Agustín Carstens Carstens ha anunciado el arribo en pleno de desgracias múltiples con la misma soltura y bien nutrido ánimo con que meses atrás hacía declaraciones jactanciosas de presunta solidez y fuerza de la economía mexicana, a la que apenas le harían cosquillas los problemas mundiales, y en especial los del debilucho vecino norteño, frente al cual nuestra situación era privilegiada, con medidas contracíclicas bien chidas y un espíritu gubernamental de alpinista olímpico al que los retos y problemas le encantan, a tal grado que la tabla histórica de equivalencias neumológico-económicas entre Estados Unidos y México sería revertida en esta ocasión pomposa en la que a nosotros apenas nos daría un catarrito, mientras a otros les alcanzaría para pulmonía.
El funcionario ACC, con cuyas dos primeras letras de sus apellidos duplicados se podrían realizar juegos verbales escatológicos que al parecer son etimología política definitoria del actual régimen, ha hecho saber que los ingresos previstos para el año de las conmemoraciones conmocionantes serán los peores en tres décadas y que, frente a ese cuadro doliente no queda más que pensar en el aumento o reforzamiento de impuestos, declarar un déficit público de cuando menos dos años, usar las tijeras en rubros no prioritarios del gasto y realizar esfuerzos recaudatorios desesperados.
Agustín, al igual que su je! Felipe (perdón, la máquina ha comenzado a hacer extraños y no escribió correctamente la referencia de organigrama, tal vez a causa de un venidero terrorismo fiscal que comience por embargar letras y agregar signos sociales de exclamación), ya no tiene cara para seguir jugando a la lotería de la irresponsabilidad en la que uno se asumió como El blindado y otro como El valiente. Sobre todo si se toma en cuenta que cuatro días después de iniciado el desastre calderonista (la nota fue publicada el 6 de diciembre de 2006), el flamante secretario Carstens Carstens dijo, al presentar el Programa Económico 2007: En buena medida, el futuro ya nos alcanzó; el futuro en el cual confiar en los ingresos petroleros sería irresponsable. Tan irresponsable que dos años y medio después, el mismo declarante hacendoso informó a reporteros que el futuro nos alcanzó y es momento de tomar acciones. Todo mientras el dólar pega un respingo indicativo y El valiente se vanagloria en San Luis Potosí de que sus excelsas estrategias impidieron que la crisis arrasara con el empleo nacional.
Aparte de los acuerdos secretos que en Guadalajara se hayan tomado en aras de la integración regional regida por Estados Unidos (sobre todo, en el caso mexicano, la toma del control técnico y logístico de los cuerpos armados, civiles y militares), al antedicho licenciado Calderón no le regaló la administración Obama ni el placer de unos cuantos días de tregua: ayer mismo se anunció que el gobierno gringo se valdrá de un ordenamiento legal sacado de los archivos para que agentes de cualquier dependencia de aquel país puedan solicitar a presuntos migrantes que comprueben la validez de su estadía, lo cual sin duda es la voz de arranque a una campaña de terror policiaco contra los paisanos que hasta ahora se sentían relativamente a salvo si en su entorno no había específicos miembros de patrullas fronterizas o servicios de migración. Con estas nuevas instrucciones, cualquier mexicano sin papeles legales que se presente a hacer un trámite podrá ser interrogado, detenido y deportado por cualquier agente gringo. Janet Napolitano, por su parte, ha anunciado una partida extra, de 30 millones de dólares, para reforzar la seguridad en su colindancia con México. Eso sí: el nuevo embajador, especialista en estados fallidos y sociedades en crisis, Carlos Pascual, le da una palmadita en lo que queda de espalda a su nuevo conejillo de Indias: México, ha dicho con amabilidad fallida, es una de las grandes naciones del mundo (grandota, grandota) y tiene un importante liderazgo para resolver problemas como, ejem, los energéticos (el petróleo, el petróleo).
Las ofrendas al imperio cromáticamente cambiado en la cúpula han ido desde la puntual presentación de un presunto responsable de atentar meses atrás contra un consulado estadunidense en Monterrey hasta la necesidad de tocar con el pétalo de una acometida vacua al gran jefe Chapo. ¡Híjole, por poquito y lo pescan en un ecológico parque industrial que había montado para producir droga sintética y en cuya cima había una casa de lujo, con trajes de marca, tecnología urbana y signos de vida cómoda propia de un gran capo con vocación serrana! Narcoaldea, bautizaron algunos medios españoles a la productiva comunidad del rumbo de Tamazula, Durango, para mejor seña ubicable como Las Trancas, que hace recordar las andanzas protegidas del mítico Rafael Caro Quintero y el rancho El Búfalo, donde nadie sabía nada respecto a las faenas masivas de producción de materia básica de exportación cuyos impuestos no entran a las arcas gubernamentales sino a cuentas bancarias particulares. Por cierto, ¿qué dirá el gobernador de esa entidad, Ismael Hernández Deras, respecto a las cosas que suceden sin que él, ha de suponerse, se entere (y de las que hasta un arzobispo había hablado con claridad)?
Impuestos y crisis galopan sin que la mayoría de los mexicanos atinen a hacer otra cosa que quejarse, en espera de la aparición providencial de algun restaurador mágico o de la próxima entrega de telenovelas o algún partido futbolero de inflamación patria estupefaciente. Calderón sigue gastando el dinero que ya no hay en las caravanas militares por todo el país (como Bush despilfarró el dinero gringo en Irak), en aras de una guerra sabidamente perdida. Y un estudio de la OCDE informa a los mexicanos la manera en que cada uno, diariamente, contribuye al crecimiento milagroso de la fortuna de Carlos Slim: México tiene las tarifas más caras de Internet y telefonía, de tal manera que cada vez que se usan esos servicios de precios inflados se ayuda a sostener a Carlos&Charlie en el retablo Forbes. ¡Hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
El funcionario ACC, con cuyas dos primeras letras de sus apellidos duplicados se podrían realizar juegos verbales escatológicos que al parecer son etimología política definitoria del actual régimen, ha hecho saber que los ingresos previstos para el año de las conmemoraciones conmocionantes serán los peores en tres décadas y que, frente a ese cuadro doliente no queda más que pensar en el aumento o reforzamiento de impuestos, declarar un déficit público de cuando menos dos años, usar las tijeras en rubros no prioritarios del gasto y realizar esfuerzos recaudatorios desesperados.
