2/18/2010




indígenas otomí de la comunidad de Santiago Mexquititlán, estado de Querétaro fueron detenidas junto con una tercera indígena, Jacinta Francisco Marcial, y acusadas de secuestrar a seis agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI).


Detenidas durante tres años por un delito que no cometieron, sabrán en las próximas semanas si sus condenas se confirman o se anulan. Son presas de conciencia y deben quedar en libertad de inmediato.

Amnistía Internacional cree que el encarcelamiento de estas mujeres fue una represalia por la manera en que los vendedores del mercado local reaccionaron el 26 de marzo de 2006.

Sin motivos para probar que se produjo un secuestro, hace cinco meses Amnistía Internacional celebraba la liberación de una tercera detenida acusada injustamente de los mismos cargos, Jacinta Francisco Marcial. Las tres ganaron en abril de 2009 una apelación contra su declaración de culpabilidad, y se celebró un nuevo juicio, en el que no se presentaron pruebas nuevas.

Pese a esta victoria para la justicia, el sistema de justicia no parece rectificar correctamente y, bajo argumentos absurdos y falta de evidencia en el proceso, Teresa y Alberta se convierten ahora en un reto para su gobierno al mantenerlas detenidas bajo proceso.

Sr. Felipe Calderón,

Como activista a favor del respeto a los derechos de todas las personas me dirijo a usted para mostrarle mi profunda preocupación de que las y los habitantes de su país no puedan acceder a la justicia.

Ser mujer, indígena y vivir en condiciones de pobreza son características que no deben hacer de una persona un blanco fácil de un sistema de justicia que les trata como personas de “segunda clase”.

En marzo de 2006, seis agentes de la AFI irrumpieron en el mercado principal de Santiago Mexquititlán. Afirmaban estar tratando de encontrar drogas y DVD ilegales, pero no mostraron orden judicial alguna ni se identificaron, y causaron daños a las mercancías de los vendedores. Trataron de confiscar artículos y, a medida que se intensificaba la tensión, los vendedores pincharon los neumáticos de su auto. Según los miembros de la comunidad, el incidente concluyó pacíficamente ese mismo día. Sin embargo, esa tarde los agentes presentaron ante la Procuraduría General de la República una denuncia en la que afirmaban haber sido secuestrados durante varias horas por quienes protestaban.

Más de cuatro meses después, Alberta Alcántara y Teresa González fueron detenidas y acusadas del secuestro. Fueron condenadas a 21 años de prisión cada una. La única prueba en su contra era una fotografía publicada en un periódico local en la que se las ve de pie junto a los agentes de la AFI.

La organización considera que los cargos contra las tres eran falsos y que fueron elegidas como blanco conveniente simplemente por su situación marginal en la sociedad como mujeres indígenas pobres.

Le pido encarecidamente que tanto Alberta Alcántara, como Teresa González, sean puestas en libertad de inmediato y sin ninguna condición. Las irregularidades en el proceso y las pruebas falsas en su contra mantienen a estas personas inocentes privadas de su libertad.

Atentamente,
HILDA VENEGAS NEGRETE

4 comentarios:

  1. Es ridículo el proceder de la justicia mexicana. Solo por una foto.
    Yo les puedo contar un montón de historias, incluyendo la mía de como proceden. La ley se hizo para aplicársela al desprotegido,al ciudadano y desproporcionalmente no se les aplica a los gobernantes, funcionarios y servidores públicos. Estas mujeres nunca tuvieron siquiera que isar la cárcel. Ha sido un abuso desde el principio.

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  2. Desgraciadamente hasta que no vive uno las cosas no se da uno cuenta como es la justicia. El 29 de junio pasado fuí golpeado por inspectores de vía pública municipal de la ciudad de Puebla, que en visible estado de intoxicación etílica estaban jaloneando, golpeando y despojando de sus productos a artesanas indígenas en las inmediaciones del jardín de Analco, en la ciudad de Puebla. A pesar de tener fotos y videos, se me inculpa de daño el propiedad ajena con la agravante de dolosa, en contra de un vehículo que supuestamente es propiedad del ayuntamiento que encabeza Blanca Alcalá Ruiz. Fuí golpeado por cerca de 12 individuos entre inspectores ebrios y policias encapuchados. Hay fotografías (más de 30) y videos donde se puede comprobar el proeceder de estos individuos. Además fuí denunciado por un individuo intelegible ( es decir, no estaba en el momento ni el lugar de los hechos)quien encima de todo afirma que fué él quien me detuvo. Además de los golpes fuí asaltado por los policias en la misma base de operaciones. Fuí secuestrado por más de 3 horas. El agente del ministerio público de apellido Negreros por cierto de la agencia centro de la ciudad de Puebla fué quien permitió todos estos abusos. No obstante tener los medios de prueba y haber acudido a la CEDH-Puebla, y a la contraloria municipal no se ha hecho nada, la injusticia prevalece, ya que además de quedar lesionado, policontundido, a la fecha enfrento un proceso penal en el 2º juzgado de lo penal con la juez Rosa Celia Pérez González, quien por cierto, coincidentemente también llevó el caso de la también periodista Lidia Cacho Ribeiro, y a pesar de que ya presente fotografías y videos, donde demuestro lo anteriormente afirmado, es decir el estado de intoxicación de los inspectores, y el abuso de los policias, quienes hasta la agencia del MP llegaron ejerciendo una acción prepotente y violenta, así como la identidad intelegible de quien me acusó, y de que el vehículo en cuestión carecía de una correcta señalización. A más que el expediente tiene muchas incongruencias e irregularidades, hasta la fecha no se ha dado una resolución por parte de la juez, siendo que la debía de haber dado desde el 9 de febrero pasado. Por eso y por otras historias más se como es la justicia en este país, gracias a politicos, funcionarios, servidores públicos y autoridades policiacas y castrenses estamos como estamos. Urge modificar el estado de derecho, urge que el sitema de justicia mexicano sea preciso, expedito, e imparcial, cuestiones imprescindibles de las que carece.

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  3. disculpen todas las faltas de ortografía de mis comentarios, ya que todo ha sido redactado "in situ"

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  4. Con todo respeto; pobre pendeja panista.

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