20 de Mayo de 2009 Tomás Borge
No puedo, carajo, enviarte flores.Tan solo
palabras heridas, ganas de llorar, recuerdo de
cuando estuvimos en Bluefields afiebrados viendo
bailar el "Palo de Mayo" a mulatas que parecían
estar a punto de cometer un pecado mortal, o
cuando vagabundeábamos por Barcelona y Madrid.
Leí have unos minutos, tu poema dedicado a
Rigoberto López y otro, en extremo generoso,
"Tomas recuerda a Carlos", así como tus
persistentes referencias a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Eras asmático como el Che a quien te parecías en
Eras asmático como el Che a quien te parecías en
otros menesteres: en tu devoción por la justicia,
en tu lealtad a prueba de manipulaciones con los
revolucionarios, en tu admiración y respeto
a Cuba y a Fidel.
Nunca te conocí otra cosa que no fuera tu bondad
y pese a tu enorme talento, jamás caíste en la
arrogancia, en el odio, en la envidia.
Eras limpio como una pared azul recién pintada
Cuando Juan mi hijo de 11 años tu admirador-
como millones de niños, adolescentes y jóvenes-
me dio la noticia de tu muerte sentí la necesidad
de llevar el enorme hueco con mucho amor, con
un cariño largo como la cola de un cometa con tus
poemas y esa bondad constructiva y feroz que
tuviste durante tu abundante vida. Pondré a
media asta mis banderas por largo tiempo.
Escrito lo anterior apareció en el diario
nicaragüense de la derecha- el cual te era
antipático- un titular elogioso y aprovechando tu
muerte, obscenos comentarios contra el F.S.L.N.
Entre otros de un famoso escritor, enemigo de
Cuba y cruel comentarista contra todas las
personas mayores de 70 años.
Mario: Ahora te van a elogiar hasta los pitucos y
unos cuantos más derramarán lágrimas de
cocodrilo. Hay millones de millones que te
lloramos con lágrimas de sal.
Abrazos,
Tomás Borge
El19 digital
Tomás Borge
El19 digital
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