Agustín, al igual que su je! Felipe (perdón, la máquina ha comenzado a hacer extraños y no escribió correctamente la referencia de organigrama, tal vez a causa de un venidero terrorismo fiscal que comience por embargar letras y agregar signos sociales de exclamación), ya no tiene cara para seguir jugando a la lotería de la irresponsabilidad en la que uno se asumió como El blindado y otro como El valiente. Sobre todo si se toma en cuenta que cuatro días después de iniciado el desastre calderonista (la nota fue publicada el 6 de diciembre de 2006), el flamante secretario Carstens Carstens dijo, al presentar el Programa Económico 2007: En buena medida, el futuro ya nos alcanzó; el futuro en el cual confiar en los ingresos petroleros sería irresponsable. Tan irresponsable que dos años y medio después, el mismo declarante hacendoso informó a reporteros que el futuro nos alcanzó y es momento de tomar acciones. Todo mientras el dólar pega un respingo indicativo y El valiente se vanagloria en San Luis Potosí de que sus excelsas estrategias impidieron que la crisis arrasara con el empleo nacional.
Aparte de los acuerdos secretos que en Guadalajara se hayan tomado en aras de la integración regional regida por Estados Unidos (sobre todo, en el caso mexicano, la toma del control técnico y logístico de los cuerpos armados, civiles y militares), al antedicho licenciado Calderón no le regaló la administración Obama ni el placer de unos cuantos días de tregua: ayer mismo se anunció que el gobierno gringo se valdrá de un ordenamiento legal sacado de los archivos para que agentes de cualquier dependencia de aquel país puedan solicitar a presuntos migrantes que comprueben la validez de su estadía, lo cual sin duda es la voz de arranque a una campaña de terror policiaco contra los paisanos que hasta ahora se sentían relativamente a salvo si en su entorno no había específicos miembros de patrullas fronterizas o servicios de migración. Con estas nuevas instrucciones, cualquier mexicano sin papeles legales que se presente a hacer un trámite podrá ser interrogado, detenido y deportado por cualquier agente gringo. Janet Napolitano, por su parte, ha anunciado una partida extra, de 30 millones de dólares, para reforzar la seguridad en su colindancia con México. Eso sí: el nuevo embajador, especialista en estados fallidos y sociedades en crisis, Carlos Pascual, le da una palmadita en lo que queda de espalda a su nuevo conejillo de Indias: México, ha dicho con amabilidad fallida, es una de las grandes naciones del mundo (grandota, grandota) y tiene un importante liderazgo para resolver problemas como, ejem, los energéticos (el petróleo, el petróleo).
Las ofrendas al imperio cromáticamente cambiado en la cúpula han ido desde la puntual presentación de un presunto responsable de atentar meses atrás contra un consulado estadunidense en Monterrey hasta la necesidad de tocar con el pétalo de una acometida vacua al gran jefe Chapo. ¡Híjole, por poquito y lo pescan en un ecológico parque industrial que había montado para producir droga sintética y en cuya cima había una casa de lujo, con trajes de marca, tecnología urbana y signos de vida cómoda propia de un gran capo con vocación serrana! Narcoaldea, bautizaron algunos medios españoles a la productiva comunidad del rumbo de Tamazula, Durango, para mejor seña ubicable como Las Trancas, que hace recordar las andanzas protegidas del mítico Rafael Caro Quintero y el rancho El Búfalo, donde nadie sabía nada respecto a las faenas masivas de producción de materia básica de exportación cuyos impuestos no entran a las arcas gubernamentales sino a cuentas bancarias particulares. Por cierto, ¿qué dirá el gobernador de esa entidad, Ismael Hernández Deras, respecto a las cosas que suceden sin que él, ha de suponerse, se entere (y de las que hasta un arzobispo había hablado con claridad)?
Impuestos y crisis galopan sin que la mayoría de los mexicanos atinen a hacer otra cosa que quejarse, en espera de la aparición providencial de algun restaurador mágico o de la próxima entrega de telenovelas o algún partido futbolero de inflamación patria estupefaciente. Calderón sigue gastando el dinero que ya no hay en las caravanas militares por todo el país (como Bush despilfarró el dinero gringo en Irak), en aras de una guerra sabidamente perdida. Y un estudio de la OCDE informa a los mexicanos la manera en que cada uno, diariamente, contribuye al crecimiento milagroso de la fortuna de Carlos Slim: México tiene las tarifas más caras de Internet y telefonía, de tal manera que cada vez que se usan esos servicios de precios inflados se ayuda a sostener a Carlos&Charlie en el retablo Forbes. ¡Hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Ya pasó la campaña electoral, ya puede comenzar a decirse la verdad. (¿Recuerdan aquel espot que decía: Yo voy a votar por los que manejan nuestra economía con responsabilidad y más ahora, en momentos difíciles, invitando a sufragar por el PAN?) La realidad es otra: el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, anunció ayer en un foro organizado por el Senado que no hay dinero para cubrir el presupuesto del año próximo; se calcula un faltante de 300 mil millones de pesos, aproximadamente 15 por ciento del presupuesto de 2009. Tendrán que adoptarse medidas radicales para resolver el problema: pedir más dinero prestado, aumentar o crear nuevos impuestos, cancelar programas de gobierno. Esto último significa desemplear a burócratas. El millón de personas que se han quedado sin chamba trabajaban para el sector privado, ahora seguirá la tijera en la nómina gubernamental. Con todo, tal vez se vio discreto y medido el doctor Carstens, se reservó la posibilidad de que surjan complicaciones. Por ejemplo, la descalificación de los burós de crédito a la capacidad del gobierno de cumplir con el pago de la deuda externa, lo que desataría una fuga de capitales y otro desplome del peso. Hasta hoy sólo se ha devaluado 30 por ciento, podría depreciarse el doble. El Apocalipsis calderonista.
