7/11/2013

ACAPULCO CONTRASTANTE .


SATIRICOSAS 

 Manú Dornbierer –


A los funcionarios  que miden cada fin de semana la ocupación hotelera en el puerto la época de huracanes puede hacerles la vida infernal . Los visitantes que hace años no venían por la violencia y la pésima imagen del puerto y por fin se animan a venir y les toca aguacero de dos o tres días , hasta quieren demandar a Acapulco por no cumplirles : ¿No que 365 días de sol garantizado? Bueno, les contesta alguien “bien que mal siempre sale un ratito”. Le doy la razón a los quejosos : La publicidad debería decir “362 días de sol garantizado”.

Pero aquellos a los que una vez pasado el huracán nos toca el sol de nuevo, el mar otra vez tranquilo y tibio como en ninguna otra playa del mundo que yo conozca , los que nos percatamos que en dos o tres días de lluvia la vegetación reverdece y brilla, esos, quedamos otra vez deslumbrados . Y bueno, los cielos con nubes de todos colores, tampoco son para desdeñarse. Ni las lunas enormes .Una vez tras otra Acapulco prueba que puede seducir al más rejego.

LO MALO SON LOS HUMANOS.

La  Naturaleza  no  nos  falla  aquí.  Sería  injusto  quejarse.  Los   humanos  son  otra  cosa.  Hace muchos años salió una caricatura del conocido Abel Quezada que aún se recuerda . Dios estaba haciendo al mundo y poniendo en lo que sería algún día México las cosas más bellas, 10 mil kilómetros de litorales tropicales, minas, bellísimas montañas retacadas de oro, plata, piedras preciosas, lagos divinos, variedades de maíz , frutas y verduras en tierras fértiles, un clima delicioso en la mayor parte del territorio . En fin … Y su ayudante le dice : Dios, ¿No le estás dando demasiado a un solo país? Espérate , le contesta Dios , ya verás , faltan los habitantes. Abel dibujó en su caricatura alusiva  la mano de Dios sosteniendo con la punta de los dedos a un charrito. La historieta es insultante y no creo que los mexicanos seamos ningún horror, pero de que los hay , los hay.

En Acapulco serían los constructores unos de esos siniestros charritos . Y los construtores ricos . En Acapulco en las montañas siempre hubo muchos manantiales maravillosos . Eran decenas de “ojos de agua” semiescondidos entre la maleza y las soberbias rocas. Esa  era el agua que alimentaba al puerto. Y los niños sabían donde estaban y se refrescaban en ellos. Y los visitantes que veníamos no fuera más que de la ciudad de México cuyos enormes lagos habían sido secados siglos antes y cuyos ríos se mandaban todos por un tubo, nos encantábamos con las “cuevitas” en las que brotaba agua natural, cristalina , exquisita .

Lo malo fue que los manantiales desaparecieron bajo edificios de lujo, hoteles , o restaurantes. Hay uno de unos queridos amigos , por cierto, que se engulló tres. Y no quiero decir cómo . Me enojé muchísimo y no soy capaz de frecuentar ese lugar aunque es muy bonito . Hay que llevar el amor de la naturaleza en el corazón . Y los buenos pa´nada legisladores debieron proteger ese collar de diamantes que eran los ojos de agua de Acapulco. Debieron conservarse para el público, para el uso y deleite de todos , y protegerse.   Ahora  son  las  pipas  las  que  llevan  el  agua  a las  montañas.

 Esto viene a colación por una historia actual más triste e indignante. La escacez de agua que padecen en Acapulco las colonias pobres es inaceptable. La gente no tiene agua, así de simple. Y las pipas que manda el Ayuntamiento no alcanzan . ¿Qué han hecho los gobernantes del puerto con ese tal CAPAMA?

Conozco una familia que vive en la colonia de La Laja y que sufrió de la penuria de agua . Es un joven matrimonio con dos bebés. No les alcanza nada para comprar pañales. No compren pañales industriales, les dije. Mis hijos crecieron con pañales de manta de cielo y franela que se lavaban y ya . Pero nosotros no tenemos agua, contestaron  y no podemos ir al pozo , en las alturas de La Laja a lavar porque se apoderó de él La Maña y cobran ellos por el agua y nadie se atreve a ir por las amenazas ¿Qué amenazas? Entran a las casas y exigen “piso” también.

Una vez , cuando el almirante Sergio Lara era aún comandante de la Base Naval de Icacos , durante el siniestro calderonismo  le pregunté que por qué los marinos no hacían más para proteger a la gente y me contestó: La gente se aguanta y no denuncia . Hoy Sergio Lara, retirado de la Marina, está a cargo de la seguridad de Guerrero y lo antes escrito es una denuncia. Ojalá haga la investigación pertinente y mande a las colonias de las orillas una vigilancia seria ,constante y decidida a rescatar los manantiales de manos infames .

LA  UAG   Y  LA  MEDICINA.

Otra.  Escuché   por  radio  que  la  Universidad   Autónoma  de  Guerrero   va  a  abrir  más   inscripciones   a  los  estudiantes   que  quieran   ser  médicos.  Es  una  buena   noticia porque  la  universidad  parecía  estar  cerrada  para  los  guerrerenses   que  querían  estudiar  medicina .   A  personas  sin  recursos  le  pedía  la  UAG  100  mil  pesos  por  delante   para  aceptar  a  estudiantes  brillantes .  Se  tuvieron  que  ir  a  estudiar  medicina  a otros  estados.

“Guerrero cumple”, es  el  slogan que  inventó Zeferino  .  Pero  ¿El  cumplió?  ¿Manuel  cumplió?  Y  a  los  nuevos  gobernantes  no  les  dejaron  con  qué cumplir.
Pero  no  sólo  son  los  altos  funcionarios  los  que  deben cumplir.  Todos  debemos cumplir  si  queremos  que  Acapulco  siga  no  sólo  de  pie  sino  caminando  hacia  el  futuro .

http://satiricosas.es.tl   @manouscrita



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