Carlos Fernández-Vega: México SA
a no es novedad, pero en el último trimestre de 2009 la situación laboral en el país se deterioró aún más, y el desempleo abierto afectó a 5.3 por ciento de la población económicamente activa, es decir, a poco más de 2.5 millones de personas, según la medición oficial divulgada ayer por el Inegi, por medio de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en la que sobresale que 73 por ciento de los mexicanos ocupados (32.5 millones en los sectores formal e informal) obtiene ingresos de hasta uno y cinco salarios mínimos, y que 65 por ciento de los ocupados (cerca de 29 millones) no tiene acceso a las instituciones de salud.
Nada que presumir, nada que celebrar en tres años de fracasada Presidencia del empleo, según el eslogan propagandístico de tiempos de la campaña electoral y utilizada por el inquilino de Los Pinos durante algunos meses hasta que la realidad nacional le cerró la boca, que sería lo de menos si se le compara con el costo social: 2.5 millones de desempleados, 4 millones en el subempleo, 19 millones de emprendedores, 12.6 millones en la informalidad (casi un millón más que en el cuarto trimestre de 2008, o lo que es lo mismo un incremento superior a 8 por ciento).
La información oficial ofrece la siguiente numeralia: en el cuarto trimestre de 2009 la población desocupada en el país sumó poco más de 2.5 millones de personas y la tasa de desocupación equivalente fue de 5.3 por ciento; este porcentaje de la PEA es superior a 4.3 por ciento registrado en igual trimestre de 2008. Al estar condicionada a la búsqueda de empleo, la tasa de desocupación es más alta en las localidades grandes, donde está más organizado el mercado de trabajo; es así que en las zonas más urbanizadas con 100 mil y más habitantes la tasa llegó a 6.5 por ciento, mientras que en las que tienen de 15 mil a menos de 100 mil habitantes fue de 5.2 por ciento, en las de 2 mil 500 a menos de 15 mil se ubicó en 4.1 por ciento y en las rurales de menos de 2 mil 500 habitantes se estableció en 3.1 por ciento.
Los estados de la República que durante el cuarto trimestre de 2009 registraron las tasas de desocupación más altas fueron Chihuahua con 8.5 por ciento, Querétaro (7.9), Coahuila (7.4), Durango (7.2), Aguascalientes (6.9), estado de México y Nuevo León (6.8 cada una), Baja California (6.7) y Tamaulipas (6.6) de la PEA. Por debajo de la media nacional se registraron Guerrero (2 por ciento), Oaxaca (2.1), Chiapas (2.7), Veracruz y Yucatán (3.2 en cada caso), Morelos (3.4) y Michoacán y Puebla (3.6 para cada uno de ellos). Según el Inegi este indicador no muestra una situación de gravedad en el mercado de trabajo, sino más bien de la presión que la población ejerce sobre el mismo, lo cual está influido por diversas situaciones como son principalmente las expectativas y el conocimiento que tienen las personas que no trabajan sobre la posibilidad de ocuparse, así como por la forma como está organizada la oferta y la demanda del mismo. Es por ello que se recomienda no considerarlo de manera aislada, sino como complemento de toda la información de que se dispone sobre la participación de la población en la actividad económica.
Más de la mitad de la población ocupada (52.6 por ciento) se concentra en las ciudades más grandes del país (de 100 mil y más habitantes); le siguen las localidades rurales (menores de 2 mil 500 habitantes) donde se agrupa 19.7 por ciento de la población ocupada total; los asentamientos que tienen entre 15 mil y menos de 100 mil habitantes (urbano medio) albergan 14.6 por ciento y el resto de los ocupados (13.1 por ciento) residen en localidades de 2 mil 500 a menos de 15 mil habitantes (urbano bajo).
Al considerar a la población ocupada en relación con el sector económico en el que labora, 6.1 millones de personas (13.7 por ciento del total) trabajan en el sector primario; 10.4 millones (23.4 por ciento) en el secundario o industrial y 27.7 millones (62.2 por ciento) están en el terciario o de los servicios. El restante 0.7 por ciento no especificó su actividad económica. Los montos correspondientes que se presentaron en el periodo octubre-diciembre de 2008, fueron de 5.9, 10.6 y 26.4 millones de personas, en el mismo orden.
Durante el cuarto trimestre de 2009, la población de 14 años y más disponible para producir bienes y servicios en el país fue de 47 millones (59.3 por ciento del total), cuando un año antes había sido de 45.2 millones (58.1 por ciento). Este incremento de un millón 864 mil personas es consecuencia tanto del crecimiento demográfico, como de las expectativas que tiene la población de participar o no en la actividad económica.
