México D.F., 27 abr. 16. AmecoPress/SemMéxico.- Ganancias
para hospitales privados, comodidad para los médicos o mujeres que
buscan evitar el dolor de un parto vaginal, han hecho que el número de
cesáreas aumenten no sólo en México sino en América Latina.
En México, entre el 2000 y 2012, la Encuesta Nacional de Salud registró un aumento de las cesáreas del 50 por ciento.
En el sector público aumentó esta práctica del 30 al 40 por ciento y en el sector privado, del 43.4 a 69.6 por ciento.
México país de cesáreas
El 46 por
ciento de los partos en México son por cesárea, a pesar de que la Norma
007-SSA2-2010, para la Atención de la Mujer durante el Embarazo, Parto y
Puerperio, y del Recién Nacido (NOM 007), establece que el porcentaje
recomendado es de entre el 15 y 20 por ciento de los nacimientos.
Cristina
Alonso, Presidenta de la Asociación Mexicana de Partería, señaló que la
práctica médica del sector público tiene un 46 por ciento de partos vía
operación; mientras que en los hospitales privados llega al 76 por
ciento. El dato más reciente sobre el número de cesáreas practicadas por
tipo de hospital, señala que en la Secretaría de Salud a nivel nacional
se realizan poco más de 370 mil cesáreas al año, 34.66 por ciento del
total; mientras que en las clínicas y hospitales del IMSS se practican
cerca de 220 mil nacimientos por cesáreas, el 32.5 por ciento. Todas
ellas, por encima de la recomendación de las OMS y por encima de lo que
establece la Norma Oficial Mexicana.
El panorama en América Latina
América Latina
es la región del mundo donde más cesáreas se realizan sin justificación,
informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para el
organismo internacional en América Latina el 38.9 por ciento de los
nacimientos se dan por cesárea, esto es casi cuatro de cada diez, a
pesar de que hace 40 años la recomendación es que la tasa aceptable de
cesáreas debe oscilar entre el 10 y el 15 por ciento.
Brasil es el
país del mundo en donde más cesáreas se practican con 54 por ciento de
los nacimientos por cesáreas en el servicio público y en el sector
privado la cifra asciende al 80 por ciento; le sigue México con cerca
del 46 por ciento de los nacimientos en el sector público y el 80 por
ciento en el sector privado.
Haití es el
país donde menos intervenciones se realizan, la tasa es de apenas 5.5
por ciento, por debajo de lo recomendado por la OMS.
¿Por qué hay tantas cesáreas?
Según la NOM
007, las cesáreas injustificadas han crecido debido a causas secundarias
como la cobertura de las compañías de seguros, mala información a las
mujeres embarazadas y mala práctica obstétrica.
Talina
González, integrante y fundadora del proyecto “Florecer desde la
Cicatriz”, indicó que las ganancias económicas es una de las razones por
las cuales se multiplica esta práctica médica, pues favorece al
personal médico y cadenas de hospitales. “En una cesárea tienes que
pagar el quirófano, al médico, anestesia, anestesiólogo, antibióticos,
en fin”, apuntó González.
Otras explicaciones
Cristina
Alonso, Presidenta de la Asociación Mexicana de Partería explicó que
actualmente muchas mujeres buscan evitar los partos naturales porque los
asocian con el sufrimiento.
“Además, existe
el mito de que la cesárea no duele, cuando una cirugía siempre es
dolorosa, sobre todo una vez que pasa la anestesia y hasta genera
incapacidad”, dijo Alonso.
“Esto nos habla
de los valores sociales respecto a la llegada de un bebé. “Actualmente,
muchas personas esperan que la llegada de un bebe interrumpa lo menos
posible sus vidas, pero necesariamente interrumpe, es decir, queremos
programar una cesárea, evitar sorpresas para que cuadre con la
incapacidad, para que no caiga en vacaciones o fines de semana, pero la
verdad es que la llegada de cualquier bebé cambia por completo la vida
de madres y padres”, señaló.
Por otra parte,
Karen Luna, investigadora jurídica de GIRE, explicó que muchas mujeres
que tienen todas las características para un parto natural, que incluso
tienen esa ilusión, terminan en una cesárea porque el personal médico
las presiona. Irma González, originaria del Estado de México decidió
atender el nacimiento de su hijo en un hospital privado en la capital
del País, porque tenía la seguridad de que todo saldría mejor.
“Al llegar
tenía ya un par de centímetros de dilatación, pasaron cerca de tres
horas y el avance era lento; el médico me dijo que me harían una
cesárea; le pregunté si no podíamos esperar un poco más.
“La respuesta
fue que esperar sería bajo mi propio riesgo, que si había sufrimiento
fetal, él no se hacía responsable; obviamente luego esa amenaza me
asusté y me vi obligada a optar por una cesárea, que entendí después que
no fue necesaria”, relató.
¿En manos de quiénes estamos?
Alonso, explicó
que hay serios problemas en el sistema de salud que comienzan con el
tipo de educación que recibe el personal médico ya que no aprenden a
acompañar el parto como evento fisiológico.
Además, señaló
que la organización de los hospitales tampoco ayuda. “La mujer que llega
al hospital a parir, a dar vida, no conoce a nadie del personal, que
atienden a otras 20 ó 30 mujeres más en la misma situación”.
Esto hace,
dijo, que se practique una “medicina a la defensiva” que significa
terminar lo más rápido posible, que los médicos piensen que algo se va a
complicar.
“No entienden
que en un proceso de parto normal sólo hay que dejar que el cuerpo de la
madre haga el trabajo y mantenerla en las mejores condiciones de
tranquilidad, intimidad y seguridad sin presionarla ni asustarla”,
expresó.
Lamentó que los
nacimientos no estén en manos de las parteras, sino de ginecoobstetras,
expertos en las patologías de las mujeres.
Según datos de
la Asociación Mexicana de Partería, las parteras atienden sólo el uno
por ciento de los nacimientos en el país, los médicos generales el 86
por ciento y el resto por ginecoobstetras.
“Esto es
terrible porque quiere decir que al menos 36 de esas cesáreas están
hechas por personas no cirujanas; esto es escalofriante y probablemente
esté relacionado con muertes maternas”, explicó Alonso.
Foto: SemMéxico.
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