Primer resultado de la trilateral
De repente, mientras haces una larga fila en tu automóvil para cruzar la frontera con Estados Unidos, un grupo de agentes te ordena que apagues el motor para que sus perros entrenados en la detección de drogas lo olfateén de punta a punta sin que los despiste el olor de la gasolina quemada. Antes esas revisiones se hacían de vez en cuando; hoy los fronterizos las viven todos los días, desde Matamoros hasta Tijuana. Pero sólo son parte de las muchas medidas reforzadas de seguridad. Habría que agregar los drones, aviones que vuelan sin piloto y fueron probados antes en guerras de Medio Oriente; los nuevos retenes en las autopistas; la vigilancia nocturna electrónica y, cómo no mencionarlo, el denigrante muro Fox-Bush. Al parecer, los tequilitas y los mariachis con que agasajaron al presidente Obama en Guadalajara no lo marearon ni le hicieron cambiar de opinión acerca de seguir endureciendo la vigilancia, porque la secretaria de Seguridad, Janet Napolitano, anunció ayer mismo que aumentará en 30 millones de dólares el presupuesto de seguridad en el contexto de la Operación Stonegarden. Este es un mecanismo que exclusivamente maneja Washington. Sin embargo, los fondos para la regateada Iniciativa Mérida seguirán congelados. Primero fue porque los americanos temían que fueran a dar a manos del narco, dadas las sospechas de colusión con las autoridades mexicanas. Ahora es porque el Senado quiere que primero pasen un examen en materia de respeto a los derechos humanos. (Újule, ya estuvo que nunca soltarán el dinero.) Estos son los resultados concretos –primera entrega– de la trilateral de Guadalajara, más la negativa definitiva de Canadá a retirar el requisito de las visas.
Primer resultado de la trilateral
De repente, mientras haces una larga fila en tu automóvil para cruzar la frontera con Estados Unidos, un grupo de agentes te ordena que apagues el motor para que sus perros entrenados en la detección de drogas lo olfateén de punta a punta sin que los despiste el olor de la gasolina quemada. Antes esas revisiones se hacían de vez en cuando; hoy los fronterizos las viven todos los días, desde Matamoros hasta Tijuana. Pero sólo son parte de las muchas medidas reforzadas de seguridad. Habría que agregar los drones, aviones que vuelan sin piloto y fueron probados antes en guerras de Medio Oriente; los nuevos retenes en las autopistas; la vigilancia nocturna electrónica y, cómo no mencionarlo, el denigrante muro Fox-Bush. Al parecer, los tequilitas y los mariachis con que agasajaron al presidente Obama en Guadalajara no lo marearon ni le hicieron cambiar de opinión acerca de seguir endureciendo la vigilancia, porque la secretaria de Seguridad, Janet Napolitano, anunció ayer mismo que aumentará en 30 millones de dólares el presupuesto de seguridad en el contexto de la Operación Stonegarden. Este es un mecanismo que exclusivamente maneja Washington. Sin embargo, los fondos para la regateada Iniciativa Mérida seguirán congelados. Primero fue porque los americanos temían que fueran a dar a manos del narco, dadas las sospechas de colusión con las autoridades mexicanas. Ahora es porque el Senado quiere que primero pasen un examen en materia de respeto a los derechos humanos. (Újule, ya estuvo que nunca soltarán el dinero.) Estos son los resultados concretos –primera entrega– de la trilateral de Guadalajara, más la negativa definitiva de Canadá a retirar el requisito de las visas.
No es un escenario descabellado: el 30 de agosto se puede gestar un nuevo equilibrio mundial en el noreste asiático en favor de China y en detrimento de Estados Unidos si el Partido Democrático, de oposición, gana las elecciones –como apuntan los sondeos–, lo cual pondría fin a la hegemonía del partido único en el gobierno, el Democrático Liberal, totalmente sometido a los designios unilaterales de Washington.
Cuatro días después del aniversario del lanzamiento de la bomba nuclear en Hiroshima, Yukio Hatoyama, líder del Partido Democrático, quien puede escribir la epopeya de la nueva historia asiática, arrojó su bomba atómica conceptual al fustigar el fundamentalismo del mercado dirigido por EU y su globalización sin límites, en un ensayo en la revista nipona Voces, que resume The Financial Times (El líder del Partido Democrático de Japón ataca la globalización lidereada por EU; Mure Dickie; 10/8/09), portavoz del neoliberalismo global neoliberal que no oculta su estupor.
Hatoyama aduce que en el marco del fin del unilateralismo de EU y la creciente preocupación sobre el papel del dólar, Japón debe también (sic) trabajar por una unión regional de divisas y una integración política mediante una comunidad del este de Asia.
La unión regional de divisas propuesta por el audaz Hatoyama epitomiza las tendencias globales que hemos detectado en la regionalización de las divisas, como reflejo del incipiente nuevo orden multipolar, lo cual anticipamos en nuestro libro Hacia la Desglobalización (Ed. Jorale/Orfila 2007).
El Japón liberado de los grilletes de la doble ocupación anglosajona (militar y financiera) no será el mismo durante la tercera cumbre del G-20 –en septiembre en Pittsburg– que el emasculado Japón neoliberal de la primera y segunda cumbres realizadas en Washington y Londres, respectivamente, donde el partido gobernante nipón: el Liberal (El PAN de Japón), selló en forma suicida la suerte del yen al desfalleciente dólar y en contra de la multipolaridad de las divisas, en particular del euro, y el BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Pese al entreguismo claudicante del Partido Liberal –como consecuencia del efecto dragón de 1997 (que hoy se sabe fue instigado por la CIA y su agente global: el megaespeculador filántropo George Soros), Japón, país ocupado desde hace 64 años por EU (ver Bajo la Lupa, 9/8/09), se había posicionado desde hace 10 años en el Grupo de Chiang Mai, con enfoque financierista, donde cohabitan los tres gigantes regionales del noreste asiático (China, Japón y Sudcorea) y las 10 naciones del sudeste asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés).
Más por una realista necesidad imperativa que por idealismo celestial y/o empatía hedonista, la integración geoeconómica y geofinanciera, encabezada por los tres gigantes del noreste asiático con sus pletóricas reservas (3.4 billones de dólares: 40 por ciento del total mundial), será menos difícil que la integración política de todo el este que incluya al sudeste.
