Minas Llano Verde. Allí Neftalí sería atendida por el médico pasante Edgar Pacciano Cisneros.
“Esperamos como una hora y media. El doctor no regresó. Ya había oscurecido. Decidimos regresar a la casa. Aquí le marcamos por teléfono al médico, quien se negó a venir. Nos dijo que viéramos la forma de trasladarnos a Nochixtlán”, abundó Jesús.
Desplazarse desde la ranchería Siete Cabrillos, donde vivía la pareja en una casa de adobe y lámina, hacia el Hospital de Nochixtlán, representaba un viaje de 30 kilómetros.
Las horas avanzaban y sin medios para movilizarse, Jesús debió conseguir un vehículo en la población vecina de Río Frío. “En el camino Neftalí iba contenta, platicaba”. Ella se bajó del carro. Cruzó la puerta del Hospital de Nochixtlán para ser ingresada a urgencias porque ya iba en labor de parto. Aquella fue la última vez que Jesús la vio consciente.
“Más tarde me llamó el doctor para decirme que ya había nacido el bebé. Le pregunté que cómo estaba y me dijo que todo había estado bien, que el parto había sido normal. El doctor estaba conmigo cuando la enfermera lo llamó: ‘Venga de inmediato, se nos complicó algo’”.
Al instante, el personal del hospital se movilizó preparando la salida de la ambulancia hacia el Hospital Civil Doctor Aurelio Valdivieso, ubicado en la ciudad de Oaxaca.
Habían transcurrido otros 20 minutos cuando el médico del Hospital Regional Ulises Hernández López pidió a Jesús que firmara la autorización de traslado. “Me dijo: se le salió el útero a tu esposa y posiblemente le quitemos la matriz”.
Según le indicó el doctor, Neftalí tenía placenta “accreta”, es decir que estaba adherida a la pared uterina, una complicación que se presenta en uno de cada 2 mil 500 casos principalmente en mujeres de edad avanzada o con antecedentes de cesárea.
“TÚ DICES SI QUIERES QUE SE SALVE”
Después de cumplir con los requisitos para el traslado, a Jesús le fue entregado su hijo. La espera continuó hasta que Neftalí apareció en la camilla para ser subida a la ambulancia.
En el traslado la joven iba consciente pero ante el dolor ya no pudo hablar. Cada movimiento de la ambulancia le ocasionaba mayor daño.
A las 4 de la mañana del 10 de febrero la ambulancia llegó al Hospital Civil. Jesús la acompañó hasta la sala de urgencias. “Me dijeron que la iban a operar para sacarle la matriz”. Sin embargo, relata, pudo observar el momento en el que un médico le quitó la placenta a Neftalí. “La puerta estaba entreabierta. Lo que vi me impresionó. Al quitarle la placenta hubo una hemorragia”.
Minutos más tarde, los médicos le pidieron a Jesús que firmara un documento para autorizar la operación. “Yo firmé con la esperanza que ella se salvara. Le dije hagan lo que sea más conveniente, pero no la operaron. La trasladaron al quirófano a las 6 de la mañana. Yo llevaba a mi bebé en brazos porque en el Hospital de Nochixtlán no lo quisieron tener mientras yo estaba al pendiente de mi esposa”.
A las 9 de la mañana los médicos solicitaron a Jesús 10 donadores de sangre. “Yo les dije que eran muchos y que mi comunidad estaba lejos. Me contestó: ‘Tú dices si quieres que se salve, sino ahí la dejamos’”.
Más tarde fue llamado por uno de los doctores, quien le indicó que tenía que despedirse de su esposa porque ya había fallecido y no había nada más que hacer.
“Le hablé, le dije lo que tenía que decirle y ella lloró. Todavía no estaba muerta. Los doctores dijeron que la desconectarían porque ya no había nada que hacer”, cuenta Jesús.
En el acta de defunción expedida por el Hospital Civil Doctor Aurelio Valdivieso quedó especificado que “durante el parto se prolapsa (desplaza) el útero causando hemorragia que finalmente ocasiona la muerte”.
NEGLIGENCIA
Para la familia, lo que ocurrió fue una negligencia médica que inició con una inoportuna detección de la placenta “accreta”, seguida por la ausencia del médico de la comunidad de Linda Vista La Herradura.
Los familiares consideran que la atención en el Hospital de Nochixtlán no fue la adecuada durante el parto y finalmente los médicos del Hospital Civil actuaron negligentemente al retirar la placenta sin intervención quirúrgica.
Se interpuso una denuncia penal y una queja ante la Comisión Estatal de Arbitraje Médico de Oaxaca (CEAMO), la cual sigue su curso legal.
Aylí Acevedo Santiago, voluntaria de Salud y asistente rural en Minas Llano Verde, afirma que la falta oportuna de atención a las mujeres embarazadas es una constante tanto por la ausencia de médicos en la UMR, como por el rechazo del personal en el Hospital Regional de Nochixtlán a recibirlas cuando están en labor de parto.
Ante la negativa, las mujeres se ven obligadas a trasladarse a hospitales más lejanos como el Hospital Civil o el Hospital de Tlacolula de Matamoros, en trayectos de más de 50 kilómetros.
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