6/17/2009

Entrevista con Pascual Serrano sobre su libro Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo


“Sólo desde la autogestión colectiva con apoyo legal y financiero de la colectividad ... del Estado, o desde la propiedad colectiva, .... Estado, se puede lograr un medio participativo y democrático”


Salvador López Arnal Para Kaos en la Red

Periodista especializado en política internacional y análisis de medios de comunicación, alma de Rebelión, asesor editorial de Telesur durante 2006 y 2007, colaborador de numerosas publicaciones españolas y latinoamericanas, Pascual Serrano es autor de Perlas (2006), Perlas 2. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación (2007) y Medios violentos. Palabras e imágenes para el odio y la guerra (El Viejo Topo, Barcelona, 2008). Su último libro publicado en Península, Desinformación.


ha sido el eje de nuestra conversación.

¿Cuál es la tesis fundamental de tu último libro, de Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo?

La idea es intentar demostrar que ese ciudadano que cree estar informado porque todos los días lee el periódico o ve el telediario no está conociendo la realidad del mundo. Lógicamente es una tesis suficientemente irreverente como para necesitar muchos ejemplos y muchas voces acreditadas que los confirmen. Eso es lo que he intentado.Hablas de medios en el subtítulo de tu ensayo.

¿En qué medios estás pensando? ¿Todos ellos tienen la finalidad, reconocida como tal, de ocultar el mundo?

Los medios no siempre tienen la finalidad de ocultar el mundo. Hay que diferenciar entre los casos y situaciones en que existe un plan premeditado para ocultar o tergiversar algunos asuntos, y los funcionamientos estructurales de los medios que impiden que puedan mostrar la realidad. Evidentemente, hay medios y medios. Sin ninguna duda los que estén sometidos a las dinámicas del mercado (gran accionariado procedente de grupos empresariales, componente publicitario importante y alta rentabilidad) no tienen ningún interés en contar la verdad. Sin embargo, proyectos más democráticos y participativos donde la rentabilidad económica no sea su prioridad, y sometidos a algún tipo de control democrático, pueden apostar por la búsqueda de la información rigurosa.

¿Puedes citar algún ejemplo que pertenezca a este segundo grupo de proyectos más democráticos?

Por ejemplo rebelion.org lo pretende ser, pero arrastra las limitaciones de ser un proyecto voluntarista que no dispone de recursos ni de suficiente profesionalidad. No es esa la opción de futuro. Creo que el referente está las políticas de apoyo que están practicando algunos países latinoamericanos a medios comunitarios. Es el caso de Venezuela o Bolivia, donde están surgiendo cientos de medios alternativos que no deben pelear por la legalidad como en Europa sino que reciben apoyo, reconocimiento y recursos del Estado, al tiempo que actúan con absoluta independencia.Por otro lado, yo no dejo de renunciar a que exista un medio público participativo, democrático que no sirva al interés de un gobierno o un partido.

Hablas también de ocultar el mundo, ¿a quién y quienes? ¿A las ciudadanías del mundo? ¿Por parte de qué poderes?

El mundo se nos oculta a los ciudadanos, a la población mundial, a la opinión pública. Los responsables son los dueños del sistema comunicacional, dueños directos y dueños indirectos en la medida en que manejan los hilos del sistema económico y financiero al que esos medios deben su existencia.Por lo demás, ¿se trata de ocultar el mundo o más bien de generar y divulgar un mundo muy distinto que el mundo real?El objetivo varía según la región o el asunto que se trate. Es diferente lo que se desea hacer sobre la información de África que sobre la de Estados Unidos. Unas veces se quiere silenciar lo que allí sucede, en otras promover un modelo, en otras satanizar un líder…

Tu ensayo está dividido en siete grandes capítulos. Déjeme que te pregunte en torno a ellos. Hablas, en primer lugar, del funcionamiento. ¿Puedes describir brevemente cómo funciona el modelo?

De ello trata el primer capítulo a lo largo de cincuenta páginas. Por intentar responder brevemente diré que un elemento fundamental del modelo es el método de selección de las noticias. Junto a ello, la desinformación se agudiza al omitir contextos y antecedentes que permitan comprender los acontecimientos, el uso perverso del lenguaje, los estereotipos y el etnocentrismo del primer mundo para contar los hechos, la manipulación a la hora de elegir los analistas y las fuentes, la hipocresía del falso pluralismo o la frecuente apelación a adscribirse de forma ilegítima la opinión pública. La combinación de todos estos métodos va definiendo un sistema mediático engañoso y manipulador.

De los casos europeos que explicas en el segundo capítulo, ¿qué noticia o conjunto de noticias te parece un ejemplo más claro de ocultación de la información?

Sin duda la construcción de la Unión Europea y en especial su proyecto abortado de Constitución. La caída en picado de la participación electoral de los europeos en las elecciones es una de las consecuencias de la desinformación dominante que ha provocado la apatía y el desinterés ciudadano. Mi preocupación es que quizás prefieran a una ciudadanía apática antes que crítica. Sin duda lo están consiguiendo y los medios tienen una responsabilidad muy alta. Basta recordar que la prensa titulaba a toda plana en junio de 2004 que Europa ya tenía Constitución, algo que cinco años después sigue siendo falso.

Hablas de la prensa, ¿de toda ella? ¿No había también en este ámbito alguna arista díscola?

No se puede ser díscolo, ni independiente si debes ser rentable en la selva del mercado, si necesitas la publicidad para ser viable y si los propietarios son empresas que siempre podrán imponer a los directivos que sirvan a sus intereses y mantener en la precariedad y el arbitrariedad a los periodistas. Sólo desde la autogestión colectiva con apoyo legal y financiero de la colectividad, es decir, del Estado, o desde la propiedad colectiva, de nuevo el Estado, se puede lograr un medio participativo y democrático.


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