5/21/2009

Nueva normalidad



Utopía

Eduardo Ibarra Aguirre


A 29 días de que sólo formalmente José Ángel Córdova Villalobos decretó la emergencia sanitaria y que, como se recordará, hizo el anuncio a las 23:15 horas cuando millones de niños, adolescentes y jóvenes estaban ya dormidos, se levantará en el Distrito Federal, epicentro pero no necesariamente origen de la epidemia de influencia A-H1N1, al pasar de color amarillo a verde, por disposición del Comité Científico de Vigilancia Epidemiológica y Sanitaria.

Atrás quedaron las desconocidas aptitudes de los gobiernos de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y de Marcelo Ebrard Casaubon para colocar en segundo plano las diferencias políticas y coordinarse ante la emergencia por la aparición de una desconocida cepa que, hasta ayer, contagió a 3 mil 648 mexicanos y cobró la vida de 75, lo que equivale al 1.9 de los casos confirmados, según datos de la Secretaría de Salud.

Forma parte de la indispensable cronología a escribir y documentar por un equipo multidisciplinario de expertos, entre otras cosas para localizar las enormes fortalezas y las gigantescas debilidades nacionales, públicas y privadas, la naturaleza drástica de las disposiciones gubernamentales, algunas de tipo anticonstitucional de acuerdo con varios juristas, con el propósito de ganar tiempo ante la tardía reacción oficial e, incluso, el ocultamiento de información para no posponer la visita de Barack Hussein Obama a México, si nos atenemos a la insistente tesis de Fidel Castro Ruz.

Y qué decir de la oportuna y sólida reacción de la ciudadanía capitalina que aplicó las disposiciones sanitarias y coadyuvó en tareas de desinfectar escuelas, centros de trabajo y espacios públicos. Los que ven el sol a través de un peso, multiplicaron el costo de los cubrebocas, guantes y desinfectantes, y ahora abultan los costos de las pérdidas de por sí altas que generó la suspensión de múltiples actividades, con el objetivo de extender la mano y obtener lo más posible de papá gobierno.

Por ello es complicado valorar los daños económicos y productivos, sobre todo cuando fueron antecedidos por una caída del producto interno bruto de 8.2 por ciento, durante enero-marzo pasado, equivalente a 55 mil millones de dólares, la tercera más fuerte en un siglo, a tono con las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.

Vuelve el DF a la normalidad. Pero no a la anterior del 23 de abril, sino a una en la que tendremos que coexistir y respetar a un virus que llegó para quedarse, que obliga a ser recatados ante la dilapidación de abrazos, besos y saludos. A exigir en los comederos públicos de cinco y de ninguna estrellas, que los meseros tomen los cubiertos de la parte superior y no de la inferior que usamos para ingerir alimentos, como es costumbre generalizada.

En esta vuelta a una nueva normalidad, a las cuatro semanas, seguramente influyó la radicalidad del GDF para cerrar la mayor parte de los espacios recreativos y de esparcimiento. El golpeador profesional que aún despacha como secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, tomó distancia de la medida y la criticó tímidamente. Allí están los resultados.

Por el contrario, gobiernos de los estados que ocultaron información a Córdova Villalobos, como el borrachín de Jalisco, el de Chiapas que declaró con gacetillas inexistente la influencia tipo A, también el patético caso del veracruzano Fidel Herrera Beltrán, están junto a otros que aún no pueden retornar plenamente a labores y carecen de laboratorios adecuados y/o suficientes para analizar las muestras.

Ahora es la Organización Mundial de la Salud la que se resiste a declarar la primera pandemia del siglo XXI, cuando según su balance ya provocó 10 mil 243 casos en 41 países y 80 muertos, de ellos nada más 72 son mexicanos.

Acuse de recibo

Para el abogado y activista social Lamberto García Zapata, Forumenlinea “practica como nadie en México (…) el pluralismo y la libre expresión”… La Red de Defensa de los Derechos Humanos recuerda que el 25 de mayo se cumplirán dos años de la desaparición forzada de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, denuncia que “el gobierno ha mostrado su ineficacia, falta de compromiso y responsabilidad por esclarecer estos casos. Con esta negativa el gobierno lo único que ha hecho es brindar los elementos necesarios para configurar una y otra vez este delito de lesa humanidad, caracterizado principalmente por no aceptar su participación en las desapariciones”… Lydia Cacho Ribeiro persiste: “Emilio, líder priísta en la Cámara de Diputados, ha sido vinculado a redes de pederastas, de lavado de dinero y apropiación de terrenos en el sureste, ha sido evidenciado públicamente incontables veces; las investigaciones desaparecen siempre. Cuando se descubrió a Gamboa llamándole papá a Kamel Nacif y sometiéndose a sus órdenes para echar para atrás una ley sobre juegos y casinos, la respuesta de Gamboa sobre la autenticidad de las llamadas fue “Sí, soy yo, y de una vez les digo hay otras 6 llamadas con Kamel en este sexenio”.

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