La población no económicamente activa agrupa a las personas que no participan en la actividad económica ni como ocupados ni como desocupados. Durante octubre-diciembre pasado 32.3 millones de personas, el 40.7 por ciento del total de la población de 14 años y más, integraba este sector, del cual 26.4 millones declararon no estar disponibles para trabajar debido a que tienen que atender otras obligaciones, o tenían interés pero se encuentran en un contexto que les impide poder hacerlo (tiene impedimentos físicos, obligaciones familiares o están en otras condiciones). Por su parte, 5.9 millones se declararon disponibles para trabajar, pero no llevaron a cabo acciones al respecto, por lo que se constituyen en el sector que eventualmente puede participar en el mercado como desocupado u ocupado.
Las rebanadas del pastel
Nunca se esperó mayor cosa de él, sobre todo después de la espantosa experiencia foxista, pero Felipe Calderón ha superado hasta las más negras expectativas… El valor civil de la señora Luz María Dávila, madre de dos de los estudiantes asesinados en Ciudad Juárez, debe servir de ejemplo a la sociedad mexicana para poner un hasta aquí a la tenebrosa clase política que ha destrozado a este heroico país… Y para rematar una semana desastrosa (que se suma a los terribles meses y años de la historia reciente), el aparato de justicia da un garrotazo a los trabajadores mineros, mientras cortan cartucho en Los Pinos. En 1906 fueron los Rangers los que protegieron los intereses de William Cornell Greene y su Cananea Consolidated Copper Company; 104 años después, y para celebrar el centenario de la Revolución, el neoporfiriato, con Calderón a la cabeza, hace lo propio en defensa de los intereses de Germán Larrea y su Grupo México.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Enrique Galván Ochoa: Dinero
Ayudaría que el Presidente, los líderes del Congreso y los ministros de la Suprema Corte se mudaran temporalmente a Ciudad Juárez a enfrentar el sangriento caos? En la encuesta de esta semana participaron 2 mil 108 personas de diversas partes de la República. El 63 por ciento no ve ningún beneficio en que los altos funcionarios se apersonen en aquella comarca. El 16 por ciento contestó que quizá conviniera que lo hicieran el Presidente, los directivos del Congreso y los ministros de la Corte. El 8 por ciento piensa que no es necesaria tamaña movilización, bastaría con la presencia del Presidente y el gobernador. El 6 por ciento dice que con el Presidente sería suficiente.
Metodología
Esta semana enviamos 2 mil 500 cuestionarios, vía correo electrónico, a un número igual de miembros de El Foro México. Contestó 84 por ciento. Algunos foristas enviaron sus opiniones. En las líneas que siguen aparecen fragmentos y el texto completo en www.elforomexico.com
Opiniones
Yo viví seis años en Juárez. Mis dos hijos mayores nacieron allá y tengo dos hermanos con sus familias viviendo allá. Juárez me dio trabajo para mantener a mi familia, un terreno donde construí mi vivienda, amigos y conocidos que me trataron de la mejor manera. Sufrí lo extremoso del clima, pero le agradezco a esa gran ciudad su cobijo. Que vayan el Presidente, los directivos del Senado y de la Cámara de Diputados, y los ministros de la Corte. Pero que se vayan a vivir a las colonias populares, sin guardaespaldas, que se suban a una rutera de las colonias populares que tardan hora y media en llegar al centro de la ciudad. Que vayan al parque central, sobre la Panamericana, con sus familias completas. Que trabajen un turno de noche en una maquiladora japonesa. Sólo así percibirán que Juárez es parte del Estado mexicano y harán cumplir una de sus principales obligaciones: garantizar la seguridad de sus gobernados.
Óscar Torres/Distrito Federal
El traslado de los poderes a Juárez sería como el de los militares o los PFP: gastar y gastar en viáticos y hospedaje, con cargo a nosotros, y no resolverán nada. Vendrían con vigilancia y seguridad extremas; hasta cuando van al baño de su casa los vigilan. Los que salimos todos los días a estas calles, con nuestros hijos, somos los que tenemos la zozobra de la inseguridad.
Olga Hernández/Ciudad Juárez
Habría que mandar a Calderón y su gabinete de seguridad a Ciudad Juárez no sólo por los jóvenes masacrados, sino por todas las mujeres asesinadas y desaparecidas. A Peña Nieto, a arar en Atenco y vivir en una casa de interés social de Neza (con todo y Gaviota). A Beltrones, a Hermosillo (sin escolta y sin fuero). A Ebrard, a Iztapalapa (de roomate de Juanito) Y más o menos se comenzaría a arreglar el país o por lo menos nos divertiríamos más.
