Escrito por Monitoreo Informativo
Jesusa Cervantes
@jesusaproceso
@jesusaproceso
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Un
comunicado de la línea “que va para arriba”, Aeroméxico, previendo un
bloqueo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México durante
cuatro días y un crecimiento inesperado en la inflación, han sido los
hechos que han obligado a actuar al gobierno federal; todo en atención
a la economía, nunca preocupado por las consecuencias sociales.
En el
primer caso me refiero por supuesto a la estrategia que siguió la
Coordinadora Nacional de la Educación (CNTE), la cual supo acorralar al
gobierno federal en donde más le duele: su economía, luego de que se
vio traicionada por los operadores políticos de Enrique Peña Nieto de
mentalidad toluqueña, engaño y represión.
La CNTE logró lo que muchos movimientos
sociales no habían podido en años: poner de cabeza a los tres poderes
de la Unión, pero para Peña Nieto y sus alfiles la paciencia tenía su
límite. Se podía llevar al Legislativo a sesionar en una sede alterna
por su indigna actuación y como consecuencia de legislar de manera
unilateral, sin escuchar a los principales afectados.
Se podía también acorralar a parte del
Poder Judicial, incluso a la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN) al bloquear sus entradas y salidas, pero lo que el desgobierno
de Peña Nieto no podía tolerar era que se afectara la parte económica,
a uno de los brazos ejecutores del Poder Ejecutivo: la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público.
Pisoteado el Congreso de la Unión, Peña
Nieto podía seguirse lavando las manos, pues los señalamientos sobre
falta de operación política terminarían contra Manlio Fabio Beltrones
Rivera, a quien hasta la oposición reconoce como el que maneja
verdaderamente el Congreso. O bien, podía endosársele la factura a
Emilio Gamboa Patrón, líder de los priistas en el Senado de la
República.
Peña Nieto, a través de uno de sus
principales operadores, Luis Miranda Nava, de tradición política
traicionera, barata y represiva, aventó al Congreso de la Unión la
imposición que desde el Pacto por México hacen a PRD y PAN, quienes
dicho sea de paso asumen con gusto.
Desde ahí, Miranda Nava -recordado por
ser el encargado de la operación jurídica contra los comuneros de
Atenco y que terminó en represión-, engañó a los maestros a quienes
desde su limitada y pueblerina óptica desdeñó. Creyó que financiándoles
foros educativos y manteniéndolos ocupados en nueve estados, podía
imponérseles.
Miranda Nava y el propio Miguel Ángel
Osorio Chong, encargado de la política interna del país, menospreciaron
al movimiento, ignoraron la historia, olvidaron que los grandes
movimientos guerrilleros en México se han hecho justamente con maestros
de lugares apartados, gente pensante que nada tiene que perder ante una
lucha, pues casi todo lo tienen lejos de ellos menos la dignidad; el
desdén de ambos políticos los llevó a enviar iniciativas elaboradas
desde las oficinas de César Becker y Emilio Chuayffet Chemor sin el
consenso de los maestros.
Las iniciativas fueron enviadas al
Congreso de la Unión con una sola consigna: imponerlas a como diera
lugar, al cabo que para ellos los maestros se conformarían con hacer
sus foros.
La traición, como a cualquiera que
tiene dignidad, enardeció a los maestros más combativos del país y los
que trabajan en las peores condiciones físicas y climáticas. Los llevó
a bloquear los poderes Legislativo y Judicial, pero eso no preocupó a
Peña Nieto, Miranda Nava y Osorio Chong; el plan seguía adelante,
incluso todavía se tenía programado un tercer periodo extraordinario
para imponer la ley esta semana.
Sin embargo, la estrategia de la CNTE de bloquear, que no tomar el aeropuerto, sí que molestó a los golden boys,
a los políticos que arribaron al poder de la mano de los poderosos
económicos; bastó que Aeroméxico anunciara su preocupación por que el
bloqueo se mantuviera por cuatro días y que la vocería de la terminal
aérea considerara cancelar operaciones pasada la media noche del
viernes para que Osorio Chong aceptara incluir a los maestros en la
discusión de las leyes, incluso que diera su promesa de no encarcelar a
líder alguno.
Cuando se puso en peligro y aumentó el
impacto negativo en la economía del país fue cuando el gobierno decidió
escuchar a los maestros, antes no, antes los engañó y creyó que los
manejaría con unos cuantos pesos por la realización de foros. Las
cantidades millonarias que implica cerrar el aeropuerto más importante
del país y por donde no sólo circulan personajes sino mercancías y con
ello grandes flujos de dinero, fue lo que obligó al gobierno a por lo
menos prometer atención a las demandas del magisterio.
La afectación a la economía fue lo que
hizo reaccionar al gobierno peñanietista y sus pésimos operadores
políticos al grado de “ordenar” a senadores y diputados a recibirlos
este lunes, cuando antes los obligó a imponer sus mayorías y aprobar
leyes educativas sin consulta alguna.
El otro caso, el de la inflación ya se
ha comentado en este espacio. Se trata de su incremento inesperado
debido a la presencia del crimen organizado, también en las zonas de
donde son los maestros, Michoacán y Guerrero.
La presión que los diversos grupos
delictivos han ido ejerciendo sobre productores de limón, tomate,
aguacate y otros productos, así como el cobro de piso por hectárea
sembrada y el pago obligado para dejarlos pasar por las carreteras con
sus productos y que tienen como destino último la Central de Abastos de
la Ciudad de México, provocó un aumento en los precios y por
consiguiente que se elevara la inflación durante el primer trimestre
del año e inicios del segundo.
De ahí que el gobierno enviara tropas
en el mes de mayo a Michoacán para liberar las carreteras. Eso después
de una reunión urgente del secretario de Hacienda, Luis Videgaray y el
director del Banco de México, Agustín Carstens, quien detalló las
consecuencias que estaba teniendo el actuar del crimen organizado en la
economía.
Fue la elevada inflación y no la
preocupación por las cientos de familias que están sitiadas por el
crimen organizado lo que llevó al gobierno a actuar en el caso de
Michoacán, aunque dicho sea de paso sólo ha resuelto la parte de
liberación de carreteras, por lo demás la inseguridad y violencia
contra las comunidades sigue.
Así, ha sido el elemento de la economía
lo que obliga a actuar al gobierno, nunca su afán por llegar a acuerdos
por el bien de la población, de los maestros, del país, sólo por el
bien de mantener la seguridad a los dueños del poder económico, para
que sigan haciendo negocios, el dinero fluya y la economía se mantenga
estable como lo piden grandes organismos internacionales. De la
población, de ésa, a nadie del gobierno le interesa, por lo menos no a
Miranda Nava y Osorio Chong, los alfiles y operadores de Peña Nieto.
Lo que aún no han entendido en el
gobierno es que esta lucha apenas inicia, es el primer capítulo de un
engaño y promesas incumplidas de Enrique Peña Nieto. Si la política
toluqueña se impone el gobierno no cumplirá sus acuerdos con el
magisterio de la CNTE y al parecer, según el dicho de Osorio Chong, la
reforma va porque va, con o sin CNTE porque dicen, la tolerancia tiene
un límite, y César Camacho Quiroz, otro mexiquense y hoy presidente
nacional del PRI ya lo dijo, si es necesaria la fuerza pública para
meter en cintura a los maestros, se debe hacer.
Esperemos que la vena represiva no se
imponga sobre la verdadera política… el primer informe de Peña Nieto se
acerca y no querrá entregarlo fuera de San Lázaro…
Comentarios mjcervantes@proceso.com.mx
Twt jesusaproceso
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