8/06/2014

Persisten malas condiciones laborales para las costureras


   Demandan que GDF done un espacio a su organización

Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias

Mujeres integrantes de la Asociación de Costureras y Costureros 19 de Septiembre denunciaron el deterioro de sus condiciones laborales y demandaron a las autoridades un espacio para su organización sindical, además de que obliguen a los empleadores a darles mejores sueldos, seguridad social y prestaciones.

Frente al Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) –organización internacional ciudadana que castiga de manera simbólica las atrocidades cometidas por los gobiernos–, las trabajadoras denunciaron que sus sueldos son inferiores a 4 mil pesos mensuales y que no gozan de prestaciones.
La asociación, que actualmente integra a 500 trabajadoras, acusó que debido a las reformas laborales y económicas iniciadas con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, que permitió la entrada de empresas extranjeras, ahora laboran en malas condiciones y su organización se está debilitando.
En breve entrevista, Mercedes Ramírez Molina, ex secretaria general del extinto Sindicato Nacional de Costureras, señaló que la mayoría de ellas trabajan de forma independiente, pero que un gran número se emplea en fábricas donde llegan a pagarles sólo 580 pesos semanales, sin prestaciones ni derechos por maternidad.

En otros años, cuando inició el movimiento de las costureras, éstas conformaban originalmente un grupo de 3 mil trabajadoras, quienes cobraban hasta mil 800 pesos a la semana más todas las prestaciones, recordó.

Ahora –dijo Ramírez Molina– las compañeras que trabajan en fábricas tienen que saber manejar hasta cinco máquinas y desempeñar el trabajo de dos compañeras para ganar más dinero; además de que trabajan jornadas de más de ocho horas al día.

La también activista explicó que este deterioro en las condiciones laborales inició desde los años 90, sin que las autoridades las hayan respaldado con leyes, sino al contrario, en aras de permitir las empresas extranjeras las fábricas del DF se fueron a la quiebra, tuvieron que liquidar a sus trabajadoras y emigrar a otros estados donde empezaron a explotar a su personal.

POR UN ESPACIO PROPIO Y DIGNO
La Asociación de Costureras también demandó al Gobierno del Distrito Federal (GDF) que les done el espacio donde se asienta la organización (en Manuel José Othón 160, en la colonia Obrera en esta ciudad), ya que ahí prestan un servicio a la sociedad.

Al respecto, Ramírez detalló que en ese espacio la organización impulsa talleres de diseño de modas y actividades de alfabetización, para que las mujeres y los hombres que se desempeñan en este oficio tengan más herramientas para defender sus derechos laborales y sean más competitivas.
Por eso, las costureras solicitaron al GDF que les done legalmente el espacio que actualmente ocupan, y pague lo correspondiente para que en el futuro no sean despojadas de su patrimonio.
Esto porque, según relató la trabajadora, su movilización inició desde 1985, año en el que con su lucha consiguieron que el gobierno local les diera un terreno en comodato (ubicado en el mismo lugar donde tenían la fábrica que se derrumbó con el sismo de ese año). Sin embargo, 20 años después fueron desalojadas.

Luego de mantener durante ocho años un plantón afuera de esas instalaciones en la avenida San Antonio Abad en esta capital, las costureras lograron que las autoridades les cedieran nuevamente el espacio; pero éste sigue sin estar escriturado al nombre de la organización, por lo que temen otro desalojo.

El Sindicato Nacional de Costureras nació en 1987 a raíz de que el temblor de 1985 cobró la vida de más de mil trabajadoras, ya que al menos 500 talleres resultaron afectados, según informó en su momento la Cámara de la Industria del Vestido.

Luego de la tragedia, hasta 40 mil trabajadoras de la industria textil quedaron desempleadas. Los patrones se dedicaron a rescatar sus bienes, pero no prestaron ayuda a las víctimas del derrumbe.
 

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