7/08/2017

La creciente militarización de las fronteras hace blanco en los cuerpos de las mujeres y las niñas



Madrid, 06 julio. 17. Amecopress. Nuestras fronteras son testigas de absolutas barbaridades contra personas en nombre de un supuesto fin de protección y de control de los llamados “flujos migratorios”. La Unión Europea invierte cada vez más dinero en vallas, muros, concertinas, recursos humanos e infraestructuras destinadas, según argumentan las autoridades, a preservar "nuestra seguridad". Sin embargo, la creciente militarización de las fronteras españolas hace blanco en los cuerpos de hombres, mujeres, niños, niñas, jóvenes. Personas a las que se deshumaniza para justificar la violencia que las políticas migratorias ejercen contra ellas. Violencia, muerte.
Gracias al trabajo de organizaciones que defienden los derechos humanos de las personas migrantes conocemos que desde las vallas que “guardan” nuestras fronteras se ha disparado a gente que no ha cometido delito alguno -por ejemplo, Tarajal -. Tras el último naufragio, el número de fallecidos intentando llegar a España por la zona del Estrecho ha superado la cifra registrada en el mismo periodo de 2016. El Mediterráneo se ha convertido en una fosa en la que en los últimos 15 años han perdido la vida más de 25.000 seres humanos. En territorio europeo hay gente encarcelada por el simple hecho de no tener papeles. España las encierra en CIEs, donde se han registrado maltratos, donde se ha dejado morir a personas por falta de atención médica y en los que víctimas de trata malviven con el temor a ser “devueltas” a su país de origen. Porque también se deporta, se devuelve, se expulsa a personas que tendrían derecho a quedarse, que buscan asilo, refugio, protección, frente a la guerra y la violencia.
El pasado 9 de mayo la organización ‘Caminando Fronteras’ presentó el informe ‘Tras la Frontera’, cuyo gran valor es que está realizado desde el testimonio directo de las víctimas de esta “contienda” De hecho, la presentación contó con el aporte de la senegalesa Sylvie, quien llegó a nuestro país en patera después de haber visto cómo 8 compañeros morían durante el viaje. Le acompaño Helena Maleno, activista del colectivo que ha realizado el estudio y que lleva más de 15 años trabajando con comunidades migrantes en la frontera sur, recogiendo sus testimonios, denunciando y visibilizando.

Violencia hacia las mujeres


Entre otros muchos aspectos, el informe resalta que a partir de 2008, “comenzamos a asistir a la feminización de la ciudadanía migrante en las fronteras del Estado español”. Mujeres que vienen a cubrir la demanda de los Estados europeos, ya sea en el mercado sexual o en la industria del cuidado doméstico. Las redes de trata se multiplican dispuestas a cubrir esos nichos de explotación. Las mujeres vienen con sus hijos e hijas o, en muchos casos, se quedan embarazadas durante el tránsito migratorio -fruto de la violencia sexual-. No deciden sobre su salud sexual y reproductiva pero tampoco sobre el destino de sus hijos e hijas. 
Women´s Link Worldwide en su informe sobre ‘Mujeres Migrantes’ en Marruecos menciona lo siguiente: “la violencia sexual continuada lleva a un alto número de abortos no deseados y a la práctica de abortos inseguros (…) la negación de la autonomía sexual y reproductiva y una de las formas de violencia continuada, es que la toma de decisiones en materia de salud sexual y reproductiva es cooptada por los hombres, ya sean sus ‘novios’, ‘maridos’ o ‘patrones’. En el caso de las mujeres víctimas de trata, las decisiones están siempre en manos de la red”.

