8/05/2014

No se vale doctor Mancera


Alberto Aziz Nassif
La aprobación del jefe de Gobierno de la capital, Miguel Ángel Mancera, se ha caído. El 60% de los ciudadanos lo desaprueba y el 75% de los líderes, (Reforma, 28/VII/2014). Se necesita sensibilidad de las autoridades para saber que las políticas públicas necesitan tener proporcionalidad y eficacia entre los objetivos y los resultados. 
Cada día que pasa se vuelve más complicado vivir en la ciudad de México. Además de lo obvio, como el tráfico, la insuficiencia del transporte público, la inseguridad creciente, están los malos servicios, la corrupción de los delegados y el incremento de trámites por las ocurrencias de las autoridades. Esta ciudad es una pieza de relojería muy complicada y frágil que no admite la improvisación de la autoridad. Entre muchos casos se pueden ver dos ejemplos del malestar ciudadano: la impopular actualización del programa Hoy No Circula (HNC) y la renovación trianual de la tarjeta de circulación vehicular. 
Al gobierno anterior se le ocurrió la mala idea de renovar la tarjeta de circulación cada tres años y Mancera mantuvo el trámite. Es una tradición que los gobiernos hagan programas para cambiar las placas de los vehículos cada vez que necesitan recursos extra. Pero el colmo fue lo de una tarjeta de circulación con caducidad. Cuento mi experiencia: primero se me ocurrió pagarla en línea, pensé que se había modernizado la burocracia, pero resulta que el trámite no funcionó bien, se hizo el cobro, pero no se emitió ningún recibo. Tuve que ir a una oficina de la tesorería y me dieron una dirección electrónica para plantear mi problema, lo hice y me enviaron el comprobante. 
Después fui a una oficina de control vehicular, cerca del Hospital Ángeles del Pedregal. Llegué un sábado como a las 12:30 horas y me dijeron que el sistema de atención terminaba a las 13:00 horas; como no había nadie en espera pensé que estaba de suerte para hacer el trámite, pero resulta que el sistema central de cómputo decidió apagar 20 minutos antes, así que me dijeron “regrese otro día”. Después de mi primer intento fallido, regresé otro sábado más temprano y también fracasé por la lentitud del procedimiento. Me enteré de que esa oficina da servicio a tres delegaciones. Hasta la tercera ocasión tuve éxito, aproveché un día de vacaciones en la semana y regresé a hacer el trámite en esas oficinas ineficientes, en donde toda la carga la pagamos los ciudadanos. 
El programa del HNC ha dado resultados, pero poco a poco se ha vuelto más complicado e irracional para los habitantes de la ciudad, quizá por eso 77% de los ciudadanos lo desaprueba. Por ejemplo, es completamente arbitrario que los autos dejen de circular por tiempo y no por las emisiones de contaminación, como sería lógico. Después de 8 años un auto tiene que dejar de circular un día a la semana y, ahora, dos sábados al mes, independientemente del estado del auto. Tengo un auto en perfecto estado que pasa los niveles para circular diario, pero debe descansar 7 días al mes. Hay cientos de miles de autos en esta situación. ¿Existe un acuerdo con las armadoras para que se vendan más autos nuevos? 
A partir de julio se llegó al extremo, todos los sábados sin circular a los que tengan calcomanía con el número 2, y los que tengan derecho a la calcomanía 1 tendrán que hacer de nuevo la verificación. Este programa generó un movimiento en contra de grupos cercanos al PRI, pero no tuvo éxito. Hay un sesgo discriminatorio en el programa y no se distinguen los intereses legítimos, de los que lucran políticamente. De acuerdo con las recomendaciones del Centro Mario Molina, en el que supuestamente se apoya el gobierno de la ciudad, la aplicación del HNC de “manera aislada no resuelve el problema de contaminación atmosférica”, porque se necesita una estrategia integral: mejor transporte público, más calidad en los combustibles, un desarrollo urbano sustentable y transporte limpio. ¿Dónde están estos requerimientos, porque no se ven? 
Cuando toda la carga está del lado ciudadano se rompen los equilibrios de las comunidades, y entonces todos nos tenemos que aguantar las ocurrencias de la autoridad. No se vale, doctor Mancera.  
@AzizNassif

Investigador del CIESAS

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