Embarazos no deseados, pobreza y violencia, entre los factores
Por la Redacción
México, DF, 2 ago 11 (CIMAC).- Las mujeres embarazadas que padecen depresión tienen 40 por ciento más posibilidades de tener hijas e hijos con menos peso y estatura que las que cuentan con una buena salud mental, señaló la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según el estudio “Atender 136 millones de partos anuales”, las mujeres tienen entre dos y tres veces más probabilidades que los hombres de padecer depresión y ansiedad, siendo las embarazadas y las madres que cuidan de lactantes o niñas y niños pequeños las más vulnerables.
La probabilidad de que mujeres embarazadas en depresión tengan hijas e hijos con menor peso y altura se dispara hasta en 57 por ciento en los países en desarrollo, precisó el organismo de Naciones Unidas.
Abundó que las altas tasas de madres deprimidas que registran las naciones pobres contribuyen en grado considerable a la morbimortalidad materna.
El llamado “parasuicidio” (pensamientos de muerte y lesiones autoinfligidas) se da hasta en el 20 por ciento de las madres del mundo en desarrollo, lo que se asocia al hecho de verse atrapadas en situaciones como embarazos no deseados (sobre todo en solteras jóvenes), desplazamientos forzosos como refugiadas o una pobreza sin remedio.
“El suicidio es la principal causa de mortalidad materna en países tan diversos como el Reino Unido y Vietnam”, detalló la OMS.
La depresión materna tiene graves consecuencias no sólo en la madre sino también en su descendencia, que padecerá problemas físicas y psicológicos, en especial las y los hijos de madres que se encuentran en situación de desventaja social.
Así, estas niñas y niños “tienen un peso significativamente más bajo al nacer, el doble de probabilidades de pesar menos de lo normal a los seis meses y el triple de medir menos de lo normal a los seis meses”.
A largo plazo esas niñas y niños tienen mayores tasas de comportamiento antisocial, hiperactividad, trastornos de la atención, y padecen con más frecuencia problemas emocionales.
La investigación se centró en los casos de 14 mil madres y sus hijas e hijos pequeños (la mayoría menores de dos años) en 11 países en desarrollo en Asia, África y Sudamérica, y explica que la depresión materna está vinculada con menos cuidados y periodos más cortos de lactancia, lo que tiene un efecto directo en el desarrollo de la infancia.
¿QUÉ DEPRIME A LAS MADRES?
La OMS enumeró que entre los factores que contribuyen a la depresión materna durante el embarazo y después del parto están un embarazo no deseado, la violencia en la pareja o intrafamiliar, no contar con ayuda en las crisis, pobreza y la adversidad social.
A lo anterior se suma la falta de apoyo práctico y emocional por parte de la madre o la suegra; un apoyo social insuficiente, es decir, no estar vinculada a un grupo de personas afines, y tener pocas relaciones de confianza.
El organismo advirtió que la depresión puede tratarse a un costo asequible en los países en desarrollo con apoyo social, terapia de grupo o visitas a sus hogares. Agregó que hay estrategias terapéuticas eficaces contra la depresión, tanto psicológicas como farmacológicas, pero en los países en desarrollo apenas el 5 por ciento de las mujeres accede a ellas.
La OMS consideró de suma importancia que los programas de salud materna, neonatal e infantil reconozcan la importancia de estos problemas y ofrezcan apoyo y formación a los agentes de salud para que identifiquen, evalúen y traten a las madres con depresión.
Según la investigación, el diagnóstico y tratamiento temprano, así como la prevención de la depresión no sólo beneficiaría a las mujeres sino que podría ayudar al crecimiento de niñas y niños.
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