Cuatro días después del aniversario del lanzamiento de la bomba nuclear en Hiroshima, Yukio Hatoyama, líder del Partido Democrático, quien puede escribir la epopeya de la nueva historia asiática, arrojó su bomba atómica conceptual al fustigar el fundamentalismo del mercado dirigido por EU y su globalización sin límites, en un ensayo en la revista nipona Voces, que resume The Financial Times (El líder del Partido Democrático de Japón ataca la globalización lidereada por EU; Mure Dickie; 10/8/09), portavoz del neoliberalismo global neoliberal que no oculta su estupor.
Hatoyama aduce que en el marco del fin del unilateralismo de EU y la creciente preocupación sobre el papel del dólar, Japón debe también (sic) trabajar por una unión regional de divisas y una integración política mediante una comunidad del este de Asia.
La unión regional de divisas propuesta por el audaz Hatoyama epitomiza las tendencias globales que hemos detectado en la regionalización de las divisas, como reflejo del incipiente nuevo orden multipolar, lo cual anticipamos en nuestro libro Hacia la Desglobalización (Ed. Jorale/Orfila 2007).
El Japón liberado de los grilletes de la doble ocupación anglosajona (militar y financiera) no será el mismo durante la tercera cumbre del G-20 –en septiembre en Pittsburg– que el emasculado Japón neoliberal de la primera y segunda cumbres realizadas en Washington y Londres, respectivamente, donde el partido gobernante nipón: el Liberal (El PAN de Japón), selló en forma suicida la suerte del yen al desfalleciente dólar y en contra de la multipolaridad de las divisas, en particular del euro, y el BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Pese al entreguismo claudicante del Partido Liberal –como consecuencia del efecto dragón de 1997 (que hoy se sabe fue instigado por la CIA y su agente global: el megaespeculador filántropo George Soros), Japón, país ocupado desde hace 64 años por EU (ver Bajo la Lupa, 9/8/09), se había posicionado desde hace 10 años en el Grupo de Chiang Mai, con enfoque financierista, donde cohabitan los tres gigantes regionales del noreste asiático (China, Japón y Sudcorea) y las 10 naciones del sudeste asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés).
Más por una realista necesidad imperativa que por idealismo celestial y/o empatía hedonista, la integración geoeconómica y geofinanciera, encabezada por los tres gigantes del noreste asiático con sus pletóricas reservas (3.4 billones de dólares: 40 por ciento del total mundial), será menos difícil que la integración política de todo el este que incluya al sudeste.
Una tras otra se han derrumbado las verdades oficiales (en los hechos descaradas mentiras gubernamentales) sobre la trágica realidad económica nacional y la crisis externa que nos hacía lo que el viento a Juárez. Así, el presidente del empleo a duras penas mantiene el suyo; las sólidas finanzas públicas presumidas por Calderón y Carstens registran su momento más crítico en 30 años; el agujereado navío de gran calado zozobra; la blindada economía mexicana se desmorona en proporciones no vistas en casi ocho decenios, mientras el retórico gran futuro económico y social prometido por los dos gobiernos panistas se configura como la primera década perdida para los mexicanos en el nuevo milenio.
Aún no concluye este caótico 2009, cuando los mismos que diagnosticaron un catarrito económico para el país y pasmados vieron la debacle hoy se dicen preparados para reflotar el barco y prometen un leve crecimiento en 2010, para lo cual utilizarán el mismo recetario que ha mantenido estancado al país a lo largo de tres décadas. El próximo será un año en el que se tomarán decisiones difíciles, dijo ayer Agustín Carstens, aunque en los hechos, más que difíciles, serían mortales. Por ejemplo, como la recaudación tributaria se desplomó a lo largo del presente año, toda vez que las empresas reventaron y los empleos desaparecieron, entonces la mejor idea gubernamental es incrementar los impuestos o crear adicionales para compensar, dice, la pavorosa caída en la captación fiscal registrada en 2009. Sin duda, una excelente idea del calderonato que terminaría por derrumbar lo que el catarrito no alcanzó a destruir en su primer paseo.
El secretario de Hacienda participó ayer en el nuevo foro organizado por el Senado de la República (La evolución de la crisis económica y las medidas emergentes para enfrentarla que deben considerarse en la agenda legislativa), donde fue a repetir las sobadas recetas para que el país salga de la crisis, aunque en los hechos cada día lo hunden más. Es la familia feliz instalada en esa mágica dependencia pública, en la que se niegan a reconocer que el de México no es un problema coyuntural, sino que a todas luces es estructural; que sin golpe de timón el barco se seguirá hundiendo y que tres años son muchos, y muy peligrosos, si se aferran al modelito. Con bombos y platillos el doctor catarrito promete un leve crecimiento económico para 2010, tal vez de 3 por ciento, proporción que en el lejano caso de concretarse sólo confirmaría –por si alguien dudara– que el sexenio calderonista ha sido un desperdicio político, económico y social.
En ese mismo foro en el que para encontrar soluciones a la crisis participan muchos de los que negaron su existencia (el propio Carstens, el ágil Gerardo Ruiz Mateos, el simpático Javier Lozano Alarcón y el eficiente Javier Molinar Horcasitas), pero que se dicen dispuestos para enfrentarla. Otros, que nunca la negaron y que, por el contrario, no han quitado el dedo del renglón, asistieron para decir lo que el gobierno calderonista se niega a oír, como en el caso del rector de la UNAM, José Narro Robles, quien subrayó que la crisis no es sólo coyuntural, sino que tiene raíces estructurales, por lo que requerimos cambiar un modelo que se ha agotado y que ya no muestra ser el conveniente para México. Invito a emprender la refundación de la República, y para ello el Senado es el espacio privilegiado para hacer el llamado para establecer un mecanismo que permita acordar los consensos necesarios para diseñar la nueva estructura del país. En el modelo seguido están las causas de la crisis y de una de sus expresiones: la disminución de los ingresos tributarios. Sin la acción compensadora del Estado, el mercado no puede regularse por sí mismo y menos resolver las injusticias sociales. El bienestar de la población y su seguridad social son los puntos más importantes, con el apoyo de la educación y la investigación.
