5/23/2009

Carta póstuma a Mario Benedetti


20 de Mayo de 2009 Tomás Borge
No puedo, carajo, enviarte flores.Tan solo
palabras heridas, ganas de llorar, recuerdo de
cuando estuvimos en Bluefields afiebrados viendo
bailar el "Palo de Mayo" a mulatas que parecían
estar a punto de cometer un pecado mortal, o
cuando vagabundeábamos por Barcelona y Madrid.
Leí have unos minutos, tu poema dedicado a
Rigoberto López y otro, en extremo generoso,
"Tomas recuerda a Carlos", así como tus
persistentes referencias a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Eras asmático como el Che a quien te parecías en
otros menesteres: en tu devoción por la justicia,
en tu lealtad a prueba de manipulaciones con los
revolucionarios, en tu admiración y respeto
a Cuba y a Fidel.
Nunca te conocí otra cosa que no fuera tu bondad
y pese a tu enorme talento, jamás caíste en la
arrogancia, en el odio, en la envidia.
Eras limpio como una pared azul recién pintada
Cuando Juan mi hijo de 11 años tu admirador-
como millones de niños, adolescentes y jóvenes-
me dio la noticia de tu muerte sentí la necesidad
de llevar el enorme hueco con mucho amor, con
un cariño largo como la cola de un cometa con tus
poemas y esa bondad constructiva y feroz que
tuviste durante tu abundante vida. Pondré a
media asta mis banderas por largo tiempo.
Escrito lo anterior apareció en el diario
nicaragüense de la derecha- el cual te era
antipático- un titular elogioso y aprovechando tu
muerte, obscenos comentarios contra el F.S.L.N.
Entre otros de un famoso escritor, enemigo de
Cuba y cruel comentarista contra todas las
personas mayores de 70 años.
Mario: Ahora te van a elogiar hasta los pitucos y
unos cuantos más derramarán lágrimas de
cocodrilo. Hay millones de millones que te
lloramos con lágrimas de sal.
Abrazos,
Tomás Borge
El19 digital

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