8/14/2012

Jazz: Un segundo código y un tercer festival


Antonio Malacara
 
Con un franco acercamiento a la visceralidad del blues según Chicago, además de un ejercicio flamenco cada vez más evidente en la guitarra, el segundo disco del trío jalapeño El Código Postal, Grasa, bolero (Pentagrama, 2012), fue presentado hace unos días en el Museo de Culturas Populares de esta ciudad de México.
 
Por supuesto, la voz de Messe Merari sigue al frente y, aunque no canta mal las bluseras, es en el bolero (ya mexicano, ya cubano, ya panameño) en el que mejor se entiende con su pasión, con su vocación y con sus cuerdas vocales. Esto de blusear y jazzear los boleros se ha dado tanto y tanto en estas tierras, que podría ya formar parte de los usos y costumbres en la tradición nacional, pero en el caso específico de Messe la experiencia es única, intransferible; pareciera ser la portadora natural del estilo.

Paco Aragón permite que la excelencia de su guitarra acústica sea flanqueada y apoyada intermitentemente por la guitarra eléctrica de Manolo Viterbo, quien empezó sus quehaceres musicales en la leyenda de Orbis Tertius, añeja banda de la Universidad Veracruzana que de buenas a primeras deja de dar señales de vida.

Alain Derbez continúa ascendiendo con un sax soprano que jazzea y ha retomado un acordeón que blusea (recordamos los años de la Miss Oginia, cuando acordeón en mano hacía mancuerna con Jaime López), pero además el maestro inunda con su producción, su poesía y sus conceptos todos y cada uno de los rincones aquí registrados. Como compositor, añade un tema al disco, y como arreglista, nos funde en Gershwin con Dos tiempos de verano para un largo blues inútil y nos sorprende no muy gratamente con Que no quede huella del concierto de Aranjuez, en el que la elegancia de Rodrigo se golpea de frente con el hedor de Lupe Esparza. Ni modo.

En la cuestión técnica, el trabajo de Juan Cristóbal Pérez-Grobet en la consola de grabación y la posproducción es realmente excelente para un disco en vivo (grabado en el Ruta 61) y sin grandes presupuestos.

Festival en Hidalgo

El Consejo Estatal para la Cultura y las Artes del estado de Hidalgo anuncia la tercera edición de su festival jazz, a realizarse del 30 de agosto al 2 de septiembre en la ciudad de Pachuca. Con la dirección de Sergio Aranda y la asesoría de Oliver Hernández y Alejandro Chehín, la oferta académica y musical resulta atractiva. Veamos.

El festival lo abre la Criketh Band, con el bajo eléctrico, la dirección y el jazz fusión de Miguel Ángel González, el famoso Grillo. Este maestro tiene todas las tablas del planeta, ha tocado con todo mundo, destacando las bandas de Cris Lobo, Heberto Castillo, Carlos Tercero y Víctor Patrón.

El siguiente en escena será el baterista tapatío Alex Gómez, quien además de trabajar con muchas de las figuras del pop actual (de Ricardo Montaner a Alejandra Guzmán), tiene su propio proyecto en los terrenos del jazz y acaba de grabar un primer disco con el título de Calle doce. 

El pianista Irving Lara ha crecido y deambulado en el centro de la música afroantillana, con la Sonora Veracruz, el grupo La Justicia y la orquesta que acompañó 10 años a Celia Cruz. En esta ocasión llega con la idea de salsajazzear en el festival.

Louise Phelan es una cantante irlandesa que después de andar por medio mundo decidió quedarse a radicar en la ciudad de México. Ella trae consigo toda una oferta musical en la que lo mismo incluye temas soul y funk, que aborda el swing y el blues tradicionales.

En la tan socorrida vena del funk-rock-jazz, el quinteto Fiusha llegará desde el Distrito Federal para hacer bailar al público hidalguense. Hace cuatro años presentó un primer disco: Funkstar.
Una segunda oferta de salsa jazz (con elementos pop, según declaran los organizadores) en este festival será la del guitarrista, tresista y cantante chilango Fenoy Valdés. Algo realmente interesante de este joven músico (al que nunca he escuchado) es que trae temas de Rafael Mendoza en su repertorio.

Entre lo más atractivo del festival están, sin vuelta de hoja, los conciertos del pianista Abraham Barrera y el flautista Ricardo Benítez, quienes no necesitan mayor presentación, pues son pilares indiscutibles del jazz contemporáneo en este país.

Para mayores informes pueden hablar al teléfono (771) 715 41 86. Salud.

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