Pero Carstens como quien oye llover. Insistió en su tesis de aumentar impuestos o aplicar nuevos en 2010, qué más da, pues la idea es recuperarse del desplome en la recaudación fiscal 2009. “La brecha de financiamiento del próximo año será de cerca de 300 mil millones de pesos, y se estima emplear 60 por ciento de los fondos de estabilización en 2009, lo cual implica que el remanente que quedará para 2010 será mucho menor. Por ello, ante el shock financiero más grande que ha recibido el país en los últimos 30 años, será necesario proponer un déficit público moderado que se reduciría al recuperarse la economía y la recaudación, para cerrar de nuevo con presupuesto balanceado en 2012. Esta medida procuraría atender la reducción transitoria en la recaudación tributaria”, según dijo.
Además, recortar el gasto público en prácticamente todos los renglones, menos en los superfluos, en las grandes comilonas, elevados salarios y portentosas prestaciones; en la conservación de macetas presidenciales o en las galletitas predilectas de la first lady, mucho menos en los vergonzosos emolumentos de ministros, comisionados, consejeros, integrantes del gabinetazo y demás fauna que dice gobernar este país, entre ellos los ineficientes partidos políticos, los cuales a pesar de todo no dejarán de recibir lo suyo. No se recorta eso, pero sí habrá más impuestos para que paguen los de siempre, si es que sobreviven a 2010, año a todas luces peor que este caótico 2009.
Mientras el doctor catarrito repetía su estribillo, el inquilino de Los Pinos hacia lo propio: hemos evitado que una crisis económica tan severa, la más grave, quizá que se tenga registro en el mundo, arrasara con el empleo en México como pudo haberlo hecho. Sí nos impactó, desde luego, lo sabemos (pero) en dos meses se han logrado generar más de 35 mil plazas. Qué bueno, porque ya sólo faltarían 665 mil de ellas para recuperar el nivel de empleo registrado en 2007, el que, desde luego, tampoco se alcanzará en 2010.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Aún no concluye este caótico 2009, cuando los mismos que diagnosticaron un catarrito económico para el país y pasmados vieron la debacle hoy se dicen preparados para reflotar el barco y prometen un leve crecimiento en 2010, para lo cual utilizarán el mismo recetario que ha mantenido estancado al país a lo largo de tres décadas. El próximo será un año en el que se tomarán decisiones difíciles, dijo ayer Agustín Carstens, aunque en los hechos, más que difíciles, serían mortales. Por ejemplo, como la recaudación tributaria se desplomó a lo largo del presente año, toda vez que las empresas reventaron y los empleos desaparecieron, entonces la mejor idea gubernamental es incrementar los impuestos o crear adicionales para compensar, dice, la pavorosa caída en la captación fiscal registrada en 2009. Sin duda, una excelente idea del calderonato que terminaría por derrumbar lo que el catarrito no alcanzó a destruir en su primer paseo.
El secretario de Hacienda participó ayer en el nuevo foro organizado por el Senado de la República (La evolución de la crisis económica y las medidas emergentes para enfrentarla que deben considerarse en la agenda legislativa), donde fue a repetir las sobadas recetas para que el país salga de la crisis, aunque en los hechos cada día lo hunden más. Es la familia feliz instalada en esa mágica dependencia pública, en la que se niegan a reconocer que el de México no es un problema coyuntural, sino que a todas luces es estructural; que sin golpe de timón el barco se seguirá hundiendo y que tres años son muchos, y muy peligrosos, si se aferran al modelito. Con bombos y platillos el doctor catarrito promete un leve crecimiento económico para 2010, tal vez de 3 por ciento, proporción que en el lejano caso de concretarse sólo confirmaría –por si alguien dudara– que el sexenio calderonista ha sido un desperdicio político, económico y social.
En ese mismo foro en el que para encontrar soluciones a la crisis participan muchos de los que negaron su existencia (el propio Carstens, el ágil Gerardo Ruiz Mateos, el simpático Javier Lozano Alarcón y el eficiente Javier Molinar Horcasitas), pero que se dicen dispuestos para enfrentarla. Otros, que nunca la negaron y que, por el contrario, no han quitado el dedo del renglón, asistieron para decir lo que el gobierno calderonista se niega a oír, como en el caso del rector de la UNAM, José Narro Robles, quien subrayó que la crisis no es sólo coyuntural, sino que tiene raíces estructurales, por lo que requerimos cambiar un modelo que se ha agotado y que ya no muestra ser el conveniente para México. Invito a emprender la refundación de la República, y para ello el Senado es el espacio privilegiado para hacer el llamado para establecer un mecanismo que permita acordar los consensos necesarios para diseñar la nueva estructura del país. En el modelo seguido están las causas de la crisis y de una de sus expresiones: la disminución de los ingresos tributarios. Sin la acción compensadora del Estado, el mercado no puede regularse por sí mismo y menos resolver las injusticias sociales. El bienestar de la población y su seguridad social son los puntos más importantes, con el apoyo de la educación y la investigación.
Pero Carstens como quien oye llover. Insistió en su tesis de aumentar impuestos o aplicar nuevos en 2010, qué más da, pues la idea es recuperarse del desplome en la recaudación fiscal 2009. “La brecha de financiamiento del próximo año será de cerca de 300 mil millones de pesos, y se estima emplear 60 por ciento de los fondos de estabilización en 2009, lo cual implica que el remanente que quedará para 2010 será mucho menor. Por ello, ante el shock financiero más grande que ha recibido el país en los últimos 30 años, será necesario proponer un déficit público moderado que se reduciría al recuperarse la economía y la recaudación, para cerrar de nuevo con presupuesto balanceado en 2012. Esta medida procuraría atender la reducción transitoria en la recaudación tributaria”, según dijo.
Además, recortar el gasto público en prácticamente todos los renglones, menos en los superfluos, en las grandes comilonas, elevados salarios y portentosas prestaciones; en la conservación de macetas presidenciales o en las galletitas predilectas de la first lady, mucho menos en los vergonzosos emolumentos de ministros, comisionados, consejeros, integrantes del gabinetazo y demás fauna que dice gobernar este país, entre ellos los ineficientes partidos políticos, los cuales a pesar de todo no dejarán de recibir lo suyo. No se recorta eso, pero sí habrá más impuestos para que paguen los de siempre, si es que sobreviven a 2010, año a todas luces peor que este caótico 2009.
