5/06/2009

Y ahora qué sigue


Utopía

Eduardo Ibarra Aguirre

Superado el lapso más delicado de la epidemia del virus A (H1N1), como coinciden en afirmar las autoridades del sector salud nacional y distritofederalense, los titulares del Ejecutivo federal y capitalino, no sólo llegó el momento de iniciar la vuelta paulatina y gradual a las actividades de todo orden, sino también la formulación por los especialistas de la cronología de los hechos más trascendentes entre el 23 de abril y el 7 de mayo, cuando menos.

Trascendida la emergencia, aunque el virus llegó para quedarse y aprendamos a convivir con él sin que cobre más vidas humanas, resulta indispensable que la bitácora se haga de cara a la sociedad, con la intervención de ésta para estimular el debate con base en información científica y documentada, entre todos los que sorprendentemente intervinieron con las más diversas presunciones, hipótesis y tesis. Al buzón de Utopía llegaron tantas y tan diversas informaciones y opiniones que este escribidor optó por tomar distancia de la tentación de sumarse al vasto círculo de opinadores.

Después del niño ahogado es indispensable no tirar el agua sucia con todo y bañera, me decía en junio de 1971 Joel Ortega Juárez, universitario y periodista que restablece su salud con éxito, a base de hábitos nuevos y fuerza de voluntad.

La metáfora es pertinente porque en ningún tema, menos en los que atañen a la salud y la vida de 107.5 millones de mexicanos –más los 24 millones que viven allende el río Bravo--, existe lugar para “el borrón y cuenta nueva” que sella a la política a la mexicana.

Menos ahora que una reacción gubernamental tan enérgica que para algunos fue anticonstitucional, e impidió que el virus se propagara exponencialmente y sólo cobrara la vida de 26 mexicanos y se instalara en el organismo de 866 más, hasta el 5 de mayo.
Lo anterior a pesar de que las medidas no fueron atendidas por franjas de ciudadanos que recibieron información abundante, pero imposibles de llevar a cabo siquiera en los cubrebocas, porque la ley de la oferta y la demanda multiplicó los precios y el gobierno que rinde culto cuasi religioso al mercado, no pudo hacer nada. Como también lo ignoró un vigoroso sector salud privado que mostró mezquindad y divorcio con las necesidades de la sociedad. Y qué decir del duopolio televisivo y el oligopolio radiofónico que regatearon tiempo a José Ángel Córdova Villalobos.
Con un desmantelado sector público de la salud a lo largo de 27 años –desde Miguel de la Madrid Hurtado hasta nuestros días--, el abandono de la infraestructura de investigación médica –con el regateo de 244.4 millones de pesos del erario para Laboratorios Biológicos y Reactivos de México, para producir vacunas, y la compra, después del niño ahogado, de equipos de laboratorios para analizar las muestras--, múltiples planes y programas epidemiológicos sin aplicar, amén de la corrupción imperante en el ramo, resulta sorprendente que el costo en vidas humanas y contagiados no fuese mucho mayor.

La tardía respuesta a los requerimientos informativos de la Organización Mundial de la Salud, formulados desde el 16 de abril, más la semana transcurrida para que Felipe de Jesús Calderón Hinojosa decretara la alerta epidemiológica a través del secretario Córdova Villalobos, son datos básicos que explican las drásticas decisiones con las que se buscó sortear, por fortuna con éxito, la tardanza gubernamental.

Éxito que reconoció tempranamente la doctora Margaret Chang y recientemente Ban Ki-moon. Y que seguramente no habría razón para regatear a Calderón Hinojosa si el debate y análisis pendientes lo reconfirman, previa cronología de la epidemia que afortunadamente se presentó muy entrada la primavera.

Acuse de recibo

“Tu cabezal está proscrito” (3-V-09) motivó comentarios. Para el abogado Lamberto García Zapata “La credibilidad en el gobierno le quitará obstáculos para sus futuras represiones y medidas económicas contrarias al interés del pueblo, que pareciera ya se anuncian, mediante diferentes acciones ilógicas: asesinatos de periodistas, atentados publicitarios contra publicaciones como es el caso de Forum y Proceso, las represiones en Atenco, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Hidalgo y otras”… La abogada Norma Esperanza Falcón Ruiz estima que “es de toda prioridad contraatacar todo este ataque brutal que viene desde la Presidencia de la República (…)”. El doctor Enrique Bonilla Rodríguez, coordinador del Frente Nacional contra Wal-Mart, aconseja: “No les creas. Tienes amigos”… Javier Andrade Torres concluye “sobre todo este embrollo de la epidemia y los actos fallidos y represivos que hacen los que ahora ostentan el gobierno (…) es que la podemos pasar muy bien sin esa casta de burócratas parásitos (…)”. La gentil investigadora Irisela Sánchez Pérez dice sobre Déficit de credibilidad (27-IV-09), que este redactor “escribe siempre con un estilo muy inteligente, ágil, irónico y lleno de humor. El tema que abordó ahora, la ciudadanía, es particularmente importante para mí porque es el área formativa que investigo”.

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