La situación de conflicto hace que las víctimas de las fronteras no puedan acceder a derechos y a que no tengan mecanismos de protección institucionales ante la violencia estructural de las fronteras. Es por ello, que las condenas respecto al nivel de violencia, sean totalmente irrisorias.
Esta infinidad de relatos en vallas, mares y países de tránsito demuestran la articulación efectiva de la frontera como un espacio excepcional de guerra constante y necesaria para el estado, que excluye toda garantía democrática, social y de derecho. El discurso que conforma la ilusión de seguridad del estado prima siempre sobre las necesidades de los migrantes y su legítimo y natural derecho al movimiento. Por ello, este informe recoge sus relatos de dolor, resistencia y lucha para comprender y ayudar en su proceso de transformarlos en reparación, victoria y justicia.
Una de las grandes consecuencias de la militarización de fronteras es, según las comunidades migrantes, que el momento del cruce se convierte en un apostar entre la vida y la muerte. Perder la vida en un contexto diseñado por las políticas europeas como un espacio de guerra, es algo posible y real. “Vivir o morir, porque para muchas no hay marcha atrás”, frase consensuada en las Brigadas de Derechos.

Las muertes son evitables, según reiteran las diferentes ONG que exigen que se pongan en marcha vías legales y seguras para que las personas no tengan que arriesgar su vida en el mar ni quedar expuestas a redes de traficantes.
El informe Tras la Frontera propone “deconstruir la guerra de las fronteras” y visibilizar los “procesos de resistencia y resilencia”. Algo que logran con los testimonios de estas personas que han sido víctimas de la militarización de las fronteras europeas y deshumanización de nuestras políticas. Víctimas también del silencio cómplice de las poblaciones que alejan psicológicamente esta realidad, que la instalan como algo inevitable, y que con su indiferencia condenan a otros seres humanos al sufrimiento y a la muerte. Ojalá, acercarse a la realidad de la ciudadanía migrante, a su fuerza y su necesidad, a esa gente que sufre y cuestiona lo más profundo de nuestro sistema, ayude a despertar conciencias y hacer crecer el compromiso.


Soy porque tú eres

“Cuando llegué a Canarias después de ver morir a mis compañeros, después de pasar sed y penas, que me encerraran en el CIE me hizo sentir muy triste y arrepentida. El trato de la policía era muy malo. La policía quería que denunciáramos al capitán y decía que a cambio nos darían papeles, dinero, libertad y una casa muy bonita.

Cuando la policía me comenzó a tratar mal, me empujaba o me insultaba, me acabé arrepintiendo de haber venido a España y rezaba mucho a Dios. Acababa rehuyendo las preguntas de la policía, estaba cansada, me negaba a hablar con ellos. 
Cuando supe que Babacar estaba en prisión me sentí muy desesperada, muy triste, lloré mucho. Él era inocente y no tenía nada que ver con los patrones y lo que le habían acusado. Aquí nosotros no conocemos a nadie y no manejamos el idioma para defendernos. Por eso lo acusaron a él, porque ni siquiera hablaba francés y no podía defenderse. Le hablaban en francés y él contestaba con un oui, pero en realidad no sabía que le estaban preguntando.


Yo decidí declarar en el caso de Babacar porque es injusto lo que la policía le ha hecho. Es muy injusto porque no es verdad de lo que le acusan. La policía no va a encontrar a los verdaderos traficantes porque no hace correctamente su trabajo. 
Pese a todo, me siento muy agradecida con la buena gente que me he encontrado en España, también a la que ha ayudado a Babacar”.

Testimonio de Sylvie Agnes Sambou

Compromiso con las personas refugiadas

Por último, es importante recordar y exigir que el Gobierno cumpla con los programas de reubicación y reasentamiento para traer a personas refugiadas de forma legal al país. De las 17.337 personas acordadas, hasta la fecha han llegado a España 1.488, 1.070 por la vía de la reubicación desde Grecia e Italia y 418 por la de reasentamiento desde países como Líbano o Jordania. Recientemente el ministro Zoido anunció que es posible que la Unión Europea rebaje la cuota española de refugiados y refugiadas de 17.000 a 7.000. Para los movimientos y asociaciones que forman parte de la iniciativa Caravana Abriendo Fronteras esta propuesta es “inaceptable”.
Fotos archivo AmecoPress, cogidas del Informe Tras la Frontera, de Caminando Fronteras

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