Dicen los poderosos integrantes de la organización “Nuestro México del futuro”, que sienten “gran responsabilidad y compromiso” al tener en su poder “millones de visiones positivas sobre México”, por lo que patrocinaron el video titulado “Niños incómodos” que se dio a conocer en los medios electrónicos. En éste se muestra a menores de edad actuando como si fueran adultos que están viviendo los problemas tan dramáticos y violentos que son el pan de cada día en nuestro país en este fin de sexenio panista. Puntualizan que “no es otra cosa más que el reflejo de las temáticas tocadas por los mexicanos mismas que necesitan ser resueltas…”
En un desplegado escrito a la carrera, con una sintaxis que revela una gran confusión mental, se nos explica que hasta el día de ayer lograron reunir más de 10 millones de visiones de mexicanos (¿?), “mexicanos visionarios que se ven habitando un México que ha dejado atrás la inseguridad, la corrupción, la discriminación, la contaminación ambiental, entre otras muchas situaciones que ha enfrentado nuestro país durante décadas y es momento de corregir”.
Si esas “visiones” que tienen son positivas, no se entiende por qué están tan preocupados. ¿No será que en realidad se trata de escenas demostrativas de los graves problemas que vive México desde hace tres décadas, cuyo común denominador es una terrible descomposición del tejido social? Si realmente les preocupara el futuro de las nuevas generaciones de mexicanos, dejarían de apoyar a una clase política que se ha caracterizado por su absoluta falta de interés en enfrentar los problemas estructurales de la nación, pero en contrapartida ha sido en todo momento una leal y obediente servidora de los patrocinadores de “Nuestro México del futuro”.
Informan en el desplegado que pronto saldrá un libro titulado “El decreto de nuestro México del futuro”, el cual será entregado a los cuatro candidatos que contienden por la Presidencia de la República, a quienes se pregunta en el video: “¿Sólo van a ir por la silla o van a cambiar el futuro de nuestro país?” Ni que decir que buena parte de la respuesta la tienen los propios miembros de la organización empresarial patrocinadora del polémico video. Si continúan aferrados a brindar todo tipo de apoyos a un sistema que sólo los beneficie a ellos, obviamente el futuro no habrá de ser diferente. ¿No fueron ellos quienes hace seis años patrocinaron una costosa campaña mediática acusando a Andrés Manuel López Obrador de ser un “peligro para México”?
Lo que ahora está ocurriendo en el país no es más que el resultado de haberse opuesto a que la sociedad nacional diera un paso firme hacia el fortalecimiento de la democracia. El horror que hemos vivido en estos últimos seis años no habría ocurrido, y no tendrían necesidad de andar buscando por todo el territorio nacional “visiones positivas” con las cuales apaciguar su conciencia, de haber respetado la voluntad popular expresada en un voto mayoritario por López Obrador, pues con todo y el fraude Felipe Calderón apenas “ganó” con medio punto de diferencia.
Los integrantes de la mencionada organización saben que el único que puede cambiar el futuro de México es el político tabasqueño, por la sencilla razón de que no tiene compromisos, ni con ellos ni con sectores oligárquicos de carácter trasnacional, que son los que se oponen a que la nación se abra al futuro. De ahí que el mencionado video no sea otra cosa que una demostración de la mala conciencia que los corroe, al saber que lo que ha ocurrido estos seis años es consecuencia de su malhadada decisión de cerrarle el paso a López Obrador.
Si realmente quieren que México tenga futuro, que las nuevas generaciones de mexicanos puedan salvarse, el camino es muy fácil: dejar que el voto sea el que decida en las urnas qué rumbo debe seguir el país. No habrá otra oportunidad para recomponer la estrategia, en caso de que se pretendiera imponer a cualquiera de los abanderados de la derecha. El binomio PRI-PAN está anclado en el pasado y suponer que podría hacer entrar al país en una etapa de cambios estructurales de tipo progresista, es una lamentable utopía. Sus objetivos son absolutamente excluyentes y antidemocráticos, como ha sido probado desde hace tres décadas.
Aquí el asunto de fondo es que la oligarquía se cuestione a sí misma si realmente le preocupa el futuro o sólo es una farsa esa supuesta preocupación. Nadie más que ella misma tiene la respuesta. El rumbo que sigan las campañas nos demostrará qué tan honesta es la actitud de los promotores del video multicitado. Lo deseable es que si tengan una preocupación real por el país, y que permitan que la democracia se abra paso con un triunfo inobjetable en las urnas de quien tiene un verdadero proyecto de cambios estructurales en beneficio de la sociedad. Actuar como lo hicieron hace seis años será fatal para las nuevas generaciones, y más todavía para los niños, quienes en vez de actuar e imitar el comportamiento criminal de los adultos, lo estarían viviendo en la realidad, con un dramatismo inédito.
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