Confirmado, un "ataque masivo, indiscriminado y plural" de policías contra los normalistas, e incluso un autobús de un equipo de futbol.
Foto: Karina Maciel
“La verdad se empeña en salir, y la verdad no se va a poder tapar,
y se empeña siempre que hay quien la empuja, nosotros hemos hecho un
trabajo por tratar de empujar esa verdad”, indicó el integrante del
Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, Carlos Beristain.
En entrevista para Aristegui CNN, donde también habló otra experta del caso, Ángela Buitrago,
Beristain detalló cómo comenzó todo el 26 de septiembre 2014, luego de
que los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos se llevaron 3
autobuses de la central camionera de Iguala, por lo que “se estructuró
un operativo para no dejar salir los buses”.
Con certeza, el integrante del GIEI señaló que se trató de un “ataque
masivo contra ellos (los normalistas), un operativo grande”, en 9
lugares diferentes en los cuales hay disparos de fuego por parte de
policías municipales (de Iguala y Cocula, además de que participó la de Huitzuco, en la transportación de estudiantes).
Pero también interviene la Policía Federal, apuntó, “que hace un retén a la salida de Iguala“, antes de donde fueron atacados y desaparecidos de los estudiantes.
Además, aquella noche se comprobó la presencia de agentes de
inteligencia del Ejército que estaban observando qué es lo que estaba
pasando, lo cual no fue reportado en la versión oficial de los hechos.
“Había conocimiento de la situación… (los normalistas) no fueron
confundidos con un grupo del crimen organizado (como se dijo en un
principio)”, refirió Carlos.
El experto detalló que en su segundo informe se expone que tmbién hay
un ataque en Mezcala, unas horas después de los primeros hechos en
Iguala, “lo cual demuestra una dimensión del control de la carretera”.
En tanto, “la policía de Huitzuco se movilizó”, lo cual reportaron desde el primer informe.
Recordó que los normalistas se dirigieron a las afueras de Iguala
porque no pudieron tomar autobuses en Chilpancingo y negociaron con el
chofer para que se fuera con ellos; sin embargo, éste los encerró en el
camión ya en la central y comenzó la movilización tanto del resto de los
normalistas como de las fuerzas policiacas.
En otro punto, Beristain recalcó que no hubo “un incendio masivo en
Cocula el 26 de septiembre, está demostrado con el peritaje que hizo el
doctor Torero”.
“No hay ninguna nueva evidencia que señale esto”, agregó.
“Hay evidencias de que en el basurero aparecieron restos óseos de 17 personas, es cierto, pero no sabemos de quién son,
y que entre esos hay restos de dos personas, uno un resto de una
mandíbula y un aparato ortopédico, y un resto de cabello que fue
analizado por la Universidad de Innsbruck, que no
corresponden a los normalistas. De estos dos no, y del resto de las
muestras no se puede determinar con las pruebas científicas”,
estableció.
Asimismo, “hay evidencia de una llamada de un normalista a la 1:16 de
la madrugada (del 27 de septiembre) y eso no cuadra con la versión de
que los llevaron al basurero y los mataron a la medianoche”.
Sobre el hallazgo de la bolsa con restos óseos, según la PGR
encontrada en el río San Juan, de Cocula, Guerrero, Beristain indicó que
en el expediente no fue reportada la presencia de peritos de la
Procuraduría el 28 de octubre 2014 en ese mismo lugar, sino hasta un día
después, el 29 de octubre 2014, cuando según un acta circunstanciada,
un grupo de buzos de la Marina hallaron una bolsa con restos.
“Hemos descubierto que toda la investigación comienza el 29 de
octubre de 2014… pero hay una fotografía de servicios periciales que
muestra que la fecha es el 28, no el 29, y fotoperiodistas recogieron imágenes
de esa tarde (28 de octubre), y lo que muestran es que ese día se ven
dos bolsas muy parecidas, así como la llegada del jefe de la Agencia de
Investigación Criminal, Tomás Zerón, con un detenido, que no tiene
ningún registro en el expediente”, indicó.
“Están haciendo inspección el río, recogen evidencia ósea y no hay
ninguna constancia, ningún acta, estas actividades se realizan el día
anterior… el lugar en el que se les ve es en el que aparece
supuestamente la bolsa al día siguiente”, añadió. En ese punto fueron
encontrados los restos óseos incinerados de Alexander Mora, uno de los
43 desaparecidos.
A unos días de que concluya su mandato -el 30 de abril de este año-
el experto pidió medidas de protección y acompañamiento a los familiares
de los normalistas, y que haya un seguimiento del caso a nivel
nacional, para que no quede el caso sólo en manos de las autoridades de
procuración de justicia, sino también sea revisado, por ejemplo, por
instituciones académicas.
Por su parte, la experta Ángela Buitrago hizo un repaso por la historia de los 43 desaparecidos, según lo que hasta hoy el grupo pudo comprobar.
“Los estudiantes se desplazaron de Chilpancingo a Iguala para tomar
autobuses para la manifestación del 2 de octubre en la Ciudad de México.
No iban a boicotear ningún acto político. Eran estudiantes casi todos
de primer año de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos… llegan a las 8:40
de la noche a la central de Iguala”, apuntó.
Contra ellos “se confirma un ataque masivo, indiscriminado y plural
de policías de Iguala, Cocula y de Huitzuco, que participa en el
traslado de los estudiantes”.
“La convicción que tenemos es que es irregular por no decir inusual el ataque a los buses tomados por los estudiantes“, dijo la experta.
“Cada vez que los muchachos que tomaban autobuses, incluso las
compañías les pagaban a los choferes para que acompañaran a los
muchachos”, rememoró.
“Lo que nos llama la atención es que el quinto bus no aparece en las consignaciones,
desaparece durante un gran lapso hasta que nosotros lo encontramos en
un video. Ese bus es el único que termina sin ningún daño hecho por
armas y disparos, termina siendo escoltado para salir de Iguala y además
es invisible ante un anillo tan grande de seguridad que existía en toda
la periferia de Iguala, nadie ve la salida de ese bus… nosotros creamos
la hipótesis de que hay investigar qué pasó… tenemos una gran
confusión, o una intuición y una interpretación: ¿por qué un bus que
podría ser como cualquier otro, tiene todos estos elementos de confusión
y ahora hay versiones contradictorias?”, preguntó.
Buitrago consideró que esto es una “señal de alerta para seguir esa
línea, para descartarla o para entender qué pasó en particular con ese
bus”.
Ángela se va del país “con la esperanza de que se investigue y con la
esperanza de que la gente cambie, debe cambiar la convicción… las cosas tienen que hacerse bien”.
El GIEI concluyó sus investigaciones este mes, debido a que el gobierno mexicano ya no quiso ampliar su estancia en el país.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario