Ciudad de México. La madre y el padre de la presa
política en Nicaragua, Eva Amaya Coppens Zamora, denunciaron que su hija
ha sido golpeada por una oficial en el penitencial llamado “El
Chipote”, donde está privada de libertad desde el 14 de noviembre.
Su madre, Tamara Zamora, contó a medios locales que las y los
guardias no le habían pasado el medicamento para la presión que
requiere, y que sus padres le habían comprado. “No la ví bien”, narró
después de una visita con su hija ayer, además que “nos contaron que una
oficial, agresivamente, la agarró del cuello y la dejó marcada.” Zamora
solicitó la compañía de la Cruz Roja Internacional para constatar el
estado físico de su hija.
Federico Coppens, su padre, habló en una entrevista radiofónica de
“condiciones carcelarias similares a tortura, la luz encendida las 24
horas, les tiran la comida, se la machacan.” Narró que su hija, antes de
ser golpeada, denunció el trato inhumano que recibían un padre y su
hijo, ambos de Masaya, en una celda enfrente de ella: “Los arrastran por
el suelo, los golpean, los patean, realmente un trato degradante”, dijo
su padre.
Coppens fue arrestada junto con otras 15 personas defensoras el 14 de
noviembre pasado, cuando llevaban agua a las madres de reos políticos
que habían entrado en una huelga de hambre, en la iglesia San Miguel
Arcángel en Masaya. Es la segunda vez que es privada en libertad: Luego
de que la estudiante de medicina tuviera un rol protagonista en las
protestas contra el gobierno de Daniel Ortega, fue arbitrariamente
detenida y criminalizada en septiembre de 2018. Pasó 9 meses en prisión,
donde fue torturada y sometida a trato inhumano, de acuerdo con la
organización IM-Defensoras.
En junio de este año, Coppens fue liberada,
junto con otras presas y presos políticos, producto de una
controvertida amnistía. Pero la libertad duró sólo cinco meses, uno de
los delitos que se le imputan en esta ocasión, es posesión ilegal de
armas.
La Articulación de Movimientos Sociales y Organizaciones de la
Sociedad Civil condenaron el trato cruel e inhumano del cual son
víctimas las y los presos en el Chipote. Denunció que la custodia obliga
a las y los jóvenes a comer en platos de color rojo y negro, alusivos
al partido FSLN, lo que fue rechazado por las personas privadas de
libertad, quienes “cubrieron los platos con pasta de dientes azul y
blanco.” También “son constantemente maltratados y amenazados de muerte.
Familiares informan que en más de una ocasión los oficiales de la
Policía amenazan con tirarlos por un barranco cuando tengan sus
audiencias de juicio oral y público”, informó la organización a través
de redes sociales.
Otras organizaciones, como el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos
(Cenidh), y la Fundación Bianca Jagger Pro Derechos Humanos, también
denunciaron el maltrato y exigieron la liberación de Coppens y de otras
personas pesas políticas en Nicaragua.
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