Mientras el doctor catarrito repetía su estribillo, el inquilino de Los Pinos hacia lo propio: hemos evitado que una crisis económica tan severa, la más grave, quizá que se tenga registro en el mundo, arrasara con el empleo en México como pudo haberlo hecho. Sí nos impactó, desde luego, lo sabemos (pero) en dos meses se han logrado generar más de 35 mil plazas. Qué bueno, porque ya sólo faltarían 665 mil de ellas para recuperar el nivel de empleo registrado en 2007, el que, desde luego, tampoco se alcanzará en 2010.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Insensibilidad fiscal
Durante su participación en una audiencia pública organizada por el Senado, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Agustín Carstens, señaló ayer que la caída observada en los ingresos petroleros y tributarios en 2009 es “el peor shock financiero que ha recibido México cuando menos en los últimos 30 años”, y anunció que, a efecto de compensar esa pérdida, el gobierno planea un aumento en los gravámenes para el año entrante, cuando se prevé reforzar –eufemismo por incrementar– el impuesto empresarial a tasa única (IETU).
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El Correo Ilustrado
Exhortan a la SCJN a profundizar en el caso Acteal
Los miembros de la Red por la Paz nos adherimos al pronunciamiento del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas respecto del caso Acteal y la posible resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que dejaría en libertad a presos acusados de participar como autores materiales.
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Retomo un artículo de mi autoría sobre el caso Acteal, publicado en estas mismas páginas a tres días de que se cumpliera una década del múltiple asesinato cometido en ese lugar. Le hago cambios mínimos.
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Famoso por irónico y cáustico, Ambrose Bierce, periodista y escritor estadunidense, se refirió a México y a la violencia que aquí imperaba a principios del siglo XX.
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La certeza de padecer una prolongada época de decadencia se ha afianzado entre una extensa capa de mexicanos, generalmente los más decididos y conscientes de sus padecimientos y frustraciones. No son unos cuantos, sino millones. Saben a la perfección que para encontrar remedio y salidas a tan dañino proceso, que afecta hasta las más profundas fibras de la personalidad y el entorno colectivos, tienen que trabajar con empeño, imaginación, organicidad y valentía. Pero lo novedoso del caso es que tal proceso decadente se ha extendido aun entre aquellos que se han beneficiado de tal estado de cosas.
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Maicao, pequeño municipio de comercio libre en La Guajira (departamento de Colombia), padece una maldición: informes de inteligencia militar israelí y estadunidense aseguran que en la ciudad circulan células terroristas de Hezbollah, partido político que en Líbano cuenta con una importante representación parlamentaria.
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Aclaremos algo desde el principio. Por supuesto que existen agregados macro de la economía mexicana: oferta y demanda agregadas, desempleo, ahorro e inversión, etcétera. Pero la pregunta aquí es si existe una forma de pensar la macroeconomía mexicana que coloque a estos agregados en relaciones funcionales que tengan sentido y permitan aplicar una política macroeficaz.
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Hace más de cinco siglos la Gran Tenochtitlán, nuestra actual Ciudad de los Palacios y su zona metropolitana, estaban asentadas sobre lagos y ríos que se comunicaban con tierra firme a través de cuatro grandes calzadas, y cuyo abastecimiento principal de agua potable se encontraba en los manantiales de Chapultepec.
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Lorenzo Córdova Vianello
Sancionar la simulación
A la memoria de Kristian Bernal
El pasado miércoles la Sala Superior del Tribunal Electoral ratificó las multas que el IFE había determinado imponer al PVEM y a Editorial Televisa, por 4 millones de pesos a cada uno, vista la transmisión de una serie de spots televisivos promocionales de la revista TV y Novelas. Se trató de anuncios que, en realidad, constituían propaganda a favor de dicho partido aun cuando se hicieran pasar por publicidad de esa publicación propiedad del principal consorcio de televisión del país.
En el caso de Televimex, la empresa de Televisa titular de la concesión, y a quien el IFE había multado con 5 millones, entre otras cosas, por no acatar una orden cautelar de suspender las transmisiones referidas, el tribunal consideró que el IFE había notificado esas medidas a una persona distinta y que, por ello, debía replantear e individualizar la responsabilidad de la concesionaria en el caso.
La confirmación del TEPJF es muy importante porque, luego de haber validado como lícito, hace un par de meses, el franco fraude a la ley cometido por el PVEM y algunos concesionarios al hacer pasar propaganda electoral comprada (y por ello ilícita) por informes de actividades de los legisladores de ese partido, la máxima instancia de justicia electoral finalmente convalidó que la simulación debe ser sancionada.
Para ello el Tribunal Electoral se valió de la vieja tesis de la culpa in vigilando (acuñada originalmente por el propio TEPJF cuando se sancionó al PRI por el caso Pemexgate, y luego frecuentemente utilizada), que convierte a los partidos políticos en garantes de vigilar que terceros no cometan actos ilícitos de los cuales puedan obtener un beneficio indebido y les impone la carga de denunciar o de deslindarse de dichas conductas. En esta ocasión, además, la Sala Superior afinó los criterios de esa tesis y detalló cuáles debían haber sido los actos de deslinde que habría debido realizar el Partido Verde para ser relevado de responsabilidad y, por ello, de sanción.
Con esa resolución, un partido que desde el principio se opuso a la reforma electoral (alineándose con los intereses mediáticos que habían sido agraviados con la misma —y que ahora, por cierto, son los beneficiarios de más de la mitad de las diputaciones que obtuvo ese partido en lo que ya muchos llaman la “telebancada”—), y que reiteradamente había violado la ley simulando su cumplimiento, recibe una multa que es relativamente menor en cuanto a su monto pero también muy importante en cuanto al precedente.
Hace un par de semanas, en un artículo publicado póstumamente en estas mismas páginas, Kristian Bernal —joven brillante y entrañable amigo, cercano colaborador e incansable defensor de los méritos de las virtudes democráticas de la reforma electoral, y que en la madrugada del 30 de julio fue víctima de la brutal violencia de la desbordada delincuencia que nos aqueja— sostenía, refiriéndose a la sanción que el IFE había impuesto al PVEM, que resultaba un buen negocio si se la comparaba con los beneficios que traía consigo una conducta ilegal. Kristian tenía razón y debe hacernos pensar si la simulación y el abuso del derecho no deberían ser penados de manera mucho más severa.
