Las feministas estamos contra todo tipo de violencia, denunciamos, porque así lo elegimos, por urgente, por insoportable, porque nos arranca la piel.
lasillarota.com
“Nosotras, ciudadanas, integrantes
de la sociedad civil, mujeres sin partido, estamos hoy aquí para
denunciar y exigirles a quienes han sido sordos a nuestros reclamos y
demandas, sean autoridades de gobierno, propietarios de empresas,
ministros de culto, líderes sindicales, policías de a pie o los machos
que encontramos en las calles: ¡No más violencias contra las mujeres!,
¡ni una menos!, ¡si tocas a una, respondemos todas!”
“Las feministas aquí estamos, ya
volvimos a salir, somos y seremos incómodas, no descansaremos, somos
manada, no volverán a dormir tranquilos todos los acosadores, los
corruptos, los proxenetas, los agresores, los machistas, los sexistas,
los agresores.
Porque Vivas Nos Queremos Todas a las Calles #24ª”.
Movilización Nacional contra las Violencias Machistas.
Pronunciamiento de la Ciudad de México #24ª.
Siete mujeres al día asesinadas en México. Violadas, torturadas, asesinadas. La enorme dificultad para que se generen las alertas de género. Para que las víctimas y/o sus familiares sean escuchadas/os. La revictimización de las víctimas. Los cuerpos semidesnudos de las mujeres asesinadas exhibidos en algunos medios en esa naturalización del lenguaje de la violencia. El acoso sexual “no es tan grave”. “Las mujeres exageran”. “Que agradezcan que alguien la mira”. “Si quieren que las respeten que se den a respetar”. “Andaba de zorra”. “¿Y qué si la violaron, esa puta ya se había acostado con un montón”. “Lo provocó”. “¿En qué andaría?” “Si fuera decente no le hubiera pasado”. “Yo sí le hacía el favor de violarla otra vez”. “¿De qué te quejas si no te mató?” “La mató su novio, fue un ‘crimen pasional’”. “Son casos aislados”. “Una mujer falleció de 25 puñaladas”. “Las ‘muertas’ de Juárez y del Estado de México”.
Las feministas estamos contra todo tipo
de violencia, denunciamos, porque así lo elegimos, por urgente, por
insoportable, porque nos arranca la piel: los modos muy específicos en
los que la violencia contra las mujeres sucede. Esa violencia que se da
porque una niña es niña. Porque una mujer es mujer. Porque como
escribe Marta Lamas: “La diferencia se traduce en desigualdad”. Una
desigualdad brutal construida –en la misoginia- desde los fantasmas más
oscuros del odio a la femineidad. Y esas respuestas tan recurrentes que
sostienen el “natural orden del mundo”: “las feministas odian a los
hombres”. ¿De veras? La misoginia no es biológica, es una construcción
cultural. El odio contra la femineidad se aprende, se transmite, se
nutre. Se festeja. Hay hombres y hay hombres misóginos. También hay
mujeres misóginas. Mujeres dispuestas a sumarse a los discursos que nos
denigran y nos ponen en peligro a todas. Tan convencidas que si son
cómplices del discurso de los agresores, ellas se “salvan”. ¿Qué
entenderán por “salvarse”? Más de 40 ciudades se sumaron a la
Movilización Nacional Contra la Violencia Machista. “Si tocan a una,
respondemos todas”. ¿Acaso hay otra manera de salvarse?
“En conferencia de prensa Minerva
Valenzuela, Cynthia Hijar, Mar Cruz y Lulú Barrera, todas ellas
feministas y activistas, enfatizaron que las organizadoras de la
movilización metropolitana pertenecen a múltiples colectivas y
colectivos, asimismo recalcaron que el movimiento es apartidista y
autónomo”, Mónica Olivares en politicasmedia.org. Los carteles y los
llamados a la marcha circularon muy rápido. Las contingentas y
contingentes se fueron formando días antes entre las distintas redes de
solidaridad y pertenencia. Cientos de mujeres y hombres muy jóvenes.
México cambia. Nos falta casi todo por hacer. La Vulva Batucada abre la
marcha con su combativa alegría. Sombrillas, banderas, telas moradas.
