5/22/2017

La gran manipulación


Por Imelda García

La verdadera contienda electoral hoy se libra en las redes sociales. Si antes se recurría a bots para difundir una campaña negativa, ahora se manipula a ciudadanos para promover a un candidato y/o denostar a un contrincante político

Los perfiles falsos se usaron en la pasada elección presidencial, pero cuando se descubrió el truco, los bots quedaron descartados como estrategia efectiva

“¿Cómo se ha logrado? Estas cuentas han sido creadas, nutridas y manejadas de manera orgánica, es decir, no se utilizan softwares especiales ni algoritmos que intenten burlas a Facebook o Twitter”
Pedro Montellano Inteligencia Politika

Hay un tipo de ‘influencers’ que son utilizados para trabajos de guerra sucia. Se trata de perfiles similares a los de cuentas reales de gente famosa

Existen empresas que no operan en la clandestinidad, sino que realizan campañas para posicionar temas en redes sociales y en medios de comunicación, pero no siempre alcanzan su objetivo

El consejero del INE, Benito Nacif, dijo que se debe ser cuidadosos con la tentación de regular el uso de internet y se deben observar los mecanismos de autorregulación

Será en el 2018, para la sucesión presidencial, donde los partidos echarán mano de todos los recursos a su alcance

El ‘Rusiagate’ se ha convertido en el más polémico affaire político desde el famoso caso Watergate y ha ocupado, desde entonces a la fecha, las primeras planas de los principales diarios
La adversidad entre norteamericanos y rusos que antes inspiró películas de acción y espionaje se convierte ahora en hermandad cibernética

 
La era de los bots está quedando atrás. Lo de hoy es hackear las redes con “humanos”. Darle realismo a un espiral de actos falsos. Subirse a la ola de lo inmediato para manipular la realidad.
La infiltración de lo que se comenta y se viraliza en redes proviene muchas veces de grupos de personas que, en su mayoría por diversión, impulsan temas que en pocos minutos se convierten en tendencias a nivel nacional. Sucedió en la elección de Estados Unidos y se replica ahora en las elecciones mexicanas.
Estos “teams” han encontrado su nicho de acción en Twitter, la red social que en 140 caracteres permite viralizar todo tipo de mensajes, desde bromas sin sentido hasta provocar una psicosis social –como ocurrió en enero pasado, con los saqueos.
Un grupo de personas, que normalmente se conocen solo a través de internet y que están en varias partes del país, se comunican mediante grupos de Whatsapp y se ponen de acuerdo para impulsar hashtags en ciertos momentos del día.
Ante la cantidad de mensajes, la etiqueta rápidamente se posiciona como trending topic y, de pronto, ya otras cientos o miles de personas están tuiteando sobre ese tema.
Así surgen hashtags provocadores, divertidos, que suelen encontrarse en internet en horas de tráfico intenso: #EstásPobrePorqueQuieres; #MamáMiRegaloSera; #EsLeyQueBorracho; y cientos más.
De esto ya se dieron cuenta los políticos mexicanos, que ahora quieren infiltrar esos grupos ciudadanos para impulsar a sus candidatos o para hacer la guerra sucia a sus adversarios.
Lo que busca la clase política es la legitimidad que darían los mensajes posicionados por “personas reales”, no por perfiles de Twitter recién creados o por robots informáticos.
“La gente ya sabe identificar un mensaje que viene de una red de un partido político. Por ejemplo, si hay un hashtag de apoyo al PRI, y al entrar al timeline de quienes están tuiteando sobre eso te das cuenta que son priistas o siempre están con el PRI, en automático lo descartas. Pierde legitimidad.
“En cambio, si al ver el historial de estas personas te das cuenta que son ‘reales’, que tuitean de otras cosas y unas veces critican y otras no, que comparten información o sus opiniones, en automático le das credibilidad, piensas que es auténtico, y entonces el hashtag tiene efecto, más gente ‘normal’ se va a sumar o va a pensar que es legítimo. Eso es lo que buscan ahorita los políticos; ese es el laboratorio del 2017 viendo al 2018”, explicó Rodrigo Díaz, experto en tecnología y redes sociales.
Pedro Montellano, de Inteligencia Politika, no da por muertos a los bots, y señala que la experiencia de los últimos años ha hecho que se borren las huellas de su presencia para darles un perfil más humano. Ponerles rostro y personalidad.
“Han borrado un poco más la línea que divide a humano y máquina”, explica.
Todo esto ocurre ante la falta de regulación para el uso de las redes sociales, sobre todo en cuanto a su uso en la propagación del miedo o para las campañas negras en las elecciones.
Es la guerra en la tierra de nadie.
Bots en vilo
El uso de los bots –perfiles falsos creados con programas informáticos- tuvo su boom en México en la pasada elección presidencial, en 2012.
Los candidatos utilizaron ejércitos de bots para posicionar temas de apoyo a su candidatura en Twitter y para simular popularidad con cientos de miles de seguidores artificiales.
Una vez que se descubrió la forma tan burda en que se operaba su emisión y la intención que tenían, los mensajes dejaron de ser efectivos entre el público al que iban dirigidos: usuarios de redes sociales, principalmente jóvenes.
Esto provocó que los bots quedaran descartados como estrategia de campaña, a riesgo de que si se utilizaban, surgieran críticas por querer engañar a los tuiteros con temas artificiales.
A este rechazo se suma la política de Twitter de eliminar cualquier conversación que sea impulsada por bots. Por ello, ahora los políticos buscan que sean redes verdaderas de tuiteros las que posicionen los temas que les interesan, tanto para ganar legitimidad como para garantizar que el tema tenga “más vida”.
 “Ahora lo que ha sucedido es que los partidos están encontrando la manera de usar grupos de personas y utilizarlos como una especie de ‘bots humanos’. Como el comportamiento es humano, Twitter no los puede rastrear; están haciendo que se generen tendencias en contra de candidatos, en contra de sucesos, cada vez sucesos más grandes. Pero se está haciendo de forma viral, no hay manera de detenerlo”, expuso Rodrigo Díaz.
‘Robots’ humanos
Los grupos desde donde impulsan campañas sucias y tendencias contra políticos son conocidos como “teams” y son una especie de hermandad virtual. En ellos se concentran grupos de 10, 15 ó 50 personas y tienen un nombre: #ExiliadosTeam; #SpaceTeam; #ZombiesTeam; #DesobedientesTeam; #NovatosTeamVIP; y un largo etcétera. Cada uno de ellos tiene un líder y se manejan en una escala de mando totalmente vertical. Es ese líder quien decide qué hashtag se impulsará.
Todo esto ocurre oculto al público, en chats de mensajes privados donde fluye la comunicación entre los miembros de los equipos.
Ya desde hace algunos años, impulsan hashtags divertidos o entretenidos que muchas veces banalizan temas –como la etiqueta #OrgulloMexicano que se creó cuando Donald Trump ganó las elecciones en Estados Unidos, y a través de él se viralizaron memes que hacían burla a lo mexicano-; o sirven como marco para la propagación de mensajes de odio, racismo, homofobia, misoginia y otras conductas antisociales –como los hashtags #QuemaYMataUnGato; #EsDeIndigenasPrietos; #EsDeGordos, por mencionar algunos.

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