En todo caso, el antecedente que deja la confirmación de la multa y el criterio que sentó el Tribunal Electoral sirven para que una eventual (y probable) futura conducta ilícita del PVEM sea penada de manera mucho más grave en virtud de que la reincidencia constituye un elemento para incrementar los montos de las sanciones.
Ojalá, en ese sentido, que esta resolución sea el prolegómeno de una actitud consistente e indefectible de las autoridades electorales frente a las violaciones cometidas por partidos o particulares a las normas que regulan el modelo de comunicación política. Ello es algo obligado, vista la gran apuesta política que en ese sentido trajo consigo para los órganos del Estado la reforma electoral de 2007.
Investigador y profesor de la UNAM
El pasado miércoles la Sala Superior del Tribunal Electoral ratificó las multas que el IFE había determinado imponer al PVEM y a Editorial Televisa, por 4 millones de pesos a cada uno, vista la transmisión de una serie de spots televisivos promocionales de la revista TV y Novelas. Se trató de anuncios que, en realidad, constituían propaganda a favor de dicho partido aun cuando se hicieran pasar por publicidad de esa publicación propiedad del principal consorcio de televisión del país.
En el caso de Televimex, la empresa de Televisa titular de la concesión, y a quien el IFE había multado con 5 millones, entre otras cosas, por no acatar una orden cautelar de suspender las transmisiones referidas, el tribunal consideró que el IFE había notificado esas medidas a una persona distinta y que, por ello, debía replantear e individualizar la responsabilidad de la concesionaria en el caso.
La confirmación del TEPJF es muy importante porque, luego de haber validado como lícito, hace un par de meses, el franco fraude a la ley cometido por el PVEM y algunos concesionarios al hacer pasar propaganda electoral comprada (y por ello ilícita) por informes de actividades de los legisladores de ese partido, la máxima instancia de justicia electoral finalmente convalidó que la simulación debe ser sancionada.
Para ello el Tribunal Electoral se valió de la vieja tesis de la culpa in vigilando (acuñada originalmente por el propio TEPJF cuando se sancionó al PRI por el caso Pemexgate, y luego frecuentemente utilizada), que convierte a los partidos políticos en garantes de vigilar que terceros no cometan actos ilícitos de los cuales puedan obtener un beneficio indebido y les impone la carga de denunciar o de deslindarse de dichas conductas. En esta ocasión, además, la Sala Superior afinó los criterios de esa tesis y detalló cuáles debían haber sido los actos de deslinde que habría debido realizar el Partido Verde para ser relevado de responsabilidad y, por ello, de sanción.
Con esa resolución, un partido que desde el principio se opuso a la reforma electoral (alineándose con los intereses mediáticos que habían sido agraviados con la misma —y que ahora, por cierto, son los beneficiarios de más de la mitad de las diputaciones que obtuvo ese partido en lo que ya muchos llaman la “telebancada”—), y que reiteradamente había violado la ley simulando su cumplimiento, recibe una multa que es relativamente menor en cuanto a su monto pero también muy importante en cuanto al precedente.
Hace un par de semanas, en un artículo publicado póstumamente en estas mismas páginas, Kristian Bernal —joven brillante y entrañable amigo, cercano colaborador e incansable defensor de los méritos de las virtudes democráticas de la reforma electoral, y que en la madrugada del 30 de julio fue víctima de la brutal violencia de la desbordada delincuencia que nos aqueja— sostenía, refiriéndose a la sanción que el IFE había impuesto al PVEM, que resultaba un buen negocio si se la comparaba con los beneficios que traía consigo una conducta ilegal. Kristian tenía razón y debe hacernos pensar si la simulación y el abuso del derecho no deberían ser penados de manera mucho más severa.
En todo caso, el antecedente que deja la confirmación de la multa y el criterio que sentó el Tribunal Electoral sirven para que una eventual (y probable) futura conducta ilícita del PVEM sea penada de manera mucho más grave en virtud de que la reincidencia constituye un elemento para incrementar los montos de las sanciones.
Ojalá, en ese sentido, que esta resolución sea el prolegómeno de una actitud consistente e indefectible de las autoridades electorales frente a las violaciones cometidas por partidos o particulares a las normas que regulan el modelo de comunicación política. Ello es algo obligado, vista la gran apuesta política que en ese sentido trajo consigo para los órganos del Estado la reforma electoral de 2007.
Investigador y profesor de la UNAM
Javier Cruz Angulo
Vivir el caso Acteal
Ser licenciado en Derecho implica haber acreditado una serie de materias en la escuela y haber obtenido un título. Por su parte, ser abogado implica un dominio de la teoría, la aplicación concreta de la ley, ejercicio práctico y, sobre todo, haber reunido una serie de convicciones y principios sobre justicia, la República y las leyes.
Varios alumnos me han preguntado qué día van a ser abogados. Mi respuesta siempre es: no lo sé. Lo que sí sé es que yo soy abogado desde el 16 de enero de 2007. Ese día fui nombrado defensor particular de los acusados de la matanza de Acteal.
Acteal es un laberinto de papel, mitos, realidades y posiciones polarizadas. Jueces y ministerios públicos fueron los arquitectos de un laberinto de más de 100 mil hojas. Y fue en aquel laberinto donde encontré el sentido del derecho a un juicio justo. La justicia penal la comprendí en el caso Acteal de una manera muy curiosa: sé que hay algún halo de justicia en cualquier juicio que no tenga los vicios del caso Acteal. Supe que la presunción de inocencia no es simplemente una frase bonita, que el derecho a un juicio justo trasciende las conversaciones de café. Sé que la ausencia de la presunción de inocencia y el derecho a un juicio justo pueden alejar de sus familias a más de 50 seres humanos durante 11 años.
Es en Acteal donde entendí las razones y los principios del derecho. Allí viví los argumentos de la importancia del debido proceso; y así supe que ya era abogado. Allí pude ordenar, comprender y vivir las razones de la empolvada y aburrida protesta que le hacen a uno cuando se titula.
En el caso Acteal aprendí que somos una sociedad con miedo a los derechos y a las libertades. Nos da miedo la presunción de inocencia, pues se piensa que con ella se liberan criminales, tenemos miedo de los derechos de los procesados, pues seguramente también con ello se libera a delincuentes y, sobre todo, tenemos miedo al uso de la libertad de expresión en una democracia; todos queremos sostener nuestra verdad sin escuchar a los demás, y deseamos que nuestra verdad sea una cuestión de fe, no de pruebas.
En México no existe la libertad de expresión democrática pues nuestra sociedad no es capaz de escuchar la verdad de los otros y menos aún de apreciar sus pruebas. Y en caso de que las instituciones opinen distinto a nosotros, lo más fácil es descalificarlas, acusarlos, sentenciarlos y, por supuesto, sin pruebas.
Acteal es una doble tragedia: por un lado tienes una abominable masacre y por el otro tienes más de 50 seres humanos encarcelados sin pruebas. Frente a la brutalidad de esa doble tragedia cobra total sentido la necesidad de que existan leyes, de que se respeten y de que se garantice la existencia del debido proceso.
A la distancia de casi tres años de litigio —que para mí han sido 20— la llegada del asunto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación me enseñó varias cosas:
Aprendí que ante argumentos jurídicos sólidos los tribunales cumplen su papel como un control de los otros poderes y garantes de los derechos. Hoy los tiempos de protesta a golpe de piedra tienen que ser sustituidos por argumentos en las cortes.
Reconozco a los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación como jueces preocupados por las garantías de los mexicanos en el proceso penal.
Las preguntas que se le formularon a la Suprema Corte de Justicia son las siguientes:
¿Es válido que las procuradurías de Justicia fabriquen pruebas? ¿Es válido que un juez también busque elementos de prueba en contra de la persona inculpada? ¿Cuál es el estándar para probar que hubo tortura? ¿Cómo se deben apreciar las pruebas testimoniales? ¿Qué debe hacer un abogado en un proceso penal para considerar que en verdad defendió a su cliente? ¿Qué pasó cuando toda la Constitución ha sido pisoteada? ¿Cuál es la barrera que debe rebasar el Ministerio Público para probar que una persona es culpable?
Espero la respuesta a nombre de más de 50 personas que llevan 11 años en la cárcel. Esperamos juntos la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. A pesar de los 11 años de proceso, todavía tenemos confianza en nuestros jueces.
Abogado y profesor del CIDE
Varios alumnos me han preguntado qué día van a ser abogados. Mi respuesta siempre es: no lo sé. Lo que sí sé es que yo soy abogado desde el 16 de enero de 2007. Ese día fui nombrado defensor particular de los acusados de la matanza de Acteal.
Acteal es un laberinto de papel, mitos, realidades y posiciones polarizadas. Jueces y ministerios públicos fueron los arquitectos de un laberinto de más de 100 mil hojas. Y fue en aquel laberinto donde encontré el sentido del derecho a un juicio justo. La justicia penal la comprendí en el caso Acteal de una manera muy curiosa: sé que hay algún halo de justicia en cualquier juicio que no tenga los vicios del caso Acteal. Supe que la presunción de inocencia no es simplemente una frase bonita, que el derecho a un juicio justo trasciende las conversaciones de café. Sé que la ausencia de la presunción de inocencia y el derecho a un juicio justo pueden alejar de sus familias a más de 50 seres humanos durante 11 años.
Es en Acteal donde entendí las razones y los principios del derecho. Allí viví los argumentos de la importancia del debido proceso; y así supe que ya era abogado. Allí pude ordenar, comprender y vivir las razones de la empolvada y aburrida protesta que le hacen a uno cuando se titula.
En el caso Acteal aprendí que somos una sociedad con miedo a los derechos y a las libertades. Nos da miedo la presunción de inocencia, pues se piensa que con ella se liberan criminales, tenemos miedo de los derechos de los procesados, pues seguramente también con ello se libera a delincuentes y, sobre todo, tenemos miedo al uso de la libertad de expresión en una democracia; todos queremos sostener nuestra verdad sin escuchar a los demás, y deseamos que nuestra verdad sea una cuestión de fe, no de pruebas.
En México no existe la libertad de expresión democrática pues nuestra sociedad no es capaz de escuchar la verdad de los otros y menos aún de apreciar sus pruebas. Y en caso de que las instituciones opinen distinto a nosotros, lo más fácil es descalificarlas, acusarlos, sentenciarlos y, por supuesto, sin pruebas.
Acteal es una doble tragedia: por un lado tienes una abominable masacre y por el otro tienes más de 50 seres humanos encarcelados sin pruebas. Frente a la brutalidad de esa doble tragedia cobra total sentido la necesidad de que existan leyes, de que se respeten y de que se garantice la existencia del debido proceso.
A la distancia de casi tres años de litigio —que para mí han sido 20— la llegada del asunto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación me enseñó varias cosas:
Aprendí que ante argumentos jurídicos sólidos los tribunales cumplen su papel como un control de los otros poderes y garantes de los derechos. Hoy los tiempos de protesta a golpe de piedra tienen que ser sustituidos por argumentos en las cortes.
Reconozco a los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación como jueces preocupados por las garantías de los mexicanos en el proceso penal.
Las preguntas que se le formularon a la Suprema Corte de Justicia son las siguientes:
¿Es válido que las procuradurías de Justicia fabriquen pruebas? ¿Es válido que un juez también busque elementos de prueba en contra de la persona inculpada? ¿Cuál es el estándar para probar que hubo tortura? ¿Cómo se deben apreciar las pruebas testimoniales? ¿Qué debe hacer un abogado en un proceso penal para considerar que en verdad defendió a su cliente? ¿Qué pasó cuando toda la Constitución ha sido pisoteada? ¿Cuál es la barrera que debe rebasar el Ministerio Público para probar que una persona es culpable?
Espero la respuesta a nombre de más de 50 personas que llevan 11 años en la cárcel. Esperamos juntos la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. A pesar de los 11 años de proceso, todavía tenemos confianza en nuestros jueces.
Abogado y profesor del CIDE
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