Pedro Echeverría V.
1. Llevamos casi 120 años recordando aquel primero de mayo de 1889.Aquellos obreros masacrados por los explotadores y sanguinarioscapitalistas. Imposible dejarlos de recordar porque esos ejemplosenraízan más nuestros sentimientos a favor de los explotados. Perotambién recordamos a los obreros mexicanos masacrados en las huelgasmagonistas de Cananea y Río Blanco en 1906 por las fuerzas militarescombinadas de yanquis y mexicanos porfiristas. Recordar es vivir, perotambién debe obligarnos a pensar en que el Primero de Mayo es un díade combate, de protesta, de reflexión sobre el papel que debemoscumplir como explotados y oprimidos para sepultar este sistemacapitalista que, por lo menos los últimos tres siglos, ha mantenido ala inmensa mayoría de la población en la pobreza y la miseria. Ya nobasta con celebrar ese día, ahora es necesario transformarlo en un díamás de combate contra el sistema de opresión, reivindicando losderechos obreros y a los oprimidos del mundo.
2. El Primero de Mayo es el día mundial del trabajo contra el capital,el día de lucha y combate de los trabajadores contra el sistema deexplotación capitalista. Es el día que debe servir para manifestar conmayor claridad y vehemencia la lucha de clases que, obviamente, nopuede desaparecer mientras haya clases sociales. ¿O alguien piensa queya no existen explotadores y explotados? Toda la izquierda del mundose agrupa con los obreros para conmemorar ese día contra la derechaempresarial y gubernamental que tanto lo odia. En México losanarquistas magonistas lo conmemoraron combativamente hasta que losgobiernos del PRI lo incautaron aboliéndole su lado anticapitalista.En los últimos 25 años, a pesar de que los gobiernos del PRI y el PANhan tratado de desaparecer el recuerdo de ese día, los poquísimos sectores obreros que salen a la calle junto a estudiantes, sectoresizquierdistas y anarquistas, lo recuerdan combativamente.
3. Hasta los años sesenta, las corrientes marxistas (leninistas,trotskistas, espartacos, maoístas, guevaristas, todas ellas seguidoresde Marx y Lenin) pensaban que la clase obrera indudablemente sería lavanguardia de la revolución proletaria que pondría las bases paraconstruir el socialismo. Los campesinos y las demás clases o sectoresoprimidos, sólo jugarían el papel de apoyo a la clase obrera. Serepetía (o repetíamos) que la contradicción principal "antagónica",natural, irreconciliable en el sistema capitalista, era entre elproletariado y la burguesía, no entre pobres y ricos, campesinos yterratenientes o entre corruptos y honrados, que eran contradiccionessecundarias. Se pensaba, de manera general, que la clase obrera, aldestruir a la burguesía como clase explotadora se destruía así mismacomo clase explotada y esto llevaría a la desaparición del trabajoasalariado y la plusvalía. Nada de eso sucedió, pero sigue presente laidea.
4. La realidad es que el papel de vanguardia, así como de enterradorade la burguesía explotadora, siempre se le dio a la clase obrera de lagran industria. Marx había partido de estudios profundos de laeconomía, la política, la historia en el siglo XIX y resaltaba ante suvista ese enorme papel que jugarían los obreros (principal fuerzaproductiva, creadora de la riqueza en el capitalismo de su tiempo ylas siguientes décadas) y veía que los campesinos, aunque eran elsector más grande en número, no era el sector moderno del capitalismocomo tampoco lo eran el artesanado o el miserable marginado. Sólo laclase obrera, que se multiplicaba en todos los países capitalistasmodernos, era la clase revolucionaria, la única que podía acabar conla explotación reinante. No se podía pensar que serían los indígenas, los estudiantes, las mujeres o, como hoy, los del sector terciario,del "proletariado de cuello blanco" o de los servicios.
