REPORTAJE
Mata a 7 mujeres al día y no se indagan sus causas
Por Anaiz Zamora Márquez
México, DF, 9 abr 12 (CIMAC).- Silencioso y mortal, el cáncer de ovario mata a siete mexicanas al día, y sin embargo no hay presupuesto para su investigación y adecuada prevención.
No se sabe qué lo provoca y tampoco cómo prevenirlo. El tumor de ovario es la cuarta causa de muerte entre las mexicanas por cánceres ginecológicos después del cáncer de mama, cervicouterino y de endometrio.
De acuerdo con datos de la Clínica de Tumores de Ovario –adscrita al Hospital de la Mujer de la Secretaría de Salud federal–, desde 2006 el cáncer de ovario causa la muerte de 2 mil 500 mujeres al año, es decir alrededor de siete cada día.
La Asociación de Médicos del Hospital de la Mujer estima que cada año hay unos 20 mil casos de este tipo de cáncer.
A pesar de que la cifra mortal se mantiene constante, ninguna autoridad ha destinado los recursos necesarios para investigar qué es lo que origina la enfermedad, denuncia Arturo Zárate Santamaría, médico fundador de la Clínica de Tumores de Ovario.
Este cáncer es un padecimiento que puede presentarse en todas las etapas de vida de la mujer, incluso desde que está en el vientre materno. Hay tres clases de tumores que lo producen y que se forman en las células del ovario, detalla el experto.
RESPUESTA TARDÍA
El pasado 7 de febrero el secretario de Salud federal, Salomón Chertorivski, informó que el Seguro Popular (SP) incluirá en su cobertura a partir del próximo verano la atención y tratamiento del cáncer de ovario, con lo que se espera detener la mortalidad.
Zárate reconoce que la inclusión de la enfermedad en la cobertura de atención del SP, garantiza que más mujeres puedan acceder a un tratamiento que les permita superarla, aunque advierte que es urgente inyectar recursos públicos a la investigación de este mal.
El médico ginecólogo insiste en que, al menos en México, aún se está lejos de conocer sus causas y sus posibles métodos de prevención.
En muchos casos la enfermedad es silenciosa. Se detecta cuando ha provocado un crecimiento exagerado del abdomen que puede generar distensión estomacal. Para este momento el cáncer ya ha avanzado y podría haberse expandido a otros órganos (metástasis).
Zárate, con más de 40 años de experiencia en el tema, explica que en algunas ocasiones el tumor crece sin ser detectado hasta afectar órganos como el colon o el apéndice, por lo que los síntomas pueden confundirse con gastritis, colitis o malestares intestinales.
Según las investigaciones realizadas en el Hospital de la Mujer, los índices de sobrevivencia dependen en todos los casos de la etapa en la que se haya detectado el cáncer. Entre más temprano se realice el diagnóstico más probabilidades de recuperación tiene la paciente, indican.
Sin embargo, las estadísticas de la Clínica de Tumores de Ovario reflejan que alrededor de 70 por ciento de los casos llegan en la etapa 3 de cáncer, cuando ya se ha propagado a otras partes del cuerpo, y de éstos sólo la mitad de mujeres logra sobrevivir.
PELIGRO LATENTE
Arturo Zárate recomienda que toda mujer, aunque no tenga síntomas, debe revisarse los ovarios. Propone un examen ginecológico una vez al año desde la infancia hasta después de la menopausia, ya que “aunque el ovario no tenga la función de crear óvulos jamás pierde la capacidad de generar cáncer”.
No hay métodos de detección sencillos o que se puedan realizar en casa, como en el caso del cáncer de mama, por lo que se debe acudir al médico y realizarse pruebas como el papanicolaou y la colposcopia. También se debe solicitar un ultrasonido pélvico al año.
Aún se desconoce si existe alguna forma de prevenir el padecimiento, pero el especialista señala que ha detectado que las mujeres que tienen hijos corren menos riesgo de desarrollarlo.
“Esto podría deberse a que cuando la mujer se embaraza el ovario cumple con sus funciones y se mantiene ocupado”, abunda, pero aclara que tener hijos tampoco es garantía de no desarrollarlo en alguna etapa de la vida.
Una vez que se ha detectado la presencia de algún tumor en los ovarios, el tratamiento indicado e inmediato es la cirugía –llamada laparotomia protocolizada– en la que se deben extirpar el tumor y sus posibles depósitos.
En etapas avanzadas de la enfermedad es necesario retirar en su totalidad la matriz y los dos ovarios (salpingooforectomía bilateral o histerectomía radical). El procedimiento se realiza como método de prevención para evitar futuras regresiones del cáncer.
Cuando la mujer es joven y no ha tenido hijos, se realiza un protocolo de conservación que consiste en eliminar sólo el ovario afectado y conservar los órganos restantes. En este caso el cáncer debe ser detectado en su etapa temprana y no presentar ningún síntoma de metástasis.
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