Ayudaría que el Presidente, los líderes del Congreso y los ministros de la Suprema Corte se mudaran temporalmente a Ciudad Juárez a enfrentar el sangriento caos? En la encuesta de esta semana participaron 2 mil 108 personas de diversas partes de la República. El 63 por ciento no ve ningún beneficio en que los altos funcionarios se apersonen en aquella comarca. El 16 por ciento contestó que quizá conviniera que lo hicieran el Presidente, los directivos del Congreso y los ministros de la Corte. El 8 por ciento piensa que no es necesaria tamaña movilización, bastaría con la presencia del Presidente y el gobernador. El 6 por ciento dice que con el Presidente sería suficiente.
Metodología
Esta semana enviamos 2 mil 500 cuestionarios, vía correo electrónico, a un número igual de miembros de El Foro México. Contestó 84 por ciento. Algunos foristas enviaron sus opiniones. En las líneas que siguen aparecen fragmentos y el texto completo en www.elforomexico.com
Opiniones
Yo viví seis años en Juárez. Mis dos hijos mayores nacieron allá y tengo dos hermanos con sus familias viviendo allá. Juárez me dio trabajo para mantener a mi familia, un terreno donde construí mi vivienda, amigos y conocidos que me trataron de la mejor manera. Sufrí lo extremoso del clima, pero le agradezco a esa gran ciudad su cobijo. Que vayan el Presidente, los directivos del Senado y de la Cámara de Diputados, y los ministros de la Corte. Pero que se vayan a vivir a las colonias populares, sin guardaespaldas, que se suban a una rutera de las colonias populares que tardan hora y media en llegar al centro de la ciudad. Que vayan al parque central, sobre la Panamericana, con sus familias completas. Que trabajen un turno de noche en una maquiladora japonesa. Sólo así percibirán que Juárez es parte del Estado mexicano y harán cumplir una de sus principales obligaciones: garantizar la seguridad de sus gobernados.
Óscar Torres/Distrito Federal
El traslado de los poderes a Juárez sería como el de los militares o los PFP: gastar y gastar en viáticos y hospedaje, con cargo a nosotros, y no resolverán nada. Vendrían con vigilancia y seguridad extremas; hasta cuando van al baño de su casa los vigilan. Los que salimos todos los días a estas calles, con nuestros hijos, somos los que tenemos la zozobra de la inseguridad.
Olga Hernández/Ciudad Juárez
Habría que mandar a Calderón y su gabinete de seguridad a Ciudad Juárez no sólo por los jóvenes masacrados, sino por todas las mujeres asesinadas y desaparecidas. A Peña Nieto, a arar en Atenco y vivir en una casa de interés social de Neza (con todo y Gaviota). A Beltrones, a Hermosillo (sin escolta y sin fuero). A Ebrard, a Iztapalapa (de roomate de Juanito) Y más o menos se comenzaría a arreglar el país o por lo menos nos divertiríamos más.
El Correo Ilustrado
Con admiración para Luz María Dávila
No cabe duda. Mientras haya en el país mujeres como la señora Luz María Dávila hay esperanzas de que se acabe la pesadilla que vivimos los mexicanos desde que Felipe Calderón fue impuesto en la presidencia. Ella es la madre de dos de los jóvenes que fueron asesinados el 31 de enero en Villas de Salvárcar, Ciudad Juárez, por un grupo de sicarios. En total fueron 16 los masacrados.
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En 1773 la ciudad de Boston, capital de la entonces colonia británica de Massachussets, vivió un motín ciudadano que marcaría el desarrollo de la revolución americana y que fue conocido como el Boston Tea Party. En 2010 Boston ha vuelto a ser el epicentro visible de una insurrección civil que está marcando el presente político estadunidense: el pasado mes de enero un movimiento ciudadano conocido como Tea Party fue la palanca fundamental para que un tipo llamado Scott Brown se hiciera con la victoria en las elecciones al Senado en Massachusetts, acabando con más de 50 años de aplastante hegemonía demócrata en ese estado y asestando un duro golpe simbólico en la línea de flotación del futuro inmediato de Barack Obama. El mito insurgente del Boston Tea Party ha vuelto encarnado en un movimiento reaccionario que crece y se extiende por gran parte del país en nuestros días. Un interesante fenómeno que, más allá de su inmediato impacto en las agendas del poder, resulta útil para trazar el mapa de los malestares en Estados Unidos, al tiempo que nos recuerda el vigoroso estado de salud del que goza la estupidez en el país de las barras y las estrellas.
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