5. La realidad es que el capitalismo, sin dejar de ser un sistemadividido en clases sociales, así como extremadamente injusto en ladistribución de la riqueza, sufrió gigantescas transformacionestecnológicas desde fines del siglo XIX y durante el XX querecompusieron su estructura de explotación. Las grandes fábricas delXIX se transformaron en poderosas empresas internacionales con unatecnología que también transformó la producción. Los obreros crecieronen número pero no en la misma gran proporción que la maquinaria y laproducción; surgieron nuevos sectores de clase (la burocracia, losobreros de cuello blanco, los técnicos, los universitarios, loscientíficos), en fin, todo un gran sector de servicios que desde losaños sesenta comenzaron a superar a la clase obrera en importanciapara el capital. La misma clase dominante (la burguesía) encontróformas para controlar las organizaciones obreras con el fin deencuadrarlas y dominarlas. La ideología de mediatización jugóimportante papel.
6. Los obreros del Manifiesto Comunista (1847), de El Capital (20 añosdespués), de la Primera Internacional y Comuna de París, son distintosa los de la socialdemocracia reformista de la II Internacional (1889)o de la III Internacional 30 años después. Esta internacional deLenin, que luego se convertiría en la autora de la consigna creadorade casi todos los partidos comunistas del mundo, había surgido siete décadas después que Marx y Engels lanzaran de grito de "¡Proletariosdel mundo, Uníos! o ¡La liberación de los obreros sólo puede ser obrade la clase obrera misma! Si Marx hoy estudiara el sistema deexplotación capitalista que sigue predominando en el mundo a los 160años de su programa comunista, encontraría a la burguesía explotadora mucho más fortalecida, incluso internacionalmente, con un aparatomilitar de guerra que jamás soñó, con una clase obrera integrada engran parte al sistema pero con otra dispuesta siempre a luchar, peroya no pensaría que "sólo la clase obrera", sino en otros sectoresexplotados y oprimidas.
7. Hoy pensar en el proletariado (por aquello de que es la clase conmás prole) es pensar en toda la clase explotada y oprimida por elcapitalismo: obreros, campesinos, indígenas, mujeres, estudiantes,pacifistas, defensores de derechos humanos, teólogos de la liberación,homosexuales, marginados, etcétera.
Sin hacer a un lado la intensadifusión de las ideas de la democracia burguesa y formal (que sereduce a lo electoral) con las que se quieren velar o cubrir todo, nose puede tapar la vigencia del pensamiento marxiano de la lucha declases, del dominio de una clase por otra, de la necesaria revoluciónviolenta o pacífica, según el caso. Pero también la clase opresora nopuede reducirse a la fabril como en los tiempos de Marx.
Las grandesempresas transnacionales, los bancos mundiales, los grandesmonopolios, los poderosos medios de información, la industriaarmamentista. La batalla entre clases se ha hecho mucho más grande yprofunda: los dueños del poder y del capital son mil veces máspoderosos por eso la clase explotada también se ha diversificado y seha extendido.
8. El Primero de Mayo sigue siendo un gran día de lucha. Su objetivoprimario de recordar el combate obrero no ha cambiado. Sin embargo hoyes necesario darle mayor profundidad. No basta con recordarrománticamente a la clase obrera de aquellos días de 1889 o 1906.Ahora hay que unir a todos los sectores explotados como su gran día:es también el día de los campesinos, los estudiantes, las mujeres; esel día de la clase trabajadora, también de los desempleados y los marginados. Es un día más que prepara la revolución social y tambiénla revolución cultural contra la ideología, la tradición, la cultura ylas costumbres burguesas. En México Los electricistas del SME parecenestar en la vanguardia, pero junto a ellos están también otros obrerosmineros, telefonistas, refresqueros, de la industria automotriz, asícomo maestros, indígenas, campesinos y sectores populares.
Pero también está la APPO, la CNTE, los zapatistas y todas aquellasizquierdas dispuestas a continuar luchando contra el capitalismo, elimperialismo y las derechas.
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