5/02/2011

Petras sobre la “muerte” de Bin Laden: “Sólo un idiota puede creer esos cuentos”


El intelectual estadounidense cuestionó la veracidad del asesinato del líder terrorista y antiguo colaborador de la CIA, debido a la falta de pruebas que lo demuestren.

El sociólogo se preguntó el porque los estadounidenses lanzaron tan rápidamente al mar el cuerpo del líder terrorista y porque no ofrecieron prueba alguna. (Archivo)

Prensa Web La Radio del Sur

El sociólogo estadounidense James Petras consideró el presunto asesinato de Osama Bin Laden, líder de la organización terrorista Al Qaeda, por parte de fuerzas de Estados Unidos como un “esfuerzo de relaciones públicas” y cuestionó la veracidad de esta información por la falta de pruebas que la demuestren.

“Nadie, sólo un idiota puede creer estos cuentos”, afirmó el intelectual en una entrevista para La Radio del Sur este lunes, en la que destacó que existen circunstancias muy cuestionables “pues no existe ninguna foto y video de este supuesto gran acontecimiento para decir que es autentica la operación de este tipo”.

Recordó que en la mayoría de estos casos se suelen ofrecer pruebas consistentes en imágenes del cadáver, cosa que no ha sucedido hasta ahora y se carece de toda prueba, salvo la cuestionada fotografía que difundieron medios pakistaníes que muestra a un individuo “mucho más joven que Bin Laden”.

El sociólogo se preguntó el porque los estadounidenses lanzaron tan rápidamente al mar el cuerpo del líder terrorista y porque no ofrecieron prueba alguna.

Cuestionó el argumento presentado por Washington de disponer su “entierro en el mar” en 24 horas por un supuesto respeto a las tradiciones islámicas. “¿Cuándo empezaron a respetar las tradiciones musulmanas?” se preguntó.

Recordó que las tropas estadounidenses han irrespetado la cultura islámica tanto en Afganistán como en Irak, con la destrucción de sus edificios religiosos.

Petras desestimó el impacto de la supuesta muerte en las operaciones de la red terrorista, pues consideró a Al Qaeda como “una colección de organizaciones autónomas y dispersas en todo el mundo”, que poseen sus propias estructuras y liderazgo.

El sociólogo estadounidense resaltó que la red es una “fuerza menor en los lugares más conflictivos”, como el cado de Afganistán, donde está el Talibán, que describió como una organización “muy distinta” por poseer una estructura de masas, cuadros militares y pensamiento propio “que está actuando con mucha eficiencia contra la ocupación en Afganistán”.

Otro tanto sucede en Irak, donde Al Qaida es una organización muy minoritaria, al igual que sucede en otros países árabes en rebelión como Yemen, Bahrein, Siria.

“No hay ningún lugar donde Al Qaida se un factor determinante en las rebeliones contra los países occidentales y sus colaboradores”

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció la noche del domingo la muerte de Osama Bin Laden en una operación ejecutada por fuerzas estadounidenses en Pakistán.

Estados Unidos le acusa de ser el autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre de de 2001 año contra el World Trade Center de Nueva York.

Bin Laden, emparentado con la familia real saudí, fue un aliado de Estados Unidos, apoyado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), durante la guerra que libró el movimiento Talibán en los años 80 del siglo pasado contra la presencia soviética en Afganistán.

RO



Osama Ben Laden ha muerto, según informan las autoridades norteamericanas. Un operativo supersecreto fue ejecutado para liquidarlo. Tras casi diez años de cuestionada persecución, por considerársele autor de los actos terroristas del 11 de septiembre de 2001, el objetivo fue cazado. Su cuerpo dicen que fue lanzado al mar.

Más allá del debate sobre si el terrorista debió ser juzgado o asesinado por sus actos, lo curioso es que la figura de Ben Laden emergió de nuevo en un momento complicado para el imperio. Los cables revelados hoy por Wikileaks señalan que Washington sabía de la probable ubicación del número 1 de su lista de terroristas desde el 2008.

La operación de los navy seals y el anuncio de su muerte se hacía a pocas horas de que la coalición imperial asesinara a un hijo de Muammar al Gaddaffi y tres de sus pequeños nietos, en un crimen brutal e injustificable, violatorio del derecho internacional y de los marcos de la ilegítima resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU.

El objetivo real de la matanza parecía ser el líder libio. La OTAN, frustrada por los escasos avances en el país norteafricano tras más de un mes de bombardeos, ha desatado una cacería para asesinar a Gaddaffi. Primero atacaron una parte de su complejo residencial; después, el lugar donde se reunía con el gobierno; hace unos días bombardearon la televisión libia a poco de transmitir un mensaje del dirigente árabe y la madrugada del domingo, la casa del hijo donde al parecer se encontraba.

Tras liquidar a Ben Laden, y darle un oportuno levantón a la alicaída popularidad de Obama, Washington puede sentirse tentado a probar suerte nuevamente contra otro de sus grandes enemigos. La arrogancia imperial no tiene límites. Cuenta con el aliento de los opositores libios, cuyo portavoz militar, el coronel Ahmed Bani, señaló hoy tras la muerte del buscado saudita: “Estamos contentos y esperamos el próximo paso. Queremos que los estadounidenses hagan lo mismo a Gaddaffi”.

¿Tendremos nuevos asesinatos selectivos?

Por lo pronto, en medio de la euforia que se vive en Estados Unidos se oyen voces cuestionadoras como la del jugador profesional de baloncesto Chris Douglas Roberts, de los Milwaukee Bucks, quien en su cuenta de twitter escribió: ” Celebración? Estará Dios contento porque celebremos una muerte? O es tu religión ‘americano’?. Nos ha costado 919.967 muertes matar a un sólo hombre. Nos ha costado, unos 1.188.263.000.000 dólares matar a ese … hombre. Pero parece que ganamos. Jaaaa”.

Otro jugador de la NBA, Jason Richardson de Orlando Magic, lanzó una incisiva pregunta: “Ahora que se confirma la muerte de Bin Laden y la de Sadam hace unos años, podemos traer las tropas de vuelta a casa?”


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