El último censo, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística yGeografía, Inegi (donde se maquillan las cifras del desempleo, despidos ycuestiones económicas por órdenes de Eduardo Sojo, foxista de corazón,incondicional del calderonismo y presumiendo de keynesiano para dárselasde enterado del pleno empleo), nos informa que somos más de 112 millonesde mexicanos (con un poco más mujeres que hombres, sin entrar en detallesde las preferencias sexuales, y en cualquier momento seremos 113 millonesconcentrados del centro al Sur de nuestra geopolítica). Y que no menos de50 millones sobreviven en la pobreza. Los demás entran y salen al empleoformal, a la economía informal (en ésta se dice que tenemos unos 12millones). Y entre desempleados y despidos (con los ninis, que ni trabajan niestudian), 15 y 20 millones.
De la población entre 14 y 26 años, los ninis, y los que buscan trabajo,incluyendo a universitarios y recién egresados, unos 6 o 7 millones. Y si lascifras no cuadran es porque el Inegi-Sojo no precisa, ni siquiera con aritméticaelemental de sumas y restas, cómo está integrado el mercado laboral (las cifrasdel Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, son otra mentira, con las queel señor Calderón intenta dorarnos la píldora). Y para colmo, el Díaz Ordazde Lozano Alarcón, de la Secretaría del Trabajo, mete constantemente la patapara acabar de distorsionar las cifras.
Pues bien, para al menos estimular la creación de plazas para la juventud, elsenador Manlio Fabio Beltrones Rivera (no lo pierdan de vista, yéndose conla finta del Copetes que se acaba de matrimoniar) propuso y el Senado aprobóla minuta para una ley que tenga como fines el Fomento al Primer Empleo,para que los empresarios se decidan a la apertura laboral de esos jóvenes (queson no menos de 6 millones), con el atractivo para los patrones de deducir ensu declaración de impuestos el total de las cuotas del impuesto sobre la rentaque deben pagar por los jóvenes contratados. Estos jóvenes se registran en elIMSS y que sea para quienes por primera vez laboran.
Y es que la propuesta Beltrones busca que las empresas ofrezcan plazas aquienes nunca han prestado sus servicios como trabajadores. Indudablementees una medida que ayudaría a resolver el problema del desempleocrónico que entre la juventud es el menos malo de los casos. Lo grave esque, como está sucediendo, ingresen a los varios tipos de delincuencia,vagancia autodestructiva y una pesada carga para sus familias de por sí yaempobrecidas. Que necesitamos leyes como la que atiende esa modalidaddel empleo, es más que una imperiosa necesidad. Al deducir el total de lascuotas que debe pagar el patrón, por contratar el primer ingreso laboral, en sudeclaración de impuestos sobre la renta, sin tener que contar con la aprobaciónde ningún órgano, permite que los empresarios ofrezcan la oportunidadpara aprender y producir a más de 6 millones de jóvenes que no han podidoentrar al mercado laboral, porque el sector empresarial aduce que no tienenexperiencia.
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