Botellas de agua. Se organizan las contingentas en las que sólo
participan mujeres, encabezan la marcha. Las seguimos quienes marchamos
en contingentes mixtos.
Miro a lo lejos a Marta Acevedo tomando
fotos. Una de las “feministas históricas”. Agita la mano con una
felicidad deliciosa y sorprendida. ¿Cuántas eran cuando convocaban a
marchas en los años setentas? ¿Cuántas en aquella primera “invasión”
colectiva en el Monumento a la Madre? Recordé la revista FEM que fue
fundamental para tantas, y que a las adolescentes que vivíamos en los
estados nos significaba el único contacto con el feminismo mexicano.
Corren las consignas clásicas y las nuevas: “Alerta, alerta que camina,
la lucha feminista por América Latina. Y tiemblan, y tiemblan los
machistas, América Latina será toda feminista”. ¡Ni una más!” “Este
cuerpo es mío, no se toca, no se viola, no se mata. Este cuerpo se
respeta, se defiende porque es mío”. “Con tantas mentiras, ni contando
con los tiras, violadores y feminicidas, los tenemos en la mira”. “No,
no me da la gana ser una mujer sumisa y abnegada. Sí, sí me da la gana,
ser una mujer consciente y libertaria”.
Nos acercamos al espacio por Ayotzinapa
en la avenida Reforma. Ayer en la Universidad del Claustro de Sor Juana,
el GIEI rindió su “informe final” obligado por el gobierno mexicano a
retirarse de las investigaciones. La reunión con el GIEI y las madres y
padres de los jóvenes desaparecidos continuó en el Museo de la Memoria y
la Tolerancia. “¡Vivos los queremos!” Gritaron miles de voces al pasar
junto al plantón que nos muestra los 43 rostros de los jóvenes
normalistas. Y la cuenta de uno más uno. La consigna cambia al femenino:
“¡Vivas las queremos! Vivas nos queremos!”.
Una gran cantidad de hombres jóvenes y
adultos marchan con nosotras. Hay contingentes de escuelas con sus
niños. La Victoria Alada está a reventar y nos detenemos porque ya no
cabe ni una persona más. Una banda de personas encapuchadas comienza a
realizar actos vandálicos. La marcha les responde: “Vandalismo, no.
Vandalismo, no”. Nada que desvirtúe la marcha. Vamos por nuestros
derechos. Vamos por el activismo organizado. Vamos por las palabras que
nombran a las mujeres víctimas de violencia misógina y que nos nombran a
todas.
Fuimos tantas/os que Enrique Peña Nieto
–antes gobernador del Estado de México, ni más ni menos- se vio obligado
a subir a su cuenta de twiter su insultante “reconocimiento”: “Hoy se
hicieron escuchar miles de voces por los derechos de las mujeres. Mi
compromiso con ellas es firme y decidido”. Y retoma el hashtag:
“Vivas nos queremos”. Avatares de la magnanimidad patriarcal, cuando
la rebelión masiva los hace temblar tantito. Pero no vamos a
conformarnos con las miserias de sus “tantitos”. Estamos hartas/os de su
sordera, de su indiferencia, de su infinita irresponsabilidad.
Al final de la marcha las compañeras de
las colectivas organizadoras leyeron su “Pronunciamiento de la Ciudad de
México #24ª”. Hacia las seis de la tarde las contingentas y
contingentes comenzaron a dispersarse. Una muchacha muestra en su
pancarta las maravillosas palabras de la poeta argentina Alejandra
Pizarnik: “Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me
golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de
la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno y corazón
guerrero”. La solecita no ha cedido en sus ardores. Estamos decididas,
conmovidas, dolidas, felices, exhaustas. Me quedo con las “exigencias”
del Pronunciamiento, con las consignas. Arropada en ese anhelo/realidad
de sororidad. Esperanza, propuesta, debate, reflexión. Logro. Me quedo
con las palabras de Pizarnik. A pesar de nuestras diferencias. Marchamos
juntas…hasta La Victoria Alada.
@Marteresapriego
@OpinionLSR
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