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Personal de salud teme demandas de padres de familia
Por Guadalupe Cruz JaimesMéxico, DF, 14 ago 12 (CIMAC).- En el Distrito Federal el personal de salud obstaculiza el acceso a métodos anticonceptivos de las más de 372 mil adolescentes capitalinas, al considerar que por ser menores de edad “requieren del permiso o consentimiento del padre, madre o tutor”.
Alexis Hernández, coordinador del Programa de Jóvenes de Ipas-México, dijo a Cimacnoticias que como “culturalmente” se considera a las y los adolescentes como “incapaces” de tomar decisiones sobre el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, las y los prestadores de servicios se cuestionan si deben o no ofrecer métodos anticonceptivos a esa población.
El especialista indicó que ésta es una barrera que afecta sobre todo a las menores de 18 años, ya que “se le sigue transfiriendo la tutela de sus derechos a las personas adultas”.
Por ejemplo, las clínicas que realizan la interrupción legal del embarazo (ILE) sólo atienden a las adolescentes que acuden acompañadas por su padre, madre o tutor.
Lo mismo ocurre cuando quieren practicarse la prueba de detección del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), pues la normatividad señala que por ser menores de edad necesitan la autorización de una persona adulta a su cargo.
Hernández refirió que lo anterior deriva en que el personal de salud se cuestione si debe o no ofrecer información, métodos y otros servicios de salud sexual y reproductiva a las y los adolescentes, “pues temen que los padres les reclamen o los demanden”.
En el DF hay 2.4 millones de mujeres en edad reproductiva, de las cuales 14.9 por ciento tienen entre 15 y 19 años de edad (372 mil 238).
Según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2009, casi la totalidad de las capitalinas conoce al menos un anticonceptivo, sin embargo 53.2 por ciento no utilizó ningún método durante su primera relación sexual.
Al respecto, un estudio realizado por el Observatorio de Violencia Social, Género y Juventud acerca del embarazo en adolescentes en el DF, señala que 40 por ciento de las menores de edad que han estado embarazadas no usaron ningún anticonceptivo, mientras que 35 por ciento indicó que el método falló.
En esta ciudad el 29.9 por ciento de las mujeres tuvo a su primera hija o hijo antes de utilizar su primer método anticonceptivo, lo cual implica que no tuvieron acceso a los servicios hasta el evento obstétrico, de acuerdo con la Enadid.
El coordinador del Programa de Jóvenes de Ipas-México mencionó que para las adolescentes rurales e indígenas las barreras culturales y económicas, para acceder a métodos anticonceptivos son todavía más difíciles de superar.
Precisó que además de la discriminación por ser menores de edad, culturalmente ellas no pueden proponer el uso del condón o de cualquier otro método porque “es enjuiciada y señalada por su pareja”. Su situación económica representa otra dificultad, pues deben pagar el traslado a los servicios de salud.
Así, aunque hay abasto de métodos anticonceptivos en las clínicas del DF y éstos son gratuitos, persisten barreras culturales, de género y económicas que limitan el acceso de las adolescentes a los insumos que les permitan ejercer su sexualidad sin riesgos de un embarazo no planeado, o de adquirir infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH, concluyó.
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