7/09/2013

Los periodistas pal café. . .



La intervención oficiosa de Enrique Peña Nieto para tratar de frenar los débiles indicios de verdadero conflicto posterior a los comicios reveló el carácter pactado (en lo inmediato) y pactista (a mediano y largo plazos) del reparto del pastel dominical.

No le corresponde al Poder Ejecutivo pretender que no se recorran, incluso al extremo, los caminos legales establecidos para la impugnación de procesos electorales, pero aun así el detentador actual de la silla presidencial se aventuró a establecer, con toda la resonancia mediática que le acompaña, la obviedad legal de que partidos y candidatos deberían ‘‘acatar’’ los ‘‘resultados’’ (aún preliminares, es decir, indicativos pero no definitivos, incluso bajo impugnación por errores originales, como en el PREP de Baja California, y sujetos a eventuales cambios en sus posteriores fases de valoración y consolidación).

Tan pragmática exhortación a aceptar la realidad tal como quedó asentada en precarias actas polémicas significa una convalidación del cochinero (salpicado de sangre en varios lugares, influenciado por cárteles de delincuencia oficial y extraoficial, dominado por el uso del dinero y la fuerza) que se vivió este domingo y que fue denunciado con insistencia por los líderes de los principales partidos presuntamente opositores, PAN y PRD, aunque luego tales arrebatos presuntamente justicieros fueran rediseñándose conforme Los Pinos iba cumpliendo ofertas previas de cesión de plazas tácticamente necesarias para esos líderes urgidos de presentar cuentas aceptables a sus asambleas de accionistas para que les mantengan en el puesto y puedan así seguir cumpliendo con encargos pactistas (como el de la reforma energética, en primer lugar) que son pagados con rebanadas de poder, empleos y otros privilegios, en un círculo vicioso de tripartidismo amafiado que pretende sostenerse a lo largo de un sexenio que todos los involucrados en ese Pacto contra México esperan les sea muy redituable.

La irrupción de EPN en un foro electoral resbaladizo pareciera tener dedicatoria a las apariencias de reticencia interna que el grupo de Manlio Fabio Beltrones Rivera ha esbozado en relación con el refrendo de la licencia para que el panismo siga ejerciendo el poder en Baja California (expedida por Carlos Salinas de Gortari en 1989, como parte de la ‘‘legitimación de facto’’ que el PAN dio al priísta, y ahora ratificada a cambio de que el mismo partido de blanco y azul legitime los planes de Peña Nieto a nombre del Pacto por México).

A pesar de que en 2010 el PRI había obtenido ‘‘carro completo’’ en las elecciones de presidentes municipales y diputados locales, debido a las pésimas administraciones realizadas por los panistas, ahora (como en 1989, con la candidata priísta a gobernadora, Margarita Ortega) todo se conjugó desde el poder central para que no tuviera continuidad esa racha triunfal. Hoy, conforme a los rebatidos números preliminares, el beltronismo habría sido engañado y derrotado, el hankismo local habría sido salvado de una derrota negociada y premiado con la preservación de su dominio en Tijuana, la facción de Gustavo Madero habría sido pertrechada con este triunfo vital para sostenerse frente al calderonismo desesperado, y el propio Peña Nieto habría conseguido su objetivo central y casi único en este episodio, como es la restitución del tambaleante pacto tantas veces mencionado.

El propio Beltrones emitió el domingo de su infortunio bajacaliforniano dos tuits reveladores: ‘‘No se gana en negociaciones lo que no se gana en las urnas. Los pactos son para acordar lo mejor para el país, no para negociar elecciones’’ y ‘‘Las elecciones son de demócratas. El chantaje no puede ser un instrumento de los partidos políticos’’. No se necesita un curso de adivinación para encontrar al destinatario de esos mensajes. Sólo Peña Nieto podría estar en la hipótesis del chantaje y la negociación a cuenta de su pacto tan útil y querido. Al siguiente día, el propio candidato, Fernando Castro Trenti, se negó a ‘‘acatar los resultados’’, denunció irregularidades en el programa de resultados preliminares y demandó un conteo boleta por boleta (una variante tricolor de las demandas opositoras en 2006), con ábacos como instrumentos confiables en lugar de la computación fallida.

Pero también podría ser, como el propio Madero lo advirtió en alguna entrevista periodística del día, que el asomo peñista en demanda de ‘‘acatar los resultados’’ fueran ‘‘valores entendidos’’ con el priísmo nacional (César Camacho, incapaz de respirar profundo si no se lo ordenan o permiten expresamente desde Los Pinos, convertido en feroz combatiente) y con el propio Castro Trenti y Beltrones, pieza clave éste en el proceso político que vendrá con la propuesta de reforma energética, de tal manera que a EPN muy bien le caería aparentar apoyo al panismo (poco ducho como es Gustavo Madero, ayer mismo exhortó al PRI a hacerle caso a Peña Nieto, como si el ocupante de Los Pinos estuviese actuando expresamente a favor del chihuahuense y sus intereses inmediatos) mientras pasa la tormenta de la reforma energética y dejar para posterior litigio la gubernatura.

El otro punto rojo del mapa generalizado de abusos y manipulaciones está en Veracruz. Mucho debe haberse esforzado el gobernador Javier Duarte de Ochoa para colocarse a la cabeza de los acusados de villanía electoral durante una jornada tan cargada de incidentes violentos y pillería política. A pesar de que en una primera entrega el PRI se declaró amplísimo triunfador, el PAN, con Miguel Ángel Yunes y familia remolcando, impugnará cuanto le sea posible. Así como en BC el PREP está en el centro de las impugnaciones priístas, en Veracruz lo es para los panistas pues, al estilo de los viejos tiempos reinstalados, se cayó ese sistema.

Y, mientras va quedando claro el nuevo panorama político regional derivado de estas elecciones que pretenden sentar bases para un proyecto tripartidista de largo plazo, ¡hasta mañana, con otra vuelta al pasado sombrío, ahora en el INAH, con el retorno de Teresa Franco a la dirección general!

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Con bombo y platillo no hace mucho se difundió que los mexicanos se cuentan entre "los más felices" de las naciones que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que no es otra que la OCDE. En pocas palabras, pues, jodidos pero contentos.

Ahora bien, la temeraria conclusión a la que llega el organismo que encabeza José Angel Gurría (ex secretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda, más un rosario de cargos públicos ocupados a lo largo de su carrera en la burocracia nacional), contrasta con los resultados concretos de su propia investigación (Better Life Index), los cuales, ni de lejos, soportan otra aseveración de la OCDE: "México ha hecho enormes progresos en la última década en términos de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, especialmente en las áreas de educación, salud y empleo".

¿En serio los mexicanos se cuentan entre "los más felices"? De entrada, el citado organismo explica que el índice de bienestar por él elaborado "permite comparar el bienestar en distintos países basándose en 11 temas que la OCDE ha identificado como esenciales para las condiciones de vida materiales y la calidad de vida", y en este contexto México ocupa la posición número 35 de 36 posibles a la hora de considerar todos los indicadores incluidos por la organización. ¿Ello es motivo de felicidad? Desde luego que no; tampoco sustenta aquel dicho relativo a "los enormes progresos en la última década".

Cuando se le clava el diente a los 11 indicadores considerados por la OCDE, en diez de ellos México resulta ostentosamente reprobado, y en torno al que supuestamente sale mejor librado el propio organismo de entrada aclara que se trata de un valor subjetivo, que no es otro que "el que mide la satisfacción ante la vida y la felicidad", renglón en el que nuestro país ocupa el escalón número 10 de 36 posibles, arriba de Nueva Zelanda y debajo de Austria.

Así, ese indicador fue el de mayor difusión a la hora de divulgar los "enormes progresos" de la última década. Y allí quedó la cosa: México pletórico de hombres y mujeres jodidos, pero felices. Sin embargo, más allá de lo que al respecto opinen sicólogos y sociólogos, a la hora de conocer al detalle los resultados "no subjetivos", como diría la OCDE, nadie –en este país o en cualquier otro del planeta– puede ser ni medianamente feliz, a menos de que el masoquismo sea el punto de partida.

La OCDE asegura que "aunque el dinero no puede comprar la felicidad, es un medio importante para lograr estándares de vida más elevados", y en este sentido los mexicanos salieron reprobados: en materia de ingreso se ubican en el escalón 34 de 36 posibles, arriba de los estonios y debajo de los chilenos. Aunque 65 por ciento de los mexicanos ocupados obtiene un ingreso no mayor a tres salarios mínimos (5 mil 300 dólares anuales como máximo), la citada organización saca sus promedios y asegura que aquí "el ingreso familiar disponible neto ajustado es de 12 mil 732 dólares al año, cifra menor que el promedio de la OCDE de 23 mil 47 dólares. Pero la brecha entre los más ricos y los más pobres es considerable; la población situada en el 20 por ciento superior de la escala de ingresos gana 13 veces (más de) lo que percibe la población que ocupa el 20 por ciento inferior". ¿Felices por el lado de los ingresos? No.

El indicador relativo al empleo ubica a México en el escalón número 35 de 36 posibles, sólo arriba de Turquía y debajo de España. “El trabajo –dice la OCDE– aporta obvios beneficios económicos, pero tener empleo también ayuda al ser humano a permanecer conectado con la sociedad, fortalecer su autoestima y desarrollar capacidades y competencias. Las sociedades con altos niveles de empleo son también más ricas, más sanas y más estables políticamente”. Pues bien, 30 millones de mexicanos en la informalidad y 2.5 millones adicionales en la desocupación abierta no son sinónimo de felicidad.

La palma se la lleva México en el indicador sobre educación: ocupa el escalón 36 de 36 posibles. Infelicidad total, sería la respuesta obvia, sobre todo cuando la propia OCDE apunta que "tener una buena educación mejora en gran medida la probabilidad de encontrar empleo y de ganar suficiente dinero. En general las personas con un alto nivel educativo resultan menos afectadas por las tendencias del desempleo, dado que sus logros educativos hacen su perfil profesional más atractivo", pero no en este país, en el que siete de cada 10 desocupados cuentan con educación media y superior. ¿Felices por este resultado?

Un indicador más en el que México de plano no da una: en materia de seguridad ocupa la última posición entre las naciones de la OCDE (lugar 36 de 36 posibles), organismo que subraya el hecho de que "la seguridad individual es un factor determinante para el bienestar de las personas"… el mayor impacto que el delito tiene en el bienestar de las personas es la sensación de vulnerabilidad que les infunde”, y ser vulnerable no precisamente genera felicidad.

Los mexicanos tampoco pueden ser felices cuando se enteran de que el país ocupa el escalón 33 de 36 posibles en materia de salud. "Una buena salud aporta muchos beneficios, entre ellos mayor acceso a la educación y al mercado laboral, aumento de la productividad y el patrimonio, disminución en los costos de atención a la salud, buenas relaciones sociales y, por supuesto, una vida más larga". En todos los sectores referidos México sale reprobado, de tal suerte que no habría motivos de felicidad.

Tampoco en medio ambiente (que lo digan los chilangos), pues el país ocupa el escalón 31 de 36 posibles, sólo arriba de Israel y debajo de Polonia. "La calidad del medio ambiente en que vivimos tiene un efecto directo en nuestra salud y bienestar (en lo que México también sale reprobado). Un medio ambiente limpio es fuente de satisfacción, mejora el bienestar mental, permite a las personas recuperarse del estrés de la vida cotidiana y llevar a cabo actividades física".

Algo similar ocurre con los indicadores de vivienda (escalón 27 de 36 posibles), "comunidad" (35 de 36), y "equilibrio laboral-personal" (35 de 36). Entonces, conocidos todos los resultados de la valoración, ahora sabemos por qué los mexicanos son tan "felices".

Las rebanadas del pastel

Nada nuevo bajo el sol: arrasó el abstencionismo en las elecciones dominicales celebradas en 14 estados de la República. ¿Otro indicador de felicidad?

Twitter: @cafevega
cfvmexico_sa@hotmail.com




”Los ganadores de las elecciones”
Con las notas que pudimos leer en La Jornada acerca de las 14 elecciones realizadas el domingo en nuestro país, se puede crear un nada honroso catálogo de trampas electorales, del que todo el mundo se ha enterado, y en dicho ejercicio democrático ganaron quienes mejores recursos ilegales practicaron. Los partidos políticos representan una de las más grandes vergüenzas nacionales.

Aquel viejo gordo y bonachón de la aldea de Sotto il Monte, que parecía haber dejado su morral y su cayado de pastor de cabras en la Sala de las Lágrimas antes de internarse por los infinitos corredores del Palacio Apostólico Vaticano, ya con las vestimentas blancas que los sastres se apuraron en descoser porque no había manera que le quedaran, fue uno de los íconos de la década de los sesenta, y seguro se hubiera sentido a gusto entre la densa humareda del concierto de Woodstock con su cigarrillo en la boca, porque entre sus placeres estaba el de fumar y, claro, el de comer.

Goldman Sachs, que fue uno de los bancos de inversión y valores más grandes del mundo, argumentó en su momento que el potencial económico de Brasil, Rusia, India y China era tal, que era muy probable que se convirtieran en las cuatro economías dominantes del mundo: fue una tesis propuesta por Jim O’Neill, economista del banco, en un ensayo titulado Building better global economic BRICs (2001). El terminajo fue adoptado por académicos y analistas, pues parecía resumir unos rasgos comunes: es un grupo de países muy poblados con economías ascendentes, clase media en expansión acelerada, crecimiento superior a la media global mundial, y una notable resistencia a la crisis financiera que se había dado inicio a fines de 2007.

La maestra María Magdalena Herrera Carrillo da clases de segundo de secundaria a 12 alumnos. Su escuela es la telesecundaria Felipe Ángeles, que se encuentra en la comunidad de Las Catarinas, en el municipio de Fresnillo, Zacatecas. Sus estudiantes tienen entre 13 y 15 años. Son hijos de jornaleros agrícolas, y ellos lo son también.

El 9 de julio se cumplieron 20 años de la aprehensión de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Cómo ha evolucionado esa subcultura de la que él es un símbolo, el narcotráfico. Lo titulamos así convencionalmente porque de siempre así se le llamó. Por años fue sólo eso. A la producción nacional de opio y mariguana se les llamaba genéricamente gomeros y amapoleros. Estas eran actividades ilegales pero socialmente poco menos que legítimas en las zonas de producción.

¿Cuáles son las razones por las que las mujeres donan sus óvulos? El empleo de las tecnologías de reproducción asistida se ha extendido en el mundo entero, en especial en las naciones ricas, y se estima que al menos 5 millones de bebés han nacido hasta ahora mediante la fertilización in vitro (FIV). La donación de óvulos es en ocasiones la única opción para enfrentar algunos casos de infertilidad femenina. Los embriones obtenidos a partir de esta modalidad y a través de la FIV son luego transferidos al útero de las mujeres que acuden a las clínicas especializadas en este tipo de técnicas, lo que se traduce cada vez más en embarazos exitosos.

Actualmente varios autores e investigadores examinan a fondo los aspectos de la interdisciplina en las artes. Los escritos son con frecuencia interdisciplinarios y a nadie extraña, por ejemplo, que se utilicen términos comunes usados, pongamos por caso, tanto en la pintura, en el dibujo o en el grabado, como en la música: tono, timbre, arpegios, compases, ritmos, etcétera. O